Un restaurante alimentado por la energía del sol abre sus puertas en el sur de Francia.
En la región de Aubagne, cerca de Marsella, Le Présage se convertirá en el primer restaurante solar del país. La idea es no utilizar energía renovable, consumir productos locales y de su propia huerta, reciclar los restos para fabricar biogás y así poder cocinar los días nublados.
Un claro ejemplo de esta lucha contra el cambio climático en la que todos tenemos algo que decir es Pierre-André Aubert, quien está a punto de abrir un restaurante que pretende formar parte de la lucha contra el cambio climático. En efecto, "Le Présage" (El Presagio), pretende ser un restaurante sostenible ya que, entre otros detalles, utiliza energía solar para cocinar.
El primer restaurante completamente solar está a punto de abrir cerca de la ciudad de Marsella, y lo hará gracias a la idea de Pierre-André Aubert. Este ingeniero aeronaútico decició un día cambiar de profesión y decicarse a la cocina. Para ello logró un diploma de cocinero y, con la ayuda de sus conocimientos aeronaúticos, se puso a diseñar su restaurante solar.
El proyecto, que lleva casi dos años perfeccionándose y realizando demostraciones en lugares al aire libre, pretende instalarse en un sitio fijo y comenzar la actividad de forma profesional.
Para conseguir financiación, el restaurante fue presentado a través de una plataforma de crowdfunding francesa. En pocos días, el entusiasmo de los internautas consiguió que se rebasara con creces la suma inicial propuesta por Pierre-André. Por lo tanto ya está todo preparado para la inauguración del primer restaurante solar del país que esperemos se convierta en una referencia sostenible en la hostelería.
Pierre-André otorga una importancia enorme a la alimentación, la cual piensa forma parte de la cultura de las sociedades. El nuevo cocinero solar está convencido de que si cambiamos nuestros hábitos alimentarios, podremos cambiar la sociedad. Con esta idea inició el camino que esperemos le depare muchas alegrías.
La idea es que El Presagio sea un restaurante autónomo desde el punto de vista energético. Para ello la cocina estará equipada con hornos y refrigeradores solares.
Por otra parte, y en consonancia con las ideas de su creador, los residuos se tratarán en un metanizador que los convertirá en energía eléctrica y además, el restaurante solar se abastecerá de productos locales cultivados en la región.
La cocina solar es una antigua idea que ahora llega a Europa para desarrollarse y, como en este caso, llegar al sector profesional. En Autralia, África y América Latina es algo bastante común, especialmente las barbacoas.
Solar profesional
El sistema para cocinar con el sol que se utiliza normalmente es el llamado "reflector Scheffer", sistema que funciona desde casi 20 años en zonas rurales de países en vías de desarrollo.
La idea para este primer restaurante solar francés es adaptar este sistema reflector solar a la plancha, lo que supondría una primicia en el campo de la cocina profesional.
Este sistema permite alcanzar temperaturas de entre los 80 a los 450 grados en las planchas, pudiendo así simultanear la preparación de varios platos. Añadiendo un horno solar se dispone de un equipamiento profesional adecuado para las necesidades de un restaurante.
Gracias al sistema reflector que se utilizará, se podrá cocinar con energía solar dentro del local.
La cocina que pretende ofrecer Le Presage será simple, de temporada y basada en el uso de productos locales ecológicos procedentes siempre que sea posible de circuitos cortos. La mayoría de hierbas aromáticas que usará en sus recetas las recogerán ellos mismos de la zona.
La idea es proponer una carta reducida de 3 entradas, 3 platos principales y 3 postres que se renovarán completamente cada 3 semanas. Para lograr rentabilidad una comida o cena para una persona costará aproximadamente 20 euros.
¿Y cuando no salga el sol?
Los días en los que el sol no brille, algo que es raro en la zona, se recurrirá a una cocina de gas clásica. Pero esto sólo hasta que se comience a producir su propio metano procedente de los residuos en una mini factoría de biogás que también producirá fertilizante para el huerto.
No cabe duda de que se trata de una iniciativa muy interesante en la que todo está pensado para ser auto suficiente, no contaminante y buscando la sostenibilidad del proyecto por encima de todo.
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