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Congreso Grande o Chiquito: El tamaño realmente importa?

Publicado el 08 agosto 2014 por Adriana Santiago @aisaja

Congreso Grande o Chiquito: El tamaño realmente importa?

Foto por @inconformesya

Ojalá y fuera que sólo jugaran Tetris en pleno debate como hacía el Senador
Benedetti o sólo se echaran un motoso como los Senadores Gerlein y Cepeda... o mejor aún, que salieran con desparpajo a decir que no van a la posesión del Presidente de la República simplemente porque no se habla con él como el Senador Uribe, aún cuando es su deber sino legal al menos moral como congresista.
Ojalá y sólo fuera eso. A nadie se le niegan 15 minutos de esparcimiento durante la tediosa jornada laboral... o que tire la primera piedra el que diga que nunca se ha sentado un ratico a jugar solitario, chequear Facebook o chatear con la novia para "despejar la mente". Confieso que yo he visto documentales enteros en YouTube mientras trabajo y hasta me han pillado, pero no por eso me han echado.
Pero desafortunadamente en el Congreso de nuestro país pasan cosas peores, graves, cosas que nos siguen costando a nosotros los colombianos muchas lágrimas, plata y violencia. Yo creo, y agradecería que algún abogado me precise la afirmación, que en el Congreso colombiano en sus cientos de años de existencia se han cometido todos los delitos listados en los códigos civiles, disciplinarios, penales, la constitución, las tablas de la ley de Dios, el código de Hammurabi y hasta más. Incluso llego a pensar que ahí se cometen hasta nuevos delitos que nunca llegaremos a conocer porque hay trapitos que ni siquiera se lavan en casa si no que se guardan en algún cajón.
En fin, es tanta la podredumbre que uno ve en ese recinto que lo primero que se le viene a la mente a uno es echarle tijera, recortar el número de bandidos que dicen trabajar ahí para ahorrarnos una buena parte de las lágrimas, la plata y la violencia que generan.
Echarle tijera, o en palabras más formales: Eliminar curules, es una de las propuestas que se han hecho evidentes en las redes sociales y la opinión de varios ciudadanos. Por ejemplo cito el post del libretista Gustavo Bolívar en el que explica sus razones para tener un Congreso Unicameral. Los invito a leer la nota, es muy interesante, fácil de leer y tiene algunos datos muy relevantes.
Luego de leerla, me parecieron razonables sus argumentos. Pero después de analizar el tema, de investigar, leer y comparar información llegué a la conclusión de que esta idea de reducir el Congreso nos perjudicaría más de lo que nos beneficiaría.
Digo esto porque, con todo y sus buenas intenciones, sería una improvisación al mejor estilo de la Reelección en los tiempos del gobierno Uribe, y a mí ya me caparon una vez con ese tema. En la reelección yo me tragué enterito el cuento de que necesitábamos que Uribe repitiera presidencia para que acabara con la guerrilla y terminé votando Sí en el referendo  porque ingenuamente pensé que sólo implicaba cambiar un articulito en la Constitución. Vamos a ver que con ese voto muy mal informado contribuí al desastre institucional que vemos hoy en día... adornado con la reelección de un pésimo presidente como Juan Manuel Santos.
En ese sentido yo quisiera exponer aquí mis razones por las cuales considero que la solución para acabar con la corrupción del Congreso no es reducir su tamaño y tampoco volverlo unicameral sino limpiarlo, despulgarlo, aceitarlo y ponerlo a funcionar como debe ser.
#1. El Congreso es la voz del pueblo: O al menos en teoría. Se supone que el Congreso es la representación de la sociedad en el poder de un Estado como Colombia. Aquí tenemos la posibilidad (limitada pero la tenemos) de elegir Senadores y Representantes a la Cámara no solamente para que debatan y redacten las leyes de nuestro país sino para que representen y protejan nuestros intereses como nación frente al Gobierno. Si lo ponemos en términos empresariales, el Congreso es la junta directiva de nuestro país y ante él deben comparecer los dirigentes desde el Presidente para abajo para dar cuenta de sus actos, decisiones y políticas.
Precísamente porque esas funciones (Redactar las leyes y hacer control político) son tan importantes y cruciales para la estabilidad de nuestra democracia, es que necesitamos tener un número óptimo de Congresistas. Hoy en día tenemos 268 para una población de más o menos 47 millones de habitantes que cada día crece más. Eso nos da 1 congresista por cada 180.000 habitantes aproximadamente.
Ese número es bueno o malo? Para hacerme una idea, escogí un grupo de países al azar, entre potencias mundiales y otros en vías de desarrollo como el nuestro y me tomé el trabajo de investigar cuántos congresistas por habitante tienen. Aquí está la tabla:
Congreso Grande o Chiquito: El tamaño realmente importa?

Estos datos también se pueden corroborar en el Informe Parlamentario Mundial de la Unión Interparlamentaria y el PNUD que pueden descargar aquí
Como dice el informe y como pueden apreciar en la gráfica, el promedio de parlamentarios por habitante en el mundo es de 1 Congresista por cada 146.000 habitantes. Es decir, estaríamos por debajo de la media lo que significaría que más bien estamos un poco cortos.
Los casos más extremos son China y Estados Unidos que tienen un congresista por cada 500.000 habitantes. Ambos son las primeras potencias económicas mundiales pero aquí entre nos, ninguno de los dos son el mejor ejemplo de la democracia en el mundo. Luego charlaremos de eso.
Si quisieramos tomar el ejemplo de los países desarrollados, civilizados, famosos por su alto nivel de bienstar, seguridad  y todas esas cosas que envidiamos a baba escurrida, países como Noruega, Canadá, Finlandia, Japón e incluso el Reino Unido que tiene especial fama por ser el precursor de esta institución y bajo cuya estructura se han inspirado los demás parlamentos del mundo, lo que vemos es que, exceptuando Japón, todos estos países tienen un número de congresistas más bien grande en comparación a sus poblaciones. El mismísimo Reino Unido tiene 1.410 parlamentarios, equivalentes a 1 congresista por cada 45.000 habitantes y países como Canadá o Suecia, con una población evidentemente menor que la de Colombia tiene incluso más parlamentarios que nosotros.
Ok yo sé que me van a decir que en las potencias se justifica porque no hay tantos niveles de corrupción. Pero incluso así, ese argumento se caería de su peso porque si el problema es de corrupción entonces la tarea sería más fácil ya que al ahorrarse el control político y la revisadera de las leyes y por lo tanto no necesitarían tanta gente en sus parlamentos. Pero en realidad ocurre todo lo contrario. Ellos prefieren tener mucha gente para que se haga una revisión minuciosa de cada ley que aprueban blindandolas a prueba de corruptos.
Si hacemos el ejercicio comparándonos con países más parecidos al nuestro como Argentina, Brasil, México y Perú. Lo que yo veo es que estamos ahí, ni muy bien ni muy mal, seguimos en el promedio, lo que me daría la sensación de que deberíamos quedarnos en donde estamos en vez de empezar a recortar.
Dejando de lado un poco las gráficas, las comparaciones, los números y mirando más nuestro contexto, sigo pensando que nos conviene más seguir con el mismo número de curules si es que no hay posibilidad de abrir más. La cuestión es que un país como el nuestro no puede darse el lujo de cerrar sus propios escenarios de expresión y participación, así sean malos. Aún cuando la violencia ha querido silenciar muchas voces en nuestro país, gracias a Dios aún no las han callado a todas. Tenemos un país con opiniones diversas, con sentires, problemáticas y puntos de vistas tan variados como habitantes y si con 268 representantes hay tanta exclusión, no me imagino cómo sería con menos. Si le echaramos tijera y redujeramos el número lo que estaríamos haciendo es apagando nosotros mismos los micrófonos, cerrando nosotros mismos nuestros propios canales de comunicación y creando un monopolio para que sólo unos pocos sectores sociales sean los que redacten las leyes que nos afectan a todos. Valga aclarar que serían leyes hechas a la medida de ese grupo pequeño y selecto, no a la medida de todos nosotros.
En este sentido, creo que la calidad de los congresistas es tan clave como la cantidad. Deberíamos tener tantos congresistas como sean necesarios pero no cualquierita, sino los mejores, como debe ser.
#2. Uni o Bi? es cuestión de gustos Pues hasta ahora no hay ningún estudio, prueba científica o hecho concreto que indique que una cámara funciona mejor que dos o viceversa. Si volvemos al tema de los países de la crema cuyos parlamentos funcionan bien pues hay de los dos modelos: Los Escandinavos tienen una, Canada, España, Bélgica y UK tienen dos, ni todos son Uni ni todos son Bi. Lo mismo pasa en los paupérrimos y corruptos países como el nuestro.
Cuál sería el criterio de escoger uno u otro entonces? Pues ahí sí creo que depende del país, del tipo de gobierno que tengan, cuál es el sistema de elección de los parlamentarios o del tipo de proceso de aprobación o no de las leyes de cada país e incluso la evolución histórica de cada sociedad.
En los parlamentos unicamerales generalmente se eligen por votación popular cierto número de representantes por cada unidad geo-política del país. Esta sóla cámara revisa los proyectos de ley, los lee, debate, aprueba o desaprueba y hace el control político.
Los parlamentos Bicamerales siguen la misma lógica pero la diferencia es que una cámara le sirve de contrapeso a la otra a la hora de debatir los proyectos de ley. Volviendo al ejemplo de Inglaterra, y aquí quisiera hacer una aclaración importante ya que he visto el error en otros blogs: El parlamento inglés es no es UNIcameral sino BIcameral. Tienen la Cámara de los Lords y cámara de los Comunes. La diferencia con otros parlamentos bicamerales es que la cámara de los Lords no la elige el pueblo sino la Reina por consejo del Primer Ministro pero igual funciona como contrapeso de la Cámara de los Comunes, que sería el ala "populacha" del parlamento inglés.
El procedimiento en general es que se hace una primera lectura de la ley, luego se debate, se revisa y posteriormente se aprueba el proyecto por una cámara (Comunes o equivalente a nuestra Cámara de Reps). Luego este primer borrador se pasa a la segunda cámara (Senado) y se repite el ciclo anterior hasta que se aprueba. Cuando se ha logrado esta aprobación unánime por las dos cámaras, queda lista para la foto: la sanciona el jefe de Estado, ya sea Primer Ministro, Presidente, Rey/Reina, lo que corresponda y empieza a regir.
Podría parecer que es doble trabajo, pero si analizamos la cuestión detenidamente, cuando se trata de una ley, desde la más simple norma de tránsito hasta las más complejas como la reforma tributaria, el código penal o reformas constitucionales es necesario tomarse el trabajo de hacer una revisión exhaustiva antes de escribirla en piedra. No solamente de eso depende -así sea en teoría- el funcionamiendo del Estado, la resolución de conflictos y el control del presupuesto sino la regulación y garantía de nuestros derechos y deberes... nada más y nada menos. Vuelvo y repito, si así con lo que tenemos todavía escuchamos frases como "hay un vacío en la ley" o "el código disciplinario no preveía que"... qué tal si simplificamos el proceso?
Por otro lado, y como por todos es sabido, nuestro país no es homogéneo. Las necesidades puntuales del Chocó no son las mismas que las del Orinoco ni se puede legislar sólo pensando en Bogotá sin tener en cuenta la idosincrasia, cultura o hasta el clima de una región tan diferente como la Costa. Es por eso que la Cámara de Representantes es importante, por que ahí se pondrían en conocimiento todas esas condiciones regionales para poder pulir los proyectos de ley de manera que sean ejecutables en todo el territorio nacional.
Es por esto, que yo me quedaría tal y como estamos, con nuestro sistema Bicameral, para que las regiones tengan visibilidad y haga un proceso minucioso de lectura y debate de los proyectos de ley. Lo que habría qué hacer entonces para optimizar el proceso es descabezar a los que juegan Tetris, a los dormidos, a los perezosos que no leen las leyes como Simón Gaviria, a los incoherentes que quieren infringir la ley con el argumento de que son Senadores y sacaron 50mil votos como Merlano y los que van sólo a cobrar el cheque sin abrir nunca la boca. Hay que poner ahí a los presenten proyectos relevantes, argumentos sólidos, coherentes y en general, hagan bien su trabajo como Jorge Robledo, Angela María Robledo, Luis Fernando Velazco, Juan Manuel Galán, Juan Lozano, Guillermo Rivera o Germán Navas, entre otros... que tampoco son tres gatos.
Adicionalmente... como dice el dicho, es mejor malo conocido que bueno por conocer. Ya sabemos cómo funciona el sistema Bicameral y qué es lo que no está funcionando en el nuestro. No es más fácil arreglarlo que cambiarnos a otro sistema que no conocemos, en el que no tenemos experiencia directa ni mucho menos podemos preveer por dónde se nos van a colar los micos, elefantes, ratas y otras criaturas indeseables?
#3. La cuestión de la cobertura. Este es cortico y más bien pragmático. Si uno tiene una queja o un reclamo que hacer sobre el gobierno, el Congreso es una de las "líneas de atención al cliente", que muy poco usamos realmente porque ni contestan. Con todos nuestros problemas, no es mejor tener 268 teléfonos o emails que sólo la mitad?
#4. Optimización del presupuesto: La lógica nos diría que cuando uno tiene un déficit presupuestal y necesita recortar gastos, lo más sensato es recortar personal. Y es cierto, recortar la nómina de Congresistas nos aliviaría enormemente un gasto pesado que además de que no representa ningún retorno a la inversión, nos hunde más en la pobreza.
Y es que la mayoría son unos nuches con hambre vieja que comen bueno, viajan bueno, duermen bueno y todo a costa de nuestros impuestos. No les duele pasarnos la factura de la champaña que se toman cuando en los pueblos que los eligieron no hay ni agua para tomar y los niños se mueren de física hambre.
Eso sí que da piedra y es el príncipal argumento para echar el tijeretazo.
Sin embargo yo no le daría el tijeretazo a la nómina sino a los beneficios que cada uno recibe y los dejaría en sus justas proporciones. Yo personalmente no me michicateo por su abultadito salario, ni por sus escoltas, pues considerando su papel tan importante en la sociedad preferiría que estuvieran bien protegidos. Incluso podría tragarme el sapo de los viáticos y el subsidio de vivienda pues se supone que tienen que viajar por el país y hablar con la gente, acompañar a los ciudadanos en sus problemáticas y ver con sus propios ojos si es necesario la corrupción rampante de las demás instituciones para denunciarla. Y de ñapa les apruebo el celular y el Ipad para que jueguen Tetris y de vez en cuando hagan sus llamadas con fines laborales. Así somos de dadivosos los ciudadanos.
PERO, PERO!! las millonarias y absurdas primas que se ganan hasta por ir al baño? las pensiones millonarias y que tan fácilmente le heredan a sus hijos y nietos sin ningún control? y la gasolina que pretendía Corzo que saliera de nuestro bolsillo? No me jodan!!!! tampoco me vean la cara de pendeja!
Y la excusa pecueca de los honorables Congresistas para justificar semejante lujo es que tener gente buena en el Capitolio cuesta y que hay que darles la dignidad que se merecen como Padres de la patria, etc, etc. Pues si fuera por lo "buenos congresistas", la mayoría se quedaría con el salario mínimo deducible de impuestos. Pues bien, si a algún congresista no le suena la oferta de un sueldo, primas y beneficios justos y acordes con la realidad del país, pues que vaya y se dedique a otra cosa, este país lo que necesita es gente emprendedora no parásitos. Y a los que por convicción quieran ser buenos congresistas apesar de que la reducción de la paga, bienvenidos. Estoy segura de que gente buena para llenar esas sillas y trabajar con juicio con un salario razonable es lo que sobra.
Pensar que con un Congreso más pequeño nuestra legislación será más eficiente es como si uno buscara ganar menos plata para gastar menos. Siendo pragmáticos, podemos examinar la lógica empresarial hoy en día. Una compañía no recorta un departamento tan importante sólo porque sus empleados son flojos y malos. Lo que hace es echarlos y contratar gente buena, así de simple. De hecho, si esos empleados buenos cumplen las metas les dan bonos y beneficios. Así debería ser en el Congreso.
#5. Tener menos congresistas no es garantía de que haya menos corrupción y menos robo al erario público. La torta de corrupción es incalculable en el Capitolio, eso lo sabemos. Pero sea cual sea la cifra, ya es un botín, un capital que ellos mismos han construido con sus malas mañas y en el evento en que haya un recorte de personal, nadie puede garantizar que ese botín sea rescatado para devolverselo al pueblo en inversión social.
Siendo realista y conociendo los alcances de los corruptos en este país, los más felices de saber que habría un recorte en el número de congresistas serían ellos mismos!!! aquellos corruptos que han amasado para sí mismos esa fortuna mal habida. Imagínense cuántos votos más no podrían comprarse teniendo más billete para gastar? Si las curules del Congreso fueran menos, no me imagino a las maquinarias electorales trabajando a toda marcha para comprar votos en un país con tanta hambre y miseria, por no hablar del trasteo, la violencia y la intimidación.
Lo mismo pasaría con los puestos y la mal llamada "mermelada". Tener menos congresistas implicaría menos esfuerzo para un presidente para echarselos al bolsillo y al revés, tener menos congresistas no le da más independencia  a un presidente para nombrar a los que considere idóneos en los organismos públicos, sino precísamente lo contrario, los puestos que hay quedarían atrapados en menos manos.
***
Y bien, estos cinco son los principales argumentos por los cuales considero que para tener un mejor Congreso no necesariamente la solución es recortar las curules sino depurarlas, y los primeros que debemos cumplir la tarea somos nosotros los ciudadanos al investigar, conocer los candidatos, informarnos y tomar la decisión a la hora de votar. Finalmente, tenemos que aprovechar la fortuna de vivir en una sociedad medianamente democrática que aunque limitados, al menos tenemos la posibilidad de hacer escuchar nuestra voz a través de los representantes que seamos capaces de elegir. Si los que están ahí no hacen bien su trabajo, la salida no es quitar los escritorios sino cambiar a los empleados.
De todas formas esta no es una tesis, disertación ni una investigación académica, es una opinión educada que quiero compartir y que está abierta para el debate con argumentos. Por ahora me despido porque desde hace rato estoy pegada en el nivel 6 de Tetris y no me lo pienso dejar ganar de Benedetti.

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