
Estaba yo por tierras almerienses en estos días de pepas y pepes, cuando quise asomarme a un mirador, pero estaba ocupado por un grupo de chiquillos, entretenidos jugando. Como hacia buen tiempo y ya dijo el sabio que el tiempo es lo que permite que no pase todo a la vez, estuve esperando hasta que se fueron. Allí dejaron un rastro de chucherías, papeles, etc, digno de otro post carca, pero entre esos residuos estaba la botellita de la foto de arriba. Confieso que la puse en la baranda para la foto. Un poco sospechosa, ¿verdad?. Parece una botella de lavavajillas, por su forma, por el liquido que contiene, por el tapón...eso sí, apta para celiacos, que no falte. Y lleva un rasca en su etiqueta. El no va más.
Al llegar a la casa en la que estamos, hice una foto en la cocina a una cosa que debe estar fuera del alcance de los niños. Luego vienen los madremias. Reflexionad vosotros.

