Revista Cultura y Ocio

Conmovedor y humano, "Una primavera en Chernóbil" es un cómic difícil de olvidar

Publicado el 30 marzo 2015 por Castillosenelaire
Emmanuel Lepage
22 años después de la tragedia de Chernóbil, a Emmanuel Lepage se le ofreció visitar el lugar para preparar un reportaje gráfico que manifestara sus impresiones sobre el lugar y contribuir de ese modo a la lucha antinuclear. Pero una vez allí descubrió algo que no esperaba encontrar... que la vida, y la gente, seguía adelante por encima de todo, a pesar de todo lo pasado y, posiblemente, de todo lo que pudiera llegar a pasar. Un relato antinuclear que es también un canto a la vida, un documental en viñetas espléndidamente dibujado y pintado por uno de los mejores dibujantes realistas que hay en Francia. Un libro inolvidable.
Porque a veces es buenosaber de verdad cómo esnuestro mundo
Tengo que deciros para arrancar este comentario que este es un cómic que me entró por los ojos ya desde el boletín de novedades que recibo religiosamente cada mes, nada más verlo y leer su sinopsis (sí, esta vez sí que la leí) me di cuenta de que había algo más que una estupenda historia detrás de este tebeo, así que, me hice con un ejemplar lo antes posible, aparté otras lecturas pendientes, me senté cómodamente en mi sillón favorito y me lo devoré de una sentada, disfrutándolo al máximo y pensando en todo lo que nos cuenta, porque este es un tebeo que nos cuenta muchas cosas y que nos hace pensar y reflexionar sobre la vida y sobre qué hacemos con la tierra y con nuestros congéneres.
Un cómic que es un reportaje histórico y vital sobre un asunto que se intenta esconder pero que se ha convertido en un triste icono del Siglo XX
Si fuiste a EGB (lo digo por la edad, no porque dude de los contenidos en cultura general de los sistemas educativos posteriores…) sabes lo que es Chernóbil, o, por lo menos, sabes qué fue lo que ocurrió allí o, mejor dicho, crees saberlo, porque hay muchas cosas detrás de esta catástrofe humana y natural que no se saben y que no se sabrán jamás. Poco a poco nos han ido llegando retazos de lo que pasó, de las heroicidades y mezquindades, de los desastres que siguen salpicando toda Europa, de cosas tan sorprendentes como la evacuación de Pripiat… no sé, la verdad es que daría para mucho una historia con Chernóbil como tema, por eso siempre me acerco a quien me quiere contar algo sobre ello y por eso no lo dudé, me adentré sin pensarlo en los frondosos bosques casi fosforescentes que me ofrecía la portada y me sorprendí con mucho más de lo que imaginaba, algo así como lo que le ocurrió al propio Lepage en el proceso pre-creación de esta obra de arte hecha cómic.
No hace falta que lo diga, el dibujo es, sencillamente, espectacular
Y es que “Una primavera en Chernóbil” es la historia de un descubrimiento, de una revelación. Nos cuenta el incierto viaje que el propio Emmanuel Lepage y un grupo de valientes realiza a una zona que todos consideramos muerta y yerma a causa de la catástrofe pero que, como veremos al leer esta historia, está más viva y llena de vida de lo que podríamos suponer. La naturaleza, poco a poco, se adueña de un entorno en el que aún viven centenares de personas que no tuvieron vivir en otra parte o no quisieron abandonar sus raíces o, incluso, que poco a poco regresan a la tierra en la que nacieron y crecieron hasta que un abrupto incidente les hizo vivir un apocalipsis menos concentrado y acotado de lo que solemos pensar.

El dibujo impresiona. Acuarela, lápiz, colores apagados o incluso brillantes en momentos, la verdad es que podría deciros miles de maravillas acerca de “Una primavera en Chernóbil”, te permite ver casi en primera persona los paisajes, las personas, el peso de la historia, la melancolía por lo que era y ya no es… pero también la alegría por una vida que, después de todo, como decía el gran Ian Malcolm en Parque Jurásico, siempre se abre paso. Como nos pasaría a todos, el autor comienza siendo reticente a viajar hasta allí, a tocar nada y mucho menos a comer o a beber y sin embargo, quizá contagiado por la vida real, por la viveza del paisaje, por el poder del sol o por todo ello unido, termina perdiendo cualquier temor y siendo una parte más de un mundo extraño, casi anclado en otro tiempo, perdido en el temor y en la desconfianza hacia un lugar que creímos perdido para siempre y que demuestra que la Naturaleza es capaz de superarnos cuando lo necesita.
Un estupendo modo de hablar frente a la Energía Nuclear sin necesidad de panfletos ni demagogia. Aún estoy conmovido por esta lectura.
El guión es estupendo, máxime cuando sabemos que se trata de algo real, cierto, algo vivido por el propio autor que nos lo cuenta, es casi más un reportaje que una historia en sí. A mí, desde luego, me ha cautivado y fascinado esta historia que canta a la esperanza, a la vida, a la superación… y que grita en contra de lo nuclear e intenta advertirnos de un peligro candente e imposible de contener o limitar.
La edición es impresionante: gran formato, tapa dura… ayuda a comprender la magnitud de todo lo ocurrido, desde el accidente y la indecencia de las autoridades pertinentes o las contradictorias informaciones, los errores, las virtudes, la suerte incluso… hasta la historia vital y humana que hay detrás de todo asunto catastrófico. Porque, no lo olvidemos, detrás de cualquier desastre, natural o no, hay personas, hay familias…
Impresionado, fascinado y enamorado de “Una primavera en Chernóbil”, una de las historias más humanas que he leído en el último año
Si quieres saber más...


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