Revista Cultura y Ocio

Conozcamos a Silvia Barbeito

Publicado el 20 mayo 2015 por Marili @otroromancemass
Conozcamos a Silvia Barbeito
Este mes de mayo, la editorial Phoebe ha publicado «Más allá del velo» una novela romántica contemporánea con un ligero toque paranormal que transcurre en tierras gallegas, en un pequeño pueblo y que, sin duda, os recomiendo.Creo que es justo comentar que no soy nada objetiva con la noticia, Silvia es una de mis amigas virtuales, de esas que lamentas tener tan lejos y estoy más contenta que una niña con zapatos nuevos. Es posible que las cosas no se hagan por este orden, quizás debería subir antes la reseña de la novela y, después, la pequeña entrevista, pero ahí va!! Yo me quedo deseando que llegue el último fin de semana de la Feria del libro de Madrid, en concreto el domingo 14 de junio, para que me firme mi ejemplar de la novela.
Ficha del libro:

Biografía

Conozcamos a Silvia BarbeitoNació en A Coruña en 1969. Aunque estudió Derecho, en la actualidad trabaja en el sector hostelero, lo que sin duda es una fuente inagotable de inspiración… y desesperación. El poco tiempo libre que le deja el negocio lo reparte entre leer, escribir, su familia y amigos, sus tres perras y un sinfín de aficiones que cambian tan a menudo como el clima. Su relato «Todo empezó con aquella maldita lavadora» fue seleccionado para formar parte de la antologíaCalabazas en el trastero: Peste(Ediciones Saco de huesos), y su cuento «Patas» formó parte de laAntoloxía de contos fantásticos(Libros de Peto de Asecundega). Ha colaborado también con artículos y microrrelatos en diversos blogs y webs dedicados a la literatura y al fomento de la lectura.* Datos de la web de ediciones Pàmies

Entrevista

¿Quién es Silvia Barbeito? Háblanos un poco de ella
Pues, esto… soy yo. La chica a la que estás entrevistando, y eso. Te veo un poco despistada, ¿no?
Bah, venga, en serio… O no, yo qué sé. Mira, ahí tienes algo sobre mí: siempre acabo encontrando la manera de reírme con todo, de encontrarle el lado humorístico a lo que sea. La vida es demasiado corta para tomársela en serio. O para tomarte demasiado en serio a ti mismo, ya puestos. 
¿Cuando empezaste a escribir?
El caso es que no recuerdo no hacerlo. Escribo desde… bueno, desde que aprendí a agarrar un bolígrafo y juntar letras. No sé si he mejorado algo desde entonces, espero que sí.
A escribir «en serio», es decir, a tomar verdadera conciencia de lo que estaba haciendo, a interesarme por la cuestiones técnicas o a intentar darle calidad al texto, mucho menos. Quizá unos siete u ocho años, no sabría decirte. Sin dejar de escribir para mí, porque es la única manera en la que sé hacerlo, no hace tanto que pensé que quizá podría leerme alguien más y empecé a preocuparme por algo que no fuera solo soltar una parrafada y ya. Pero no podría decirte con exactitud cuándo, porque no fue una transición brusca, sino un cambio de mentalidad paulatino. O a lo mejor es que maduré… No. No, deja, eso no va ser.
¿Qué es lo que te motiva para hacerlo?
Pues, no sé, es difícil de explicar. No necesito motivación, es una parte de mi vida y siempre lo ha sido. Hay gente que, por ejemplo, se enfada y se va a pasear. Yo escribo; si alguna emoción, positiva o negativa, me está superando, escribo; si necesito meditar sobre un problema, escribo… Es mi forma de intentar comprender el mundo, supongo.
Se habla mucho últimamente de las diferentes metodologías a la hora de escribir, ¿cuál es la que usas tú?
Espera, voy a pasar un rato soltando unas cuantas risitas nerviosas y ahora vuelvo.
Vale, ya estoy. A ver. Sé que la gente tiene sus métodos. He intentado aprenderlos y usarlos. Y sé que se enseñan, que se estudian, que se interiorizan. Sé que son útiles, que ayudan a mejorar la escritura, que son parte de la técnica, que cada cual tiene el suyo y a cada cual le funciona el suyo. Y sí, son estupendos. Y conozco unos cuantos.

No uso ninguno.
Lo mejor que puedo decirte de mi «método» es que yo no escribo. No sé hacerlo. En serio, no tengo ni idea. Es mi subconsciente, que es la leche. Yo le dejo, él se encarga de todo y me limito a transcribir al dictado. Te pondría con él, para que te lo explicara, pero es que es tímido…
¿Cómo surgió la idea de Más allá del velo?
Una vez más, deberías preguntarle a mi subconsciente. Yo solo sabía que quería escribir una historia en la que Galicia y su mitología tuvieran un peso importante. Él hizo el resto.
¿Qué es lo que te ha dejado más satisfecha: los personajes, la trama, la ambientación?
Jod… Eh… Vale, ya, ya sé. Los tacos están en el diccionario pero no queda bonito usarlos en una entrevista. Rebobina. Quería decir: «Oh, vaya». Sí, eso: oh, vaya, pues… Es que yo sé que hay gente por ahí que escribe, canta, baila, contabiliza, levanta tabiques o lo que sea, y siempre hay algo que los «deja más satisfechos» o de lo que «están más orgullosos». A mí no me pasa. Nunca. Jamás. De hecho, si no fuera porque me obligo a dejar de pulir las novelas, pasarían toda la vida en mi procesador de textos, porque nunca estoy satisfecha. Así que, por responder con un escaqueo descarado (soy gallega, al fin y al cabo), pongamos que «todo por igual».
¿Qué quieres que el lector encuentre en tu novela?
Pues… Lo que vaya buscando. ¿No sería lo ideal? Una historia que le divierta, unos personajes que le resulten interesantes o atractivos, un universo nuevo en el que le apetezca adentrarse, un estilo narrativo que le guste… Cada cual busca cosas diferentes en libros diferentes. Yo me conformo con que quien me lea cierre la novela con una sonrisa y crea que ha merecido el tiempo que le ha dedicado.
¿Te has visto siempre escribiendo novela romántica?
Vale, ya sé. Ahora es cuando tengo que contestar que sí y quedar estupendamente.
Pero es que todo el mundo tiene un pasado y el mío no es tan difícil de descubrir a poco que indagues, así que confieso: yo empecé con esto de aporrear teclas «en serio» con relatos de fantasía y terror y todavía me divierto de vez en cuando con alguna de esas  temáticas, no lo puedo evitar. No leo solo romántica, así que no es tan difícil que se me ocurran ideas de algo más que de romántica. A decir verdad, lo único que tengo claro cuando empiezo a escribir es que mi humor maldito va a aparecer en algún momento de la historia, y yo voy a tener que dejar que haga de las suyas.
El resto nunca está claro, y reconozco que la idea de escribir romántica llegó casi de casualidad, como me llegan todas: leyendo mucho e imaginando la historia que me gustaría leer.
Sin embargo, reconozco que me siento muy, muy cómoda con el género. Me gusta jugar con el equilibrio entre tramas, la de romance y la que hila la historia, y además me lo paso genial indagando en los sentimientos de los protagonistas. La romántica me da muchísimas opciones, porque usando el romance como base, puedo construir la trama que me apetezca, y me divierte muchísimo más que centrarme en una sola idea.
¿A la hora de construir tus personajes, te has basado en alguna persona cercana?
Si te refieres a si alguno de mis personajes está inspirado en alguien que conozco y es reconocible como esa persona, la respuesta es un rotundo no. Pero supongo que todos tienen algo de mucha gente que ha pasado por mi vida, aunque fuera de forma fugaz. A la hora de construir un personaje intento que tenga sus gustos, sus manías, su forma de hablar…, que  tengan características que los hagan distinguibles. Esas características las tendrá más gente, claro, pero no todas, o del mismo modo, o con la misma intensidad.
No sé, a mí me resulta mucho más satisfactorio dejar que el personaje se vaya desarrollando en mi cabeza e irlo conociendo. Para mí el proceso es como el de hacer un nuevo amigo. Si usara gente que ya conozco, ¿dónde estaría la gracia?
¿Qué tienen de ti tus personajes?
¿Aparte de que yo los he creado y son unas criaturas díscolas y desobedientes que a veces no me dan más que disgustos? Pues lo mismo que en la pregunta anterior. Algunos tendrán una característica que también tengo yo y otros ninguna. Habrá quien diga que Diana está inspirada en mí porque tiene un bar y el pelo de un color… eh… digamos, creativo. Pero ahí terminan los parecidos. Ni mi historia es la suya, ni yo reaccionaría como ella lo hace ante la mayoría de las situaciones a las que se enfrenta.
¿Cuál de ellos ha supuesto el mayor reto?
Pues ahora mismo te diría que Marta, porque me cuesta sintonizar con su forma de ser. Quizá porque su ética y su forma de ver la vida son radicalmente opuestos a lo que estoy acostumbrada. Pero eso puede ser porque acabo de salir de su historia y todavía tengo muy presentes los quebraderos de cabeza que me dio. A lo mejor, si me preguntas dentro de seis meses, te digo algo distinto.
¿A cual le tienes más cariño?
Odio esta pregunta, que lo sepas. Es como preguntar si quieres más a tu mamá o a tu papá.
Les tengo cariño a todos por igual. Son mis criaturas y he convivido mucho tiempo con ellos. Si me preguntas con cuál me divierto más, la respuesta podría ser distinta. Pero te dejo que lo adivines
La novela está ambientada en tu tierra, ¿consideras que es más fácil escribir sobre algo que conoces?
Hombre, soy casi humana, al fin y al cabo, claro que me resulta más fácil hablar de lo que conozco. Es normal, y le pasa a todo el mundo, ¿no?  Pero aun así, piensa que escribo fantasía romántica. Está lo que conozco, sí, pero también un universo que solo se encuentra dentro de mi cabeza. Aunque eso significa que también lo conozco, ahora que me doy cuenta…
No sé, hay gente a la que le gusta utilizar ambientaciones extranjeras o ajenas, pero yo creo que Galicia tiene todo lo que necesito para ambientar una historia. Soy una enamorada de mi tierra, cierto, pero es que además me parece estupenda para servir de marco a una novela. De fantasía, por supuesto, somos terra de meigas por algo, pero también tenemos una historia y una cultura muy ricas y están casi sin explotar.
¿Cuáles son tus escritores favoritos? ¿Y dentro de la novela romántica, hay alguna autora a la que admires?
¡Y yo qué sé! Depende del género, depende de mi ánimo, depende de «favoritos en qué»… Hay muchísimos escritores que me gustan, como hay muchísimos libros que me gustan. Y que no me gustan, claro.
En fantasía soy incondicional de Brandon Sanderson, por ejemplo, pero también me gusta Martin, o Tolkien, o… En terror me chifla Stephen King (unas etapas más que otras, pero le leo todo lo que saca), pero admiro a Poe y tuve mis tiempos de volverme loca con Lovecraft. Nadie escribe relatos como Chejov, salvo quizá Borges, y pocos escritores me han divertido tanto como Prattchet o hecho pensar como Orwell. Y son libros muy distintos y escritores muy distintos y me gustan por muy diferentes razones.
Con la romántica me pasa lo mismo. Me chifla Karen Rose (aunque sé que tú no la consideras romántica, ya) y disfruto muchísimo con Pamela Clare. Kleypas en histórica me encanta, pero no acabo de pillarle el punto en contemporánea. Adoro muchas novelas de Nora Roberts, sobre todo de las modernas, y los hombres Roberts siempre me vuelven loca. Me encanta la saga de los PSI, de Nalini Singh, y me flipa el universo que ha construido…
No sé, leo mucho. Es normal que me gusten muchos escritores. ¿A ti no?
¿Alguna manía a la hora de escribir?
Sí y no. No tengo manías en plan: me preparo un té, pongo mi música favorita, la temperatura de la habitación tiene que ser la idónea, coloco mi material de escritura y demás junto al portátil, me siento siempre en la misma mesa o a la misma hora.
Yo solo necesito desorden. Sí, desorden y ruido. Soy un foco de entropía y por donde paso se va generando el caos sin que mi mente consciente tenga nada que ver en el asunto, así que para escribir necesito ese caos. Puedo hacerlo en casa, pero lo hago con la televisión encendida. Que nunca la miro, pero cuando escribo me gusta el ruidito que hace. Sin embargo, prefiero pillar mi portátil e irme a tomar un café. A una terraza. Con gente. Y movimiento. Y coches pasando. Y y y ¡mil elefantes!
¿Qué le dirías a un lector para que se anime a leer la historia de Diana y Aidan?
No sé… ¿«Cada vez que alguien lee esta historia, hace feliz a un gatito»? A la gente le encantan los gatitos, ¿no? Por Facebook ves montones…
Me pondría seria, de verdad, pero es que tengo la muy arraigada creencia de que no me corresponde a mí cantar las alabanzas de mi novela. Es que es mía, ¿qué voy a decir yo? ¿Que a mí me parece divertida y entretenida y estupenda? ¿Y por qué me vas a creer? Pruébala y hablamos. De sus virtudes y de sus defectos, por supuesto. Sin problemas.

Mil gracias a Silvia Barbeito por dejarse preguntar!!!!


Pepa

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