Conozca el funcionamiento del calzado deportivo

Las zapatillas son un accesorio fundamental para el deporte.
Sin lugar a dudas el calzado es una indumentaria fundamental para toda persona. Desde su creación, en aquellos lejanos tiempos en que la humanidad buscaba protegerse de las condiciones climáticas durante las migraciones, que el hombre lo ha adoptado como parte del día a día.
Y es con el mismo objetivo de protección que surgió a comienzos del siglo pasado el calzado deportivo, el que tiene la función de proteger al pie del impacto que genera la actividad física.
Este tipo de calzado se divide en una parte superior que protege el dorso de nuestros pies, la que se fabrica con distintos materiales, dependiendo de la actividad que se realice. Así, por ejemplo, materiales delgados, ligeros y porosos, son usados en running, mientras que otros más firmes, gruesos y resistentes para actividades de montaña.
La parte inferior protege a la planta del medio ambiente, se subdivide en la plantilla interior que generalmente es removible y está fabricada en material respirable. La suela externa es la que contacta con el suelo y posee distintos sistemas de tracción según la actividad a realizar y superficie donde se practica.
Por su parte entre la plantilla interior y la suela externa, se encuentra la suela intermedia, denominada como el corazón del calzado deportivo, especialmente en running, donde la industria del calzado ha desarrollado numerosos sistemas de moderación del impacto y control de la pisada.
Para la fabricación de esta suela intermedia se han usado distintos materiales dentro de los cuales el más conocidos es la goma Etilvinilacetato (EVA) y materiales de marca registrada celosamente guardadas por las diferentes compañías.
Hay que tener claro que la duración de estos materiales según los fabricantes es de entre 500 y 800 km, por lo que la zapatilla debiera ser cambiada una vez cumplida esta distancia recorrida. Esto se debe a que la capacidad de moderación de impacto disminuye en un 40%. Sin embargo hay estudios que muestran una importante disminución del impacto incluso a los 200 km.
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