Revista Infancia

Conoce el peligro del uso de las etiquetas en los niños y niñas

Por Babytribu @babytribu

Hola, en el post de hoy te hablaré de cómo las etiquetas que se ponen a los niños desde pequeños los pueden marcar para toda la vida! Esas etiquetas que se interiorizan así y se asumen así. Empezaré contándote una historia, mi historia…

Cuando yo era pequeña, era una niña muy imaginativa y creativa, siempre intentaba llevar a la realidad todo cuanto soñaba, mi madre siempre me decía: -Te la pasas inventando- y cuando algo se salía de su realidad me decía -Por favor NO inventes!- Con el tiempo parecía que inventar (crear) era malo aunque a veces me decía cosas como: -Me encanta como siempre andas inventando cosas…- Por lo que caía en contrariedad y no tenía claro si inventar era bueno o malo.

Cuando fui mayor yo misma ya usaba esta etiqueta y en mi mente si algo podía salirse de lo común, me decía (NO inventes) por el contrario si algo que hacía me gustaba y era “acorde” me decía: Que bueno que inventé eso. Un día tomé conciencia del daño que me causaba etiquetarme a mí misma, pero además que lo hubiese empezado mi madre con quien tenía una relación preciosa. Empecé a darme cuenta de cómo las etiquetas te marcan la vida y que inconscientemente te las cree a tal punto que las utiliza para descalificarse. Patoso, torpe, flojo, fastidioso, pesado, etc., a lo mejor no se expresan abiertamente pero internamente se cree que ES así.

Según la PNL (Progr

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amación Neurolinguistica) desde pequeños vamos construyendo nuestro “mapa mental” que no es más que la percepción del mundo que tenemos, ponemos filtros en base a las cosas que hemos aprendido, lo que hemos experimentado y por supuesto la influencia que tienen personas que consideramos referentes en nuestras vidas como madres, padres, familias, profesores… De ésta manera formamos nuestra opinión única de todo, es nuestra propia realidad, por lo que el niño desde que nace está construyendo su mapa y si en ese mapa él pone “Soy detestable” mirará a través de su filtro “Soy detestable” y finalmente hará cosas para parecer eso y para poder reafirmarse en aquello que una vez alguien le dijo tantas veces, que finalmente ese niño se creyó.

Si la etiqueta la pone alguien tan confiable como los padres que son el máximo ejemplo a seguir, los proveedores de lo afectivo y material, los peques asumirán que ¡si los padres lo dicen, debe ser verdad!

Algunas etiquetas incluso son “heredadas” y entonces es como un sello genético del que es “imposible” escapar, como por ejemplo: ¡eres tan egoísta como tu abuela! Sólo porque un día una niña de 2 años no quiso dar de sus galletas ya que todavía no ha entendido la dinámica de compartir.

También etiquetamos al comparar con otros niños, aunque ellos jamás se ven reflejados en otros, poco a poco terminan por resignarse a algo totalmente impuesto. Si tú le preguntas a un niño qué piensa de sí mismo, se comparará con un superhéroe, con una princesa guapísima, con el más rápido del universo, con la mejor bailarina de todo el mundo mundial; los niños en su universo son grandiosos, somo nosotros los que posteriormente vamos desinflando esa autoestima y los niños poco a poco ya no se ven tan maravillosos, al ir creciendo entre etiquetas e invalidaciones van cayendo en una autocrítica a veces cruel, mermando su autoestima.

Las etiquetas más comunes que podemos ver a nuestro alrededor
son:
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-Eres un plasta.

 -Eres un petardo.

-Eres torpe.

-Eres borde.

-Eres tonto.

-Eres un mentiroso.

-Eres un pesado.

-Eres malo.

-Nunca haces caso.

-No te conformas con nada.

-Eres un cabezota.

-Eres terco.

-Eres flojo.

-Eres cansino.

-No te acuerdas nunca de nada.                         -No colaboras en nada.

-Siempre rompes cosas.                                      -Eres un llorica.

-Siempre preguntas estupideces.                      -Eres lento en todo.

-Eres igual a tu… (padre, madre, abuelo, abuela, etc.).

Tomemos conciencia sobre la influencia que tenemos en nuestros niños y que de ello dependerá su futura seguridad, autoconfianza y su autoestima.


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