Para los que no conozcáis al protagonista de esta sensacional serie británica (echada por tierra al final), os diré que John Luther es un tipo negro enorme, policía, ex marido, ex amigo de muchos y temido por otros, muy listo, y con una demostrada “mala hostia” que asusta y embelesa a partes iguales. Cuando no está maquinando alguna brillante manera de atrapar al asesino psicópata de turno, puede que le esté dando por destrozar alguna puerta o ventana si las cosas no le están saliendo tan bien como a él le gustaría. Como veis su tolerancia a la frustración no es que sea muy alta. Aunque esto pueda parecer un gran inconveniente, especialmente en su vida personal (que lo es), en muchas ocasiones él la utiliza como arma secreta para acojonar a los malos (que os aseguro que lo logra y con creces). Confieso que a mí también….
A partir de aquí lee con cuidado. No quiero que acabes como Luther rompiéndolo todo por haberte comido algún Spoiler indeseado.
ss
"Su primer encuentro psicológico
e interpretativo es antológico"
Su ex mujer (a la que él todavía ama con vehemencia), ya no le quiere, o mejor dicho si le quiere, pero también le teme, y por ello y entre otras cosas, le dejó por otro. Sin meterme demasiado en la trama, os diré que, sin ella pretenderlo, acaba haciendo de su relación un infierno, porque aun sabiendo muy bien qué tipo de hombre necesita en su vida, se empeña una y otra vez en contradecirse a si misma. Si amigos, a veces el amor puede ser así de cruel y tocapelotas. Luther bien lo sabe.
Su mejor amiga es Alice. Una psicópata que conoció intentando atraparla en el primer (¡magistral!) episodio, y como no pudo decidió irse de marcha con ella, para así luego poder manipularla a su antojo. De esta manera la propia Alice acaba haciendo por él todas esas cosas malas que Luther sólo puede atreverse a pensar, por considerarse un buen defensor de la ley (no es listo ni nada el tío). La relación que mantiene con ella durante toda la serie es de las más extrañas, imposibles, fascinantes, e incluso ridículas que ha dado la pequeña pantalla, y aun así se sostiene (no siempre), porque esos dos personajes y actores son condenadamente buenos y carismáticos, y porque te los crees a pies juntillas aun estando algunas veces en situaciones de lo más inverosímiles. Es lo que tiene el poder del encanto, supongo.
fd"Luego la relación entre ellos
se vuelve ¿enfermizamente incoherente?
Entre los malos que le tocó atrapar a nuestro protagonista en esta absorbente (pero imperfecta) primera temporada, nos encontramos con algunos (la mayoría) realmente brillantes y perturbadores. La primera, y desde luego la que más peso tuvo en la historia central de la trama, fue Alice. Sus jueguecitos e insinuaciones criminales, se convirtieron en una partida de ajedrez psicológica de gran altura, en la cual Luther no tuvo más remedio que dejarse ganar. En el segundo capítulo le siguió un manipulador y finalmente manipulado asesino de policías. En el tercero, un secuestrador psicópata con tendencia a la teatralidad desmesurada y el juego de las apariencias. En el fantástico cuarto episodio, un desesperado asesino de mujeres obsesionado con el amor único y verdadero. Y finalmente en el quinto y sexto, el peor villano de todos ellos (en todos los sentidos), al ser el único capaz de acorralar a Luther hasta más allá de lo imposible, y al mismo tiempo estropear el final de una serie que tenía suficientes virtudes como para poder haber acabado entre las más grandes de los últimos años.
En definitiva. Lo que empezó siendo una ficción de altos vuelos, acabó con ella y su protagonista acorralados contra las cuerdas, y con nosotros (despechados espectadores) sin saber muy bien si nos importa o no como saldrán de ahí en la próxima temporada. En las series a veces pasan estas cosas. Veremos.