Desde hace tiempo me interesa conocer los diferentes sistemas educativos y la forma de implantarlos en cada país. Me gusta conocer diferentes pedagogías y resultados, pero no solo académicos, si no emocionales, que para mí son más importantes; Últimamente intento leer todo lo que cae en mis manos, y este libro llegó a mi sin esperarlo, pero merece la pena hablar sobre él y recomendarlo a padres y madres, pero sobretodo a docentes: "Las Leyes Naturales del Niño" de Céline Alvarez.
Céline Alvarez, la autora, es famosa por el experimento que realizó en un parvulario de Gennevilliers, al nororeste de París, en una zona con grandes desigualdades sociales y económicas, en el que lo principal era respetar "las leyes naturales del niño" (y de la niña como diría Lucy) y los resultados han sido excepcionales.
En las primeras páginas de este libro la autora explica que se dio cuenta que son desconocidos por los profesores y esto consigue que el sistema educativo esté repleto las escuelas actuales ahogan el talento, y consciente de este problema, decidió aplicar en un centro educativo los últimos descubrimientos de la psicología cognitiva y la neurociencia , los cuáles, según apunta ella, de niños y niñas desmotivados y maestros agotados. Hay que replantear el sistema educativo sobre la base de los grandes principios de aprendizaje y Alvarez propone crear entornos adecuados, algo que ella misma hizo poniendo a prueba sus teorías derivadas de Jean Itard, Édouard Séguin y María Montessori.
Su experimento comenzó en 2009 y aunque los especialistas vaticinaron que no obtendría resultados, se equivocaron, porque no solo consiguió que los niños rezagados se pusieran al día, si no que aprendieron a leer con una velocidad asombrosa y se convirtieron en niños más autónomos y tranquilos.
El segundo año del experimento mezcló niños de diferentes edades en el aula (igual que en mi preescolar cuando yo era pequeña), consiguiendo que los más mayores arrastrasen intelectualmente a los más pequeños y aumentase la comprensión lectora de todos.
El tercer año, realizaron resonancias magnéticas a los niños y comprobaron que sus conexiones neuronales eran totalmente normales, pero estaban más evolucionadas que los otros niños de su misma edad. Además los niños estaban más tranquilos, mantenían sus habitaciones más ordenadas y mostraban más interés por cuánto les rodeaba.
Y todo esto lo consiguió a través de una metodología basada en cuatro puntos:
Céline Álvarez defiende la importancia de n utrir adecuadamente la inteligencia del niño , ofreciendo un entorno de calidad y olvidarse de que la genética determina su capacidad cognitiva. No apunta únicamente al método pedagógico sino también a las condiciones físicas del lugar donde se estudia.
Es importante ayudar al niño a organizar la información que percibe del mundo exterior, enseñándole a clasificar, ordenar y nominar todo lo que recibe. Destacan los métodos que permiten aislar en cada actividad una sola cualidad para explorar y así conseguir la atención plena de los y las estudiantes, algo que multiplica su capacidad de aprendizaje.
Defiende el apoyo de los impulsos espontáneos que los niños manifiestan durante el aprendizaje y analiza con detenimiento el modo en que la mente plástica del niño se acerca a la escritura y a la lectura.
En esta parte del libro explica muchos ejercicios que hicieron y para qué servían. Es toda una mina de ideas para experimentar en diferentes áreas como matemáticas, geografía, geometría, música, lectura, escritura, etc...
- APOYAR EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS DE INTELIGENCIA
Hay que facilitar el desarrollo de los potenciales de los niños en el momento preciso, aprovechando los periodos sensibles, momentos en los que se pone en marcha el desarrollo de competencias específicas, que implican la creación de una enorme cantidad de conexiones en los circuitos cerebrales asociados a esas competencias. Saber cuáles son esos momentos ideales para enseñarles determinadas cosas, ayudará a padres y profesores a promover un aprendizaje rápido, fácil, alegre y sólido. Las competencias futuras de ese ser humano dependerán de la comprensión que el tutor tenga sobre el periodo neuronal que está pasando en el presente.
No es necesario tener conocimientos de neurociencia para detectar dichos momentos. La atención que el niño pone en unas cosas u otras ya nos indican qué temas le interesan en cada fase de su evolución. Fijarse en su comportamiento nos hará comprender qué quiere aprender en el momento presente.
El vínculo humano, las interacciones sociales variadas, cálidas y empáticas, son fundamentales para el desarrollo de la inteligencia humana, algo que no todos los profesores tienen en cuenta y que no se suele relacionar con el tema del aprendizaje.
Cuando nos relacionamos positivamente nuestro cerebro produce oxitocina que proporciona una profunda sensación de confianza, apego y bienestar. Los comportamientos asociales como el rechazo, el egoísmo, la competición o la violencia, causan desmotivación, depresión y degeneración. Esas actitudes generan estrés que impide atender el aprendizaje positivo.
Céline Alvarez tuvo muchos problemas para certificar este experimento, pero su afán por divulgar sus descubrimientos cuanto antes (muchos de ellos en un logró que muchos educadores conocieran su método, y ha podido crear una red de profesores y centros educativos concienciados en educar con "Las leyes naturales del niño".
Esta valiente mujer es toda una celebridad en Francia gracias al sistema educativo que ha creado y que está revolucionando la escuela de su país. Su valentía ha demostrado que e xiste una forma diferente y mejor de educar a los niños y niñas en los centros, y que es importante que en la primera infancia, los y las docentes posean preparación sobre neurociencia y tenga más importancia lo que los niños.
Céline dice que los niños y niñas pequeños, están hechos de alegría, amor y empatía, y se mueven principalmente por impulsos altruístas y generosos. Y aunque los adultos lo sabemos, se nos olvida, porque entran en un sistema que moldea su inteligencia plástica a partir de un modelo individualista y competitivo. Según ella, las soluciones son mucho más fáciles, y se trata de ofrecer a los niños la libertad de ser activos en un entorno rico en relaciones de confianza y benevolencia. Lo que nos corresponde es no interferir con el método del niño y respetar sus leyes y directrices interiores. Nuestro papel de adulto es básicamente conocerlos para no bloquearlos .
En el libro se plantean muchas preguntas sobre el sistema educativo actual, y qué supone para los niños la escuela: ¿Es un lugar alegre? ¿Permite que emerja la confianza en sí mismos, la autonomía, el espíritu de iniciativa, la sensación de libertad y los impulsos fraternales? Queremos que los niños comprendan la idea de libertad, imponiendo nuestra propia voluntad, volviéndoles dóciles y sumisos...
Leyendo este libro ha quedado al descubierto lo equivocado que está el sistema educativo "tradicional", en el que no se tiene en cuenta al principal protagonista: el niño- la niña, y sus impulsos naturales para que pueda desarrollar los potencias que tiene al nacer y simplemente hacer el papel de guía.
Pero al mismo tiempo también existe un reducto de esperanza, en el que muchos profesores, profesoras y progenitores, comienzan a ser conscientes de la individualidad de cada alumno, de sus necesidades y de sus puntos fuertes, y quieren formarse y estar más preparados para tener estudiantes e hijos más motivados. Al fin y al cabo, en la sociedad no todos somos iguales y es importante saber cultivar esas diferencias que nos hacen realmente únicos.
Recomiendo este libro si eres madre o padre y quieres conocer los períodos sensibles de tus hijos e hijas y respetarlos, y comprender su crecimiento y evolución natural. Incluso se lo puedes regalar al profe que tenga en Educación Infantil, y poner tu granito de arena para el cambio.
Si eres maestro o maestra, te invito a leerlo con la mente abierta, sabiendo que es posible que en un principio nades contracorriente. Pero tú también puede regalar este libro a tus colegas.
Puedes encontrar "Las leyes naturales del niño" de Cèline Alvarez aquí.