No es un instrumento prehistórico, ni un dinosaurio sonoro, puede estar en la cresta de la ola, actualmente podemos decir que "vuelve".
Su sonido, tan envolvente, tan emocionante, y esto sólo lo conoce quien lo escuchó en vivo, es especial, por su altavoz giratorio (leslie) que produce sensaciones únicas en los oyentes (efectos de los que me gusta llamar "espaciales", por la distinta procedencia del sonido o eso cree el cerebro:) y por la diversidad de timbres que puede realizar, así como de velocidades de vibrato (controladas por el intérprete, bien con botoneras o con pedales), entre muchos otros efectos...
También puede, a diferencia de un piano realizar crescendos y diminuendos (bruscos o graduales) sobre una nota o acorde.
Os dejo arriba un vídeo maravilloso, realizado con pocos estímulos, pero muy interesantes, muy sugerentes, una prueba de que se puede hacer arte con pocos elementos.
Menos es más!
Revista Música
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