Son conflictos con importancia creciente que debe afrontar todo partido que pretenda aglutinar para ganar y Podemos tiene ese objetivo como principal, en gran medida se producen ajenos al carácter de clase, lo cual aleja la dinámica izquierda derecha de quien pretenda ganar y lo sitúa en otro terreno, de ahí la insistencia en las élites de Podemos en rechazar el marco ideológico.
Género, hombre, mujer, feminismo.
Este es un terreno amplísimo que rebasa el marco de clase social, es la gran revolución global producida en el siglo XX por lo que su importancia resulta fundamental en la configuración de la actividad política, los aspectos de conflicto son muchos y variados, tendrán que abordarse en el terreno de las nuevas familias cambiantes en el tiempo, transversales, monoparentales, de personas del mismo sexo o distinto, con o sin hijos propios y/o adoptados, afecta a las libertades algunas necesitadas de regulación específicas, de mercado de trabajo, mas paro femenino, de igualdad salarial, menor salario por ser mujer, de discapacidad y dependencia sesgada a la atención femenina, de igualdad en gobernanza privada y pública, etc. etc. y por supuesto modifican un amplio abanico de programas sociales, escolarización infantil y guarderías de amplio horario, conciliación familiar, servicios familiares, descarga de responsabilidad dependientes, urbanismo adaptado, tratamiento fiscal, etc. etc., lo cual supondrá poner en conflicto recursos y medidas para unos u otros grupos. Y todo ello a pesar de la inexistencia de partido específico e independiente, por ahora, por lo que los conflictos y alternativas se dirimen dentro de los partidos clásicos impulsados por los grupos de presión o lobbies correspondientes, de mujeres, gais, etc.
Ecología política. Medio ambiente, la sostenibilidad, el cambio climático, las relaciones con las energías… la ecología política abre campos nuevos de conflictos de intereses, modificando y enfrentando alternativas. Unas muestras son visibles en el entorno de la energía, nucleares,… sectores importantes de las renovables apuestan y defienden actividades enmarcadas en la sostenibilidad, la política de subvenciones las impulsa, pero también dota de excesivas prebendas, asegurando por largo tiempo rentabilidades de un 20%, cuando la deuda pública estaba por debajo del 5%, rentabilidad que tendrá que pagar el resto de población, encareciendo la energía. La relación con el territorio, transportes, comunicaciones, urbanismo, playas y montes,… chocan frontalmente intereses de futuro y presente, interclasistas, no solo de grandes corporaciones, también de grupos diversos de población.
La contradicción entre el corto y largo plazo inunda estos debates; crecer o decrecer, debería ser un debate público, pero en plena crisis resulta una temeridad proponer a millones de precariados que es más sostenible decrecer, porque a corto plazo quedarán marginados. Cambio climático y cambio de opciones energéticas, resulta dificilísimo encajar dicho debate en una sociedad dependiente del petróleo, dependencia que en España llega a ser asfixiante, pero seguimos sin movernos en otra dirección. Para situar el contexto y simplificando, podríamos estimar un rango entre un 5/10% de voto ecologista en España, -Angel Valencia cita un porcentaje cercano al 10% como donante a grupo ecologista, lo cual podría asimilarse en alguna medida a cierto grado de afiliación, y el CIS estima un 4.5% de población que se define como ecologista en primera opción, y un 7% en segunda- un 4.5% sobre 16 millones de votantes, los habidos en estas elecciones de 2014, supondrían unos 720.000 votos, un 10% nos llevaría hasta 1.600.000-. Evidentemente el total de voto ecologista se distribuye entre todas las formaciones políticas del arco ideológico, incluidas derecha y centro, podemos suponer que cuanto más cercano esté a la definición en primera opción, las preferencias se acercará más a partidos verdes, sin olvidar que socialistas y comunistas también contienen voto verde auto-considerado ecologista en primera y segunda opción.
‘Opiniones y Actitudes. Ciudadanía y conciencia medioambiental en España’. Ángel Valencia Sáiz, Manuel Arias Maldonado, Rafael Vázquez García. CIS.2010.