No me parece normal que asistan personas con un lazo amarillo en la solapa del anorak o de la chaqueta al entierro de un fallecido no vinculado a ningún cargo político, ni él ni su familia cercana. Sinceramente, lo encuentro una falta de respeto, y esta situación está ocurriendo en este momento en Cataluña; algunas veces por los que supuestamente deberían por edad tener más sentido común por su larga experiencia en este camino llamado vida, de personas de edad muy avanzada instigados por nietos o cuidadores para llevarlo.
Cada vez es más desagradable asistir a cualquier celebración tradicional popular, de años e incluso de siglos, y en todas ellas se mezclan las bolsas de color amarillo troceadas en tiras y entrelazadas en portaladas, en columnas, o en cualquier superficie en la que puedan colgar.
Resulta curioso que precisamente en el único lugar del país en el que se prohíbe a los comercios desde el 31 de marzo del 2017 dar ni una sola bolsa con asas si no se cobra al cliente; una imposición que perjudica no solo al cliente sino también al vendedor porque, no nos vamos a engañar. los clientes antes al lucir nuestras bolsas al salir del comercio indirectamente les hacíamos de agentes publicitarios gratuitos.
Encuentro muy ridículo ver cómo los que presumen de ser verdes y ecológicos cuelgan de los balcones interiores bolsas de plástico de color amarillo, que luego caen al suelo, y son tan falsos que lo hacen en ferias populares en toda la comarca. Esos mismos individuos que casi nos hacen sentirnos culpables a las mujeres por usar higiene femenina como tampones o compresas en vez de esas copas menstruales de las cuales no todas las mujeres se acostumbran, los que solo se preocupan de hablar de no contaminar el ambiente con lo que ellos consideran no les beneficia a ellos económicamente. Porque casualmente muchos de ellos tienen familiares vinculados a la venta de fuegos de artificio, y para eso no, para eso no se contamina. No olvidemos en China, en las recientes populares fiestas de Pekín para celebrar la entrada del año nuevo del perro sin fuegos de artificio, a pesar de ser tradición centenaria celebrarlas de esta manera, porque las autoridades consideran que provoca un superfluo exceso de contaminación.
A veces da hasta risa ver como en las redes sociales quieren promulgar en llevar bolsos de tamaño mini si, cuando sales de casa y tienes que comprar algo tan básico como el pan ,verdura o fruta ,siempre tenemos que ir con bolsas de tela dentro del bolso o marcharnos a casa descontentos por no haber podido comprar todo lo que queríamos, y esto va en perjuicio del vendedor sobretodo en las personas que visitan los centros comerciales sin intención inicial de compra.
Pude ver en vivo y en directo, antes del atentado de Barcelona, cuando todavía teníamos turismo, cómo algunos clientes se marchaban sin compra cuando les cobraban las bolsas, clientes que según ellos y por su cuidado castellano nos visitaban cada año.
Estoy harta de la hipocresía. Estudié desde el principio en catalán y en castellano, hablo sin ningún tipo de acento, y tengo por parte paterna sólidas raíces catalanas de siglos, y estoy harta de que se acuse a las personas de fascistas, de malos catalanes, o de mal adaptadas, si no piensan como ellos imponen que se debe de pensar.
Las garras de la furia independentista creo se empezaron a gestar en los 90. En ese tiempo a los niños que asistían a los colegios públicos se les obligaba a pagar por cada uno 30 euros para materiales escolares; un gasto que recuerdo debían pagar los padres de una amiga mía aunque regentasen una librería-papelería desde antes de nacer sus hijos, y que para no ser despreciados por los profesores de aquel entonces debían pagar aunque como bien decían era un despilfarro porque los niños no gastan tanto y, rizando más el rizo pensemos que en los 90 los escolares de los colegios públicos no tenían internet en las aulas. Creo que a partir de ahí se podía supuestamente recaudar fondos para promocionar improvisados representaciones de teatro tipo pastorets en las que casualmente se mezclaba alguna canción sobre el supuesto sometimiento y represalias del pueblo catalán.
La incertidumbre continúa, y algunos se frotan las manos pensando en sus ganancias porque el turismo abandona cataluña, pero no piensan que esta situación se puede reproducir en su zona porque en el fondo algunos son como los adolescentes, copian lo que hacen los demás sin pensar en las consecuencias.