Revista Expatriados

Confieso que…

Por Spanierin

Confieso que he estado recientemente en España. Sí. En plena pandemia. Sí. Y no me arrepiento de ello.

Llamadme insensata, irrespetuosa y todo lo que queráis. Tal vez tengáis incluso razón. Pero pensad que no todo son alemanes que van en masa a Mallorca o franceses que se van de fiesta por el centro de Madrid. También existimos esos otros de quienes no se habla nunca, aquellos que vivimos en un país que no es el nuestro y tenemos familia y amigos en otra parte del mundo. Y, por mucha pandemia que haya, también los echamos de menos y tenemos ganas de verlos. Sobre todo después de casi dos años, como era nuestro caso.

Confieso que estuve mucho tiempo dándole vueltas a la idea de ir o no. No es el mejor momento. Podría contagiarle algo a mi familia. Podría, por otro lado, seguir años esperando a que la situación se solucione un poco para volver a vernos, y que mientras tanto ellos se sigan perdiendo tantas cosas de Monete.

Así que, después de consultarlo con quien debía, habiéndome hecho infinidad de tests en las semanas previas al viaje (tanto obligatorios como no) y tras preparar a conciencia tanto el viaje de ida como el de vuelta, me fui con Monete dos semanas a España. Y ahora nos encontramos ya en el final de nuestra cuarentena.

Como ya he dicho más arriba, no me arrepiento de haberlo hecho. No he tenido prácticamente contacto con nadie ajeno al núcleo familiar y apenas he salido de casa salvo para ir a comprar un par de veces, sobre todo para que a Monete le pudiera dar un poco el aire.

Apenas nadie sabía que iba a estar allí. Por eso pido perdón desde aquí a todos los que me conocen en persona y que están leyendo ahora está confesión; mi objetivo para este viaje era ver únicamente a mi familia y tener el menor contacto posible con el resto de gente para evitar males mayores. Ya tendremos otras oportunidades más adelante para vernos.

Así que ya está. Ya lo he dicho. He ido y he vuelto. Si alguien tiene interés en saber cómo fueron los vuelos o los preparativos, os lo puedo contar en otra entrada.

Podéis dejar todos los comentarios que queráis, pero sí os rogaría que los escribiérais desde el respeto. Sé que mucha gente no va a aprobar esta historia, pero os pido que, antes de decir cualquier cosa, tratéis de poneros en el lugar de los demás. Gracias.


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