Son tiempos de confusión, cantaba en 1989 la banda granadina 091. Y 23 años después, seguimos con la misma confusión, o quizás aumentada, ya que la confusión generada con un mensaje se puede multiplicar casi hasta el infinito gracias a la difusión de las redes sociales.Un buen ejemplo es la difusión de información rigurosa acerca de la gestión sanitaria en España, y de las implicaciones (más allá de las ideológicas) de la gestión pública y la gestión privada de los servicios sanitarios. Y entre todos los análisis que hemos visto, nos ha llamado la atención uno que publica el blog Nada es Gratis, y que ya incluímos en el resumen dominical de hace unos días. Este blog ha decidido iniciar una serie de entradas sobre gestión sanitaria, y de hecho ya han lanzado el primero, que cuenta con la colaboración de Juan Oliva (Presidente de la Asociación de Economía de la Salud) con el título "Gestión pública o privada de servicios sanitarios (I): elementos para un debate informado".Su lectura aporta algo de luz sobre la evidencia nacional (poca y de calidad desigual) e internacional sobre la bondad de los modelos sanitarios que se enfrentan estos días en cualquier foro (tipo boxeo): el público y el privado. Además lo hace desde una perspectiva objetiva, aportando elementos que hace falta incorporar al sistema sanitario (transparencia, ética, participación, etc) y prometiendo futuras entradas para ampliar la información sobre el tema. Además, incluye referencias y bibliografía muy interesante al respecto. Quizás muchos periodistas deban conocer este tipo de análisis para saber perfectamente en que campo de batalla se encuentran, y también muchos políticos deban leerlo para conocer algo más del mundo sanitario, que a veces parecen elefantes en una cacharrería.Como dice Juan Oliva en el post:
La principal conclusión de la reciente experiencia británica, bandera en experimentos de colaboración público privada, es que la gestión privada de los servicios sanitarios no es necesariamente mejor que la gestión pública…ni al contrario. Factores tales como el entorno administrativo e institucional, la cultura de los centros, las condiciones de los contratos y la adecuada supervisión por parte del financiador de la calidad del servicio prestado son los elementos a tener en cuenta cuando se analizan estos casos. Alternativamente, fomentar la competencia entre centros (con independencia de la forma jurídica de gestión), sí puede ofrecer mejoras en sus resultados.Y como conclusión, del mismo texto (recomendable al 100% por supuesto):
Un lema repetido hasta el absurdo en los últimos tiempos es que hay que tomar decisiones valientes. Y probablemente sea cierto. Pero no menos cierto es que ante todo deben primar las decisiones inteligentes e informadas previamente por el conocimiento científico y técnico disponible.Finalmente, Xose Manuel Meijome ha publicado una interesante reflexión en su blog acerca de la confusión de los medios y las redes sociales sobre la sanidad pública. De hecho, su entrada nos ha servido de inspiración para el título de este post (¡gracias!).