¿Y si la masacre de Arizona fuera un atentado antijudío?...
El intento de asesinato de la congresista Gabrielle Giffords ha reverdecido una guerra ideológica en la que las izquierdas vinculan el atacante a los conservadores de los Tea Party, minusvalorando que ella es judía conversa –su madre era cristiana--, y que al homicida le apasionaban el Mein Kampf de Hitler y el Manifiesto Comunista, de Karl Marx.
Ambos textos son profundamente antijudíos, con la paradoja de que Marx se desvinculó de ese origen familiar para expresarle odio en sus escritos.
Jared Lee Loughner, que dejó a la congresista estatal en estado crítico y mató a seis personas, es además un chiflado de las armas y de las profecías milenaristas.
No parece tener relación con el integrismo populista y el fundamentalismo naïf de los Tea Party, en los que hay también, además de blancos, negros, hispanos, y judíos. Al contrario, durante algún tiempo se relacionó con ultraizquierdistas.
Como muchos otros demócratas, la congresista Giffords era una rival a abatir por los Tea Party con propaganda de mal gusto, una diana simbólica. Pero sólo electoralmente, como antagonista ideológica. Y los demócratas hacen carteles similares contra los republicanos.
Ocultar el posible componente antijudío del criminal y achacárselo a un movimiento como el Tea Party, transmite sutilmente la idea de que quienes rechazan políticamente a Obama o Giffords son asesinos.
También tapa el debate sobre la creciente simpatía hacia el jihadismo de las izquierdas en las que posiblemente estuvo el asesino, proceso que antes sólo era característico del nazismo: ambos extremismos confluyen ahora en el antijudaísmo.
En España los medios zapateristas usan el atentado para hacer paralelismos entre los nuevos medios de comunicación derechistas y el terrorista estadounidense.
Han iniciado una campaña afirmando que esos medios forman ideológicamente a gente como Loughner, olvidando que ellos crean otros Loughner desde el bando contrario.
Más aún, las televisiones de todos, de madrugada, ponen astrólogos milenaristas.
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Tras el drama estadounidense, una nota española.
Empiezan a prepararse las listas electorales de esta primavera. SALAS sabe cómo se elaboran.