Congreso, francés 40 €uros

Las autoridades sanitarias advierten:
Pagar por sexo perjudica a la embarazada, al feto y a la investigación espacial.
(Pegatina puesta de forma visible en el pecho siliconado de un travestón en la Casa de Campo)

Escuche música mientras lee, me lo agradecerá

Soy fumador, lo soy desde hace mucho. También me echo una copa, o unas cuantas al coleto cuando se tercia. Algo que no he hecho nunca, pero porque no me ha hecho falta, es pagar por sexo. Imagino que si me hubiera hecho falta lo habría hecho, aunque no acierto a elucubrar en qué circunstancias podría pasar. No es por una cuestión moral, mi moral es muy limitada, háganme caso.
Cuando el Ministerio de Sanidad se empeñó en prohibir el fumar en espacios públicos fui de los que defendió la medida. Creo que nadie tiene porqué chuparse el humo de mis pitillos, si no quiere y, desde luego, me parece muy bien que se le dé toda la publicidad posible a que fumar es malo para la salud. Eso sí, también soy de los que creo que debe existir libertad para que el dueño de un local, tenga los metros que tenga, pueda elegir si poner el cartelito de Prohibido Fumar o el de Aquí se fuma, y que cada cual decida si quiere entrar en el, o no. Personalmente no voy a ningún local en el que no se permita fumar, ni bar, ni restaurante, y me pareció muy buena idea que en Barajas se habilitasen espacios para fumadores, aunque reconozco que dichos espacios aseguran bien poco que el humo de los pitillos no vague libremente por las terminales, es decir, los espacios para fumadores de Barajas deberían estar mejor hechos. Tampoco protesto cuando suben los impuestos sobre el tabaco, deberían subir mucho más. Y todo lo anterior no me impide reconocer que si tanto problema tienen con el tabaco lo que deben hacer es prohibirlo, claro que a ver quien es el guapo que le quita al Estado la chupa de los pingües beneficios que saca de su venta.
No me ocurre lo mismo con la prohibición de beber en la vía pública, porque es una medida hipócrita, idiota, imbécil e interesada. Es decir, resulta que me puedo sentar en una terraza puesta en la vía pública y ponerme ciego a cerveza o whisky, pero si voy con una cerveza en la mano o dándo lingotazos a una botella de whisky por la vía pública me pueden poner una multa, que no es lo peor, y requisarme la bebida, que es lo peor (¿¿¿...???). Vamos, que me puedo poner ciego en un local, o en la terraza de un local que está en la vía pública, pero no puedo ponerme ciego por mi cuenta en la calle. La prohibición del botellón es una hipocrecía de tal embergadura que no sé cómo a los responsables políticos de la medida no se les cayó la cara al suelo de vergüenza, aunque imagino que la Asociación Nacional de Hosteleros pagaría sus buenos millones para que se aprobara. Y la excusa de que de esa forma se impide que los menores beban ya es de querer mear y no echar gota. Si no quieren que los menores beban sólo tienen que delimitar zonas en las que se permita el botellón y poner policía a vigilar quién bebe y quién no, que para eso están... creo. Y repito, si tanto problema tienen con el bebercio lo que deben hacer es prohibirlo, claro que a ver quien es el guapo que le quita al Estado la chupa de los pingües beneficios que saca de su venta.
Antesdeayer el señor Presidente dijo que se iba a prohibir la publicidad de la prostitución en los medios de comunicación. Qué quieren que les diga, jamás he escondido que soy pro prohibición, o pro regulación, es decir, o se prohibe el ejercicio de la prostitución o se regula con todas las consecuencias, lo que no se puede hacer es dejar a un colectivo a la buena de dios, que es lo que pasa ahora mismo, sin derechos efectivos, ni deberes claros.
En febrero de 2007, la diputada Lourdes Muñoz presentó un informe en el Parlamento en el que se dejaba bien claro que cualquier intento de regulación de la prostitución es inconstitucional, y como bien dice en su blog, la prostitución, la trata y el tráfico de seres humanos, y la explotación sexual de menores están completamente ligados y, como situaciones, no son separables. No son palabras vacías. La prostitución mueve en España la friolera de 18.000 millones de euros, cantidad de dinero generada por las más de 300.000 prostitutas que trabajan en nuestras calles. Lo más gracioso de todo es que uno de los argumentos que se esgrimen para intentar hacer pasar la prostitución como un trabajo respetable es que, como tal, hay unos empresarios - y empresarias-, y trabajadores que no cotizan como tales. Lo cierto es que menos del 3% del total de las prostitutas se dedican a ello por elección propia, y las que lo hacen de forma profesional y consciente, desde luego, no tienen nada que ver con el resto.
Este anuncio del Señor Presidente va en la misma dirección que el prohibir fumar en espacios públicos, pero sin prohibir el tabaco, el prohibir beber en espacios públicos, pero sin prohibir la bebida... pero peor, porque si ya de por si una prostituta lo tiene difícil para poder ejercer en un local, o piso, o casa sin que las mafias del gremio - respetables empresarios y empresarias- se aprovechen de la venta de sus carnes, si encima no pueden anunciar dónde trabajan no les va a quedar otra que ejercer en la calle, con las mismas mafias del gremio sobre sus costillas, no es cuestión de molestar a estos respetables empresarios y empresarias que, para empezar, se lo llevan crudo y limpio de polvo y paja, porque la esclavitud no cotiza a la Seguridad Social.
Esta manía de la política del recauchutado, del gesto y no la acción, del pisar callos de débiles, en vez de crear medidas podológicas, se está convirtiendo en toda una tónica política de este Gobierno. No voy a decir nada sobre que esta prohibición, como la chorrada que es, se haga en un Debate de la Nación y con la que está cayendo, porque no hace falta - a buen entendedor...-. Eso sí, no se me escapa la lógica de no querer prohibir la prostitución...
... habría que chapar el Congreso (¬¬)
Tele MACO
Un artículo, un vídeo
Casa de Campo de Madrid, un lugar al que ir con toda la familia (Lleve condones)

Buenas noches, y buena suerte (es un decir)...
Ôo-~