Hola a todos.
Hoy desde Mentalidad Fitness os vamos a hablar desde la perspectiva de salud. En nuestra mentalidad el deporte siempre está enfocado principalmente a ella, a la salud. Y como no todo es entrenar, queremos debatir desde aquí y poner en conocimiento de nuestros lectores una sustancia, para muchos, conocida y para otros muchos, desconocida. Pero, sin duda, una sustancia que trae de cabeza a los investigadores, médicos y profesionales tanto de la producción de este plástico como de los consumidores del mismo.
Hablamos del Bisfenol A (Bisphenol-A en inglés).
Como este compuesto químico tiene a sus espaldas un montón de estudios, debates, opiniones, datos y referencias, vamos a afrontarlo en varios post para que no sea demasiado difícil y complejo de leer y entender.
Precisamente no es un tema fácil, de por sí. A partir de aquí emplearemos terminología específica que no puede ser evitada, pues en el ámbito científico se requiere para ser correcto.
De todas formas, desde aquí nos esforzamos para que todo el contenido que te ofrecemos sea lo más accesible, entendible y entretenido posible.
Introducción. Qué es el Bisfenol A.
El bisfenol A, usualmente abreviado como BPA, es un compuesto orgánico con dos grupos funcionales fenol. Es un bloque (monómero) disfuncional de muchos importantes plásticos y aditivos plásticos.
Sospechoso de ser dañino para los humanos desde la década del 30, muchos medios de comunicación resaltaron con frecuencia los riesgos del uso de bisfenol A en productos de consumo después de que varios gobiernos emitieran informes cuestionando su seguridad, lo cual tuvo como consecuencia que algunas cadenas de venta retiraran los productos que contuvieran este compuesto.
Un informe en el 2010 de la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos) de Estados Unidos generó mayor conciencia con respecto a la exposición de fetos, infantes y niños pequeños.
Cómo se produce el BPA.
Se prepara mediante la condensación de la acetona (de ahí el sufijo '-A') con dos equivalentes de fenol. La reacción es catalizada por un ácido, como ácido clorhídrico (HCl) o una resina de poliestireno sulfonado. Normalmente se usa una gran cantidad de fenol para asegurar su completa condensación.
Empleo habitual.
El bisfenol-A es usado principalmente para hacer plásticos. Desde hace más de cincuenta años hay en el mercado productos que contienen bisfenol-A. En la forma más común de policarbonato de plástico.
El policarbonato de plástico, que es transparente y casi inastillable, se usa para fabricar una gran variedad de productos comunes, incluyendo:
- Biberones.
- Botellas de agua.
- Equipamiento deportivo.
- Dispositivos médicos y dentales.
- CD y DVD, y electrodomésticos varios.
Las resinas epoxi que contienen Bisfenol-A se usan como recubrimiento en casi todas las latas de comidas y bebidas, sin embargo, debido a problemas de salud, en Japón el recubrimiento de epoxi fue remplazado por un filme de poliéster.
La producción mundial de bisfenol-A en 2003 fue estimado en más de 2 millones de Toneladas. En Estados Unidos, es fabricado por Bayer MaterialScience (División de Bayer), Dow Chemical Company, GE Plastics, Hexion Speciality Chemicals y Sunoco Chemicals.
En 2004, estas compañías produjeron más de 1 millón de Toneladas de Bisfenol-A, desde apenas 7260 Ton en 1991.
En 2003, el consumo anual de EEUU fue de 856 mil Ton, de las cuales el 72% se usó para Plástico de policarbonato y un 21% para resinas epoxi. Menos de un 5% de todo lo producido se usa en aplicaciones de contacto con alimentos.
Qué envases de plástico contienen BPA.
Existen 7 tipos de plástico usados en embalaje. El tipo 7 contiene todos los "otros", y algunos de éstos, como el policarbonato (algunas veces identificado con las letras 'PC' al lado del símbolo de reciclaje) y resinas epoxi, estas hechas del monómero Bisfenol-A.
1. Plásticos tipo 1, 2, 4 y 5
Los plásticos tipo 1 (PET), 2 (HDPE), 4 (LDPE) y 5 (Polipropileno) no usan bisfenol-A durante su polimerización o formación del embalaje.
2. Plásticos tipo 3
Los plásticos tipo 3 (PVC) también pueden contener bisfenol-A como antioxidante en plastificantes.
3. Plásticos tipo 6
Poliestireno (PS). Incluye tazas para bebidas calientes, envase tipo concha de almeja para comidas rápidas, cartones para huevos y bandejas para carnes. PS representa aproximadamente el 11% de todos los plásticos.
4. Plásticos tipo 7
El ABS (Acrilonitrilo-butadienestireno) es un plástico duro empleado en tuberías, defensas de automóviles y juguetes. Su producción emplea butadieno y estireno además de acrilonitrilo, un producto altamente tóxico. Dada su muy compleja composición química, el ABS es extremadamente difícil de reciclar. Los discos compactos y garrafones de agua de 19 litros normalmente están hechos de policarbonato (PC). El PC no requiere aditivos, pero en su producción se emplea fosgeno y solventes como cloroetano y clorobenceno además de bisfenol-A, un disruptor endocrino frecuentemente utilizado. Actualmente se exploran procesos para producir PC sin dichos compuestos. Se han diseñado algunos procesos de recuperación de PC para la producción de productos de menor calidad.
Quienes son los más afectados por este plástico.
Los principales afectados son en su mayoría los bebés, tanto en su etapa embrionaria como la de lactancia, pues es entonces cuando las hormonas tienen un papel fundamental. Es en estos momentos de su vida, cuando su madre le traspasa, ya sea a través del cordón umbilical como de la leche, todas estas hormonas que han ido acumulándose en su cuerpo.
¿Es tóxico el BPA?
El bisfenol A es un disruptor endocrino. Es capaz de causar desequilibrios en el sistema hormonal a concentraciones muy bajas con posibles repercusiones sobre la salud. Sus efectos tóxicos se deben al consumo de alimentos que han sido contaminados por contacto con materiales que contienen esta sustancia.
Efectos sobre el organismo de las personas.
Se han asociado numerosas alteraciones causadas por bisfenol A en los seres vivos, basadas en una desregulación del sistema endocrino y la producción de hormonas correspondiente:
* Efectos sobre el sistema reproductor masculino.
Numerosos trabajos hacen referencia a una alteración de la espermatogénesis que condiciona un descenso en los niveles de esperma, de la testosterona y en general, de la fertilidad masculina. Además, otros estudios sugieren un cambio en la conducta sexual. Se habla incluso de la aparición de ginecomastia.
* Efectos sobre el sistema reproductor femenino.
En mujeres, se producen cambios en la maduración de los ovocitos, disminuyendo su número y calidad. También existe algún estudio que relaciona la exposición BPA con efectos negativos sobre el endometrio, aparición de ovarios poliquísticos, abortos y partos prematuros. Por otra parte, en animales hay evidencias de quistes ováricos, endometriosis, pubertad temprana y afectación del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal.
* Efectos sobre el cerebro y el comportamiento.
Diversos ensayos en animales han confirmado el efecto del BPA sobre la diferenciación de las neuronas, alteración de los sistemas mediados por glutamina y dopamina y cambios en la expresión de receptores estrogénicos. También se le ha relacionado con posibles cambios en la conducta materna (menor atención hacia las crías), ansiedad, reducción de la conducta exploratoria y una feminización de los machos. En humanos se han podido establecer cambios que incluyen hiperactividad, aumento de la agresividad, aumento a la susceptibilidad de sustancias adictógenas y problemas tanto en el aprendizaje como en la memoria.
* Efectos sobre el metabolismo y el sistema cardiovascular.
Se han establecido asociaciones de una mayor concentración de bisfenol A con casos de diversas enfermedades cardíacas e hipertensión. Además, la exposición a bisfenol A conlleva a un aumento de los lípidos en sangre, un aumento del peso y un incremento de la lipogénesis. También puede incidir en la aparición de diabetes tipo II al aumentar la resistencia a la insulina y número de células grasas.
* Efectos sobre el tiroides.
Estudios en animales concluyen que el bisfenol A es capaz de afectar a la función tiroidea comportándose como antagonista de la hormona tiroidea. En anfibios, este efecto se traduce en una inhibición de su metamorfosis. La afectación del tiroides también afecta a los roedores. En el caso de los humanos, no se han realizado suficientes estudios que permitan extraer resultados concluyentes.
* Efectos sobre el sistema inmunológico.
Se ha demostrado en animales de experimentación una inducción de linfocitos T y un aumento en la producción de citoquinas, favoreciéndose así los procesos alérgicos.23
* Efectos sobre el intestino.
Posible inflamación y alteración de la permeabilidad intestinal en animales.
* Efectos carcinogénicos.
Cuando el bisfenol A es metabolizado por hidroxilación y posterior oxidación, forma una ortoquinona que puede establecer enlaces covalentes con el ADN y desarrollar efectos mutagénicos y teratogénicos. Los efectos mutagénicos podrían ser los iniciadores de varios procesos carcinogénicos asociados a bisfenol A:
a) Cáncer de próstata.
La actividad estrogénica de la sustancia puede derivar en un aumento del tamaño prostático y en una disminución del tamaño del epidídimo.
b) Cáncer de mama.
Se ha detectado una mayor susceptibilidad mutagénica y carcinogénica a nivel de las células mamarias en mujeres debido a la estimulación estrogénica del desarrollo y división de las glándulas mamarias.
Matizaciones. Es importante saber que...
Es necesario recalcar que pese a los efectos tóxicos citados anteriormente, esto no se debe tomar como algo absoluto. El número de ensayos experimentales realizados en seres humanos no es significativo. Aunque contamos con una gran cantidad de literatura científica sobre ensayos en animales, la complejidad de extrapolar estos resultados a los seres humanos impide conocer los efectos del bisfenol A sobre los mismos.
Por otra parte, como cualquier otro disruptor endocrino, esta sustancia puede tener efectos tóxicos en pequeñas concentraciones en nuestro organismo, aún encontrándose muy por debajo de los límites tolerables de exposición fijados por los organismos competentes. La industria respalda el uso de esta sustancia apoyándose en la falta de evidencia de pruebas en humanos. No obstante, no reconoce los numerosos estudios llevados a cabo en animales que ponen de manifiesto la peligrosidad de esta sustancia y que deberían tenerse en cuenta.
En la actualidad, la EFSA mantiene que el uso de bisfenol A es seguro para el uso humano. A pesar de ello, y ante los números estudios en animales que parecen demostrar lo contrario, este organismo está llevando a cabo una reevaluación de su estimación sobre el nivel de riesgo del bisfenol A. Esta nueva evaluación se está realizando en dos etapas: en la primera se tiene en cuenta la exposición a esta sustancia y en la segunda, los aspectos que atañen a la salud humana.
En países como Canadá, donde se publica una gran mayoría de artículos al respecto, se ha dado a conocer el tema a la población y, desde el propio gobierno, se prohibió inmediatamente su uso y se buscó una solución al problema que planteaban. Ante la imposibilidad de utilizar otro tipo de biberones (pues en el momento en el que fueron publicados los artículos y fueron dadas las conferencias no existían en el mercado), se difundió entre la población la idea de que no se calentaran en el microondas, ni se utilizaran con líquidos calientes, que es cuando se liberan los tóxicos que más tarde afectan el funcionamiento normal del sistema hormonal.
El 1 de junio de 2011, la Unión Europea prohibió la venta de biberones de plástico que lleven el componente Bisfenol A por sus posibles efectos perjudiciales para la salud. De esta forma, Europa se suma a la lista de países que ya han legislado sobre el tema, como Canadá -el primero en calificar al BPA como sustancia tóxica-, y algunos estados y ciudades de EE.UU.. Perú también se une en Noviembre del 2012 a la no comercialización bajo ninguna circunstancia de producto con BPA, Argentina adoptó en marzo de 2012 la medida de prohibir la fabricación, importación y comercialización de mamaderas que contengan Bisfenol A debido a que esta sustancia puede causar efectos tóxicos en los lactantes.
Estudio de la Dra. Kurrasch.
El equipo de la doctora Deborah Kurrasch, investigadora de la Universidad de Calgary, ha descubierto que la exposición a pequeñas cantidades tanto de BPA como de BPS produce una disrupción de la actividad celular cerebral de los embriones del pez cebra, un modelo biológico muy usado en la investigación porque comparte el 80% de los genes con los humanos.
"En el segundo trimestre [de la gestación], las células del cerebro se especializan formando las neuronas que componen nuestro cerebro", explica Kurrasch en la nota de presentación del estudio. "Lo que mostramos es que en los peces cebra expuestos al BPA o al BPS se dobla el nacimiento de neuronas prematuras y disminuye a la mitad el de neuronas que nacen en el momento adecuado, lo que provoca problemas en la forma en que estas se conectan y forman circuitos".
La autora del estudio asegura, además, que todo esto ha ocurrido con concentraciones bajísimas de la sustancia: "Estamos realmente sorprendidos con los resultados. Es una dosis muy, muy, muy pequeña. No pensaba que una dosis tan pequeña fuera a tener ningún efecto".
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