En la política española lo que se lleva ahora es derrapar en todas las curvas y no hay visos de que nada cambie. A la hora de negociar para intentar formar Gobierno, nuestros representantes políticos confunden nuestros votos con sus vetos y así no hay manera. PP veta a Podemos > PSOE veta a PP > Podemos veta a PP y Ciudadanos > Ciudadanos veta a Podemos… Fantástico. Pero señores, no les hemos votado ni les pagamos para que hagan eso. A ver, tomen nota: Negociar no es vetar porque vetar es impedir que una cosa se haga. Lo que queremos es que ustedes hagan y construyan, no que destruyan. Es fácil de entender: negociar es pactar para alcanzar un acuerdo común, plural y realista. Y para conseguirlo tienen que ceder todas las partes. Tienen que abrir sus candados y sentarse a hablar.
Hagan lo que les plazca o les dejen, pero por favor, no nos hablen más de que estamos ante una «nueva política» o una «nueva transición». Ya no cuela. Primero, porque esa nueva política es nefasta si salta a la arena vetando al primero que piensa diferente. Y segundo: porque en la auténtica transición sí que negociaron, sí que pactaron, sí que cedieron y sí que cerraron el pico entre reunión y reunión.
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