Conociendo la Historia…por César del Campo de Acuña
Explicación histórica a frases hechas Vol.1
Seguro que les ha pasado en más de una ocasión; Han soltado, como el que no quiere la cosa, una frase hecha y han terminado pensando en los orígenes de la misma. ¿De donde vendrá? ¿Cuál es su explicación histórica? Pues con esas cuestiones en la cabeza me decidí a darles respuesta y es por eso que nos encontramos aquí, en Explicación histórica a frases hechas, la breve subsección de Conociendo la Historia que tratara de arrojar luz, de la manera más amena posible, sobre la historia que se esconde tras estas frases.
Cargar con el muerto
Siempre que recae sobre nosotros una tarea pesada o nos culpan de algo de lo que somos totalmente inocentes soltamos, refunfuñando: “ya me ha tocado cargar con el muerto” ¿pero saben realmente de donde viene esta frase? Pues verán esta sentencia quejumbrosa proviene de la edad media. En varios territorios de aquella época existía una ley que dictaminaba que cuando aparecía una persona que había muerto de forma violenta, pero no se podía descubrir a su asesino o encontrar a sus familiares directos, los vecinos del pueblo donde fue encontrado estaban forzados a pagar una multa. Como no podía ser de otra forma, esta singular ley hizo que en más de una ocasión vecinos de localidades donde aparecía un cadáver trasladaran el cuerpo a otro pueblo o a las aguas de un río antes de que lo encontraran las autoridades.
Personalmente añado otra teoría. En la antigua Roma, algunos criminales eran encadenados vivos a un cadáver y desde ese punto eran tratados como unos parias por la sociedad. Puede que de ahí venga la expresión más literal de cargar con el muerto.
Dormir a pierna suelta
Cuando dormimos bien (o tenemos intención de hacerlo), de un tirón o hemos tenido un sueño reparador (de esos que te hacen desperezar por la mañana con buena cara y no con la habitual mueca de mala gana que te empuja a entregarte a otro día sin sentido, solemos utilizar la frase: “he dormido a pierna suelta”. Bien, pues han de saber que los orígenes de esta expresión provienen del mundo carcelario, exactamente de aquella época en la que los presos eran encadenados con grilletes en los tobillos para que no pudieran escapar. En ocasiones si un reo mostraba buena conducta o cumplía de manera sobresaliente con sus labores (trabajos forzados…) se le permitía dormir sin sujeción alguna (fueran unos grilletes u otro preso) lo cual le garantizaba al pobre infeliz dormir de manera más cómoda y por lo tanto más descansada.
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