Y al Frozen Free Fall ( sí, ese Frozen)…Nunca me han llamado la atención los juegos que no fueran tipo Trivial. Tengo una amiga que ya hace tiempo, se encandiló con el Candy Crush pero tampoco su entusiasta recomendación me hizo hacerle caso al juego. Suelo ser tardía en estos descubrimiento y llego cuando ya son clamor popular ( 190 millones de usuarios del Candy Crush).
Tengo los dos , el Candy Crush y el Frozen Free Fall , para cuando mi iPad está en manos infantiles pero eran como invisibles…Hace unas semanas , me encontré en situación “ Sala de Espera + Soledad + Horas por delante” y tras revisar mails, blog, twitter y leer mis libros me saturé y abrí el Candy Crush.
En ese momento, mis neuronas hicieron catacrack. Me concentré en los caramelitos, los colores y la gelatina… Y venga, a por niveles.
Ese fue el inicio de todo…
La culpa de mi enganche ( no hay manera de pasar del nivel 23!) la tiene un tal Zeigarnik. El Efecto Zeigarnik ( 1927) define la tendencia a recordar tareas inacabadas o interrumpidas con mayor facilidad que las que han sido completadas. O sea, mis neuronas ( eclipsadas ante el despliegue de sonidos y colores) me recuerdan que no han pasado de nivel . Es una tarea inacabada y eso las pone…tensas. ; – )
Sea por lo que sea ( llámalo Zeigarnik o Pérez ) tengo como objetivo a corto plazo pasar el nivel 23 del Candy Crush. Odio el nivel 23.
Y he leído que hay más de 400 …
NB : Tutorial para pasar los niveles 23, 29 y 30 . Son los problemáticos de la primera fase.