Hoy me han hecho un halago precioso cuando han recibido en casa el paquete que contenía lo que os voy a enseñar. Me han dicho que todo lo que hago tiene alma. ¿No os parece algo realmente hermoso?
Seguramente tendréis curiosidad por saber en qué consistía el encargo. Pues bien, fue todo un reto que os cuento.
Carmen me contó que va a ser madrina en una boda y que su familia le insistía para que llevara algo en la cabeza, pero ella se resistía, nada le convencía, buscaba algo más sencillo. Al ver mis flores de tela pensó que algo así sí le gustaría llevarlo, algo que no destacase, pero que le acompañase. Luego se animó a pedirme un broche para ponérselo en el cinturón del vestido, y por último un bolsito con boquilla.
Del vestido se encargaba una modista y me mandó un trocito de tela que sobraba del mismo. Se trataba de una tira de unos 6 cm. del bajo del vestido: una gasa azul marino que completaría con una chaqueta de tul con encaje en color cava que combinaba a la perfección con una tela que yo tenía guardada en mi armario de telas.
Y a partir de ahí, ¡¡he hecho magia!! Porque he estirado ese trocito de tela hasta conseguir hacer lo que os paso a enseñar en las fotos.
Carmen, gracias por la confianza depositada y por hacérmelo todo tan fácil. Y mil gracias a tu marido, su halago ha sido el más bonito de los que hasta ahora me ha hecho mi pequeña y maravillosa clientela.
Este es el conjunto: pequeño tocado con flor de tela y diadema forrada con la gasa azul del vestido. Bolsito con boquilla en color cava y adornos azul marino. Broche para el cinturón. Y por último, como sabía que las flores de ondulina le gustan a Carmen, le hice también un anillo.
Y ahora vamos a ver los interiores y traseras. Empezamos por el bolso.
El broche lleva un imperdible cómodo de poner y quitar.
Carmen quiere llevar el bolso en la mano durante la ceremonia, y colgado en la recepción, así que lo mejor ha sido poner dos mosquetones. ¡Que sea un día muy feliz!