Revista Psicología
Ante la situación que atravesamos de cuarentena, problemas que ya existían se amplifican considerablemente. La incertidumbre, las dudas hacia el futuro, la pérdida sin su sustitución de actividades, situaciones, relaciones que sostenían la vida de la persona, en muchos casos la soledad, el aislamiento, las relaciones conflictivas donde ahora no puede haber un distanciamiento físico, etc contribuyen a que posiciones psíquicas ante la realidad y trastornos aumenten su intensidad e incluso pueden ser factores que, por el cuantum que supone, no sea capaz de gestionar. El mecanismo de la neurosis hace que, ante una realidad que no puede gestionar,que se hace intolerable para la persona, haya un secuestro psíquico en la fantasía, sin energía disponible para transformar la realidad, para utilizarla para otros fines.
Puede ser un buen momento para transformar ciertas posiciones en uno, plantearse que la salud, las relaciones, son una construcción, y que mejor trabajar para el futuro, porque hay muchas formas de vivir. Esta situación va a ser pasajera pero, si no nos cuidamos, puede haber daños colaterales irreversibles, mejor comenzar con una terapia en psicoanálisis para salir reforzado de la cuarentena. Vamos a necesitar que estemos al 100% de nuestras capacidades y adaptarnos a los cambios no es sin unos buenos cimientos y una adecuada gestión de nuestro yo. Pueden acontecer conflictos psíquicos inconscientes que ya existían y que, con esta situación, hace efecto lupa, creyendo que es la situación y no yo lo que me hace estar así. Hemos de tener en cuenta que no es lo que me pase en la vida, ya que el ser humano es capaz de adaptarse a cualquier circunstancia (es capaz de vivir incluso en el polo norte por ejemplo), sino cómo reacciono ante lo que acontece en mi vida, el uso que hago de eso. Puede ser un buen momento para plantearte ciertas cosas que ya se apuntalaban en ti pero que ahora te desbordan y te impiden trabajar para la felicidad y el futuro.
Así, la visión pesimista del futuro puede conllevar a una depresión, una melancolía, donde hay una pérdida de ideales, tristeza, abandono del yo, de las conductas de aseo, dolores en el cuerpo,taquicardia,y en los casos más graves, suicidio. Una cosa es padecer de cierta tristeza que habla de una pérdida y poder sustituir, ir estableciendo lazos con otras personas, situaciones, actividades, y otra es quedarse instalado en la pérdida. Las personas con depresión les sostienen en sus síntomas también una fuerte agresividad y hostilidad por aquello que perdieron, que puede ser una persona, un ideal...
La obsesión por el futuro, la preocupación constante, miedo al contagio, con rituales y medidas repetitivas que invaden a la persona y no le permiten ver más allá de lo que le obsesiona, las dudas y bucle en el pensamiento con ideas que parecen ajenas a la persona, que le invaden y le sumergen en el aislamiento y existían en la persona , y ahora sufre un desplazamiento a esta situación. Una cosa es desarrollar algún rasgo obsesivo que le permita perseverar en la consecución de cualquier acción y de alguna manera nos protejan de una situación puntual, y otra estar invadido por las obsesiones.
La preocupación constante por enfermar, con la energía del yo puesta constantemente en el cuerpo, en la respiración, los latidos, la temperatura, en el cuadro sintomático del virus que se señala como contagioso, impide realizar cualquier otra actividad y vivir angustiado. Una cosa es preocuparse en exceso, obsesionarse por la salud y otra ocuparse de prevenir el contagio y cuidar de la salud. El exceso de cuidado habla de la hipocondría, las obsesiones y, en casos más extremos la paranoia.
En cuanto a las relacionas con las personas que ahora estamos obligados a pasar la mayor parte del tiempo en el mismo habitáculo puede ser un momento para conoceros mejor, conversar y descubrir cosas del otro, producir caminos para encontraros en el presente y el futuro. En otras muchas ocasiones vemos que ya había problemas de fondo, que con la rutina diaria eran “tapados”, como el efecto avestruz, donde se hacía como si un existiera pero que ahora puede hacer que estos días de confinamiento se conviertan en un infierno. Cuidado porque puede encaminaros al divorcio si no tomáis medidas. No utilices al otro de terapeuta, ni de confesor, ni de mamá, donde le cuentas todo lo que se te ocurre. Ten en cuenta la realidad de con quién estás y qué le dices y para qué. Que la proximidad física no os sirva para desenterrar el hacha de guerra, aprended a conversar, y eso, en muchas ocasiones, es necesaria una ayuda externa que os permita despegaros de vuestro narcisismo, de situaciones pasadas, de los ideales que teníais construidos del otro y que os ha desilusionado. La confianza se puede recuperar, del deseo, el amor. No son sin trabajo, y a través de la escucha profesional y las interpretaciones de eso que uno no entiende y que le pasa, que es como un jeroglífico,como un sueño y que el psicoanalista os ayudará a producir vuestro autoconocimiento y vuestra autotransformación.
Cuidado con el efecto lupa de esta situación de confinamiento, podemos ayudarte.
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Laura López, Psicoanalista Grupo Cero y Psicóloga colegiada. Somos profesionales en formación continua, con grupos de estudio, supervisiones y psicoanálisis personal. Cuidamos de nuestro profesional para atenderte en las mejores condiciones. Eficacia y profesionalidad.Puedes contactar al teléfono (0034) 610 86 53 55 y al skype lauralopezpsico. Te atenderé personalmente.
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