Revista En Femenino

Conociendo selva viva

Por Lai Pv @laicapi

A los niños les gustan los animales…¿y si los puedes llevar a la selva en plena ciudad? Hacía mucho tiempo que me habían hablado de Selva Vida, un pedazo de Amazonas en Santiago. Un sábado sin planes decidimos ir a visitarlo con las terremoto. El recinto está bien disimulado y, aunque no es muy grande, tiene una buena variedad de animales, muchos de ellos (la mayoría) en “libertad” dentro del recinto.

Lo mejor de todo es que al pasar la puerta de entrada, cambia completamente el ambiente. Santiago tiene un clima seco, pero Selva Viva es, por supuesto, húmedo como la Selva. Cruzas una puerta y te encuentras con un muy bien ambientado recinto y, al primer residente que te presentan, es a esta pitón

piton

Ese día aprendimos que estas serpientes no son venenosas, sino que matan estrujando a la víctima (como en el libro de la Selva) De hecho, pudimos tocarla y comprobar lo suave que es su piel:

piton

Y, los más valientes, se tomaron una foto con la serpiente al cuello. Las terremoto por supuesto ni se acercaron…y yo tampoco! Después de presentarnos a la pitón, la dejaron ahí suelta. Sí, si, se podía mover a sus anchas…aun me dan escalofríos!

Después pasamos a animales más divertidos:

camaleon

Conociendo a este camaleón aprendimos que este simpático animal no cambia de color para camuflarse, sino según su humor. De hecho, como estábamos relativamente cerca, lo vimos enfadarse y tornarse rojo! Mirad con que cara nos miraba:

camaleon

Antes de seguir el recorrido, nos demostraron como andan de tranquilos por el recinto los animales. Miramos hacia arriba y:

iguana

Aquí teniamos a esta Iguana (si no recuerdo mal) que nos vigilaba desde el techo! Desde ese punto me preocupó lo que pudiera “lloverme” en la cabeza…la verdad!

Los siguientes animales que conocimos fueron las tortugas y unos simpáticos caimanes:

20150628_131000

¿Veis al caiman respirando fuera del agua? Así pasan todo el día, flotando. Los encontré muy simpáticos…aunque no acerqué la mano a tocarlos claro.

El resto del primer piso estaba lleno de vegetación como está maravilla de flor:

flor

y montones de pájaros exóticos sueltos como este, muy parecido al pavo real (primo lejano) Pero era un faisán:

pajaro

Camino al segundo piso conocimos al Tucán, que no quería acercarse a saludarnos, hasta que el cuidador le ofreció comida, y así pudimos tocarlo. Es el animal que más me gustó:

tucán

Y arriba conocimos a los loros (sé que no son loros sino una especie de loros…pero mi memoria olvidó el nombre). Estaban sueltos y algunos se dejaron tocar y posaron para las fotos. Otros se llevaron de recuerdo alguna diadema o adorno que llevaban los niños:

loros

aqui nos estaba hablando

loros

aqui estaba cabreado

loros
loros

Y, por último, pasamos al recinto para las mariposas. Había especies bellísimas. Aprendimos lo delicadas que son y que nunca debemos tocarles las alas. También tenía una “sala de nacimiento” donde se podía ver a las mariposas saliendo de los capullos. Era difícil hacerles fotos, esta es la única que pude rescatar:

mariposa

Espero que os haya gustado el paseo. Si pasáis por Chile, no puede faltar en la agenda esta visita! Aunque, eso sí, aviso que la entrada no es barata, así que hay que verlo bien y así no hay que repetir visita, jaja.

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