Cuando la madre se ha decidido dejar de dar el pecho al bebé, debe hacerse en la medida de lo posible de forma progresiva, ya que hacerlo de otra forma podría tener más complicaciones. Hay que cambiar la lactancia materna por biberón poco a poco, incorporando cada vez más tomas de biberón en vez de la teta de la madre, pero de forma progresiva. También se puede dar la teta al principio y al final del día, pero el resto del día no. Lo importante es que esto no incida ni en la salud del bebé ni en su rutina de vida.
Otra opción puede ser sacar la leche y conservarla, sobre todo cuando se deja de dar la leche al bebé porque se tiene que trabajar o porque no se puede estar todo el día al pendiente de darle la leche materna. Para ello, hay que aprender a sacar la leche y conservarla, en la nevera o si es en grandes cantidades el congelador. De esta manera, el bebé puede disfrutar de la leche de la madre, aunque no amamante.