Conociendo la Sierra de las Nieves

Dicen que está en trámites para convertirse en el nuevo Parque Nacional español, y no me extraña, ya que el actual parque natural Sierra de las Nieves (Málaga) reúne una serie de paisajes, vegetación y fauna de mucho interés, algo digno de valorar y proteger. Este sábado fue la segunda vez que visité dicho espacio protegido, concretamente una de sus zonas estrella, con unas cumbres rozando los 2.000 metros y no pocas especies botánicas únicas o difíciles de ver.  Esta vez sí llevé cámara, por eso puedo ilustrar esta entrada, confiando además en que no penséis que os tomo el pelo, porque en efecto es Andalucía, y no tan lejos de esa Andalucía de sol y playa.

Lo más destacado de estas montañas son los bosques de pinsapos, planta endémica de algunas serranías andaluzas y marroquíes, y uno de los árboles más emblemáticos de España. Destaca la singular belleza de estos enormes árboles tan inusuales para un andaluz, el grosor de algunos de los más ancianos ejemplares, la fuerza y morfología de los jóvenes, las caprichosas formas que adoptan algunos ya sea por el viento o la nieve, sin olvidar la foto de postal que conforman los pinsapos más “de libro”. Una vez arriba, cerca del pico Torrecilla, se puede disfrutar de otra rareza, los quejigos de montaña, estrictamente protegidos y con planes de recuperación. Para el visitante costero resultarán muy raras también las sabinas y los enebro, rastreros en vez de verticales, como estamos acostumbrados a verlos en el litoral.

En cuanto a fauna, ya fuera en la espesura del bosque o en la cumbre, ya fuera viendo u oyendo, pudimos disfrutar de jilgueros, zorzales, mirlo capiblanco, lúganos, reyezuelo listado, pinzón vulgar, águila real, buitres, arrendajo, bisbitas o carbonero garrapinos. Esta zona supone un área de especial importancia para las aves que vienen a invernar al sur o pasan camino del sur africano, ya que durante el verano tardío y el otoño abundan los árboles y arbustos con frutos comestibles para muchas aves, que o bien les sirven para reponen fuerzas, o para engordar para soportar el frío. Nos dijeron que están construyendo un muladar para los buitres, y que el alimoche y el quebrantahuesos estaban pero se extinguieron en la zona, algo que podría revertirse, ya que en Cazorla están trabajando para reintroducir el quebrantahuesos y de tener éxito sería posible que algunos, en varias décadas, lleguen a estas sierras. Francamente, creo que este parque natural es más disfrutable por la flora e insectos, pero aun así hay una buena representación de lo más característico de nuestra naturaleza vertebrada española, y en un buen día si que puedes volver a casa con un número de observaciones notable.

Faltan especies, sobre todo de fauna, pero en general, junto al PN de los Alcornocales y el PN de Grazalema, el PN Sierra de las Nieves forma un trío que para un turista que  visite los tres consecutivamente, o el naturalista que busque una experiencia satisfactoria, dejan un gran sabor de boca. Hablo de que falta fauna porque he visto sobre el terreno ciertos efectos del exceso de ungulados -algo que ocurre en el resto de nuestro país-, y aunque a muchos les pese, lo que hacen falta en estos espacios naturales son lobos. En España hay zonas con demasiado ciervo, jabalí, cabra montés, gamo o muflón, y ningún predador que cumpla su función clave en el sistema. Pongo de ejemplo el mítico Yellowstone para demostrar lo que aconteció cuando introdujeron lobos, y ya el que quiera entender -e indagar- que entienda. Ya a otro nivel, debo decir que en la zona sur peninsular algunos de estos parques gaditanos- malagueños fueron los últimos reductos para el oso pardo, otro animal que sería una gozada reintroducir, y que no entiendo por qué nadie lo ha planteado seriamente.