Uno de los errores más comunes que no encontramos en cicloturistas es el sobreinflado de sus neumáticos, por esta razón hoy hablaremos en detalla de cómo conseguir la mejor presión y contar con una seguridad mayor sobre la bicicleta.
Y es que las altas presiones disminuyen la vida útil del neumático, provocan menos agarre en las curvas y son más susceptibles al pinchazo. Un neumático duro como roca pincha o se corta con más facilidad que uno a menor presión, ya que este último puede absorber la discontinuidad, mientras que un neumático más duro tiene menos capacidad para absorber esas irregularidades del camino transmitiendo a nuestro esqueleto más golpes y vibraciones.
Podemos decir que 85-90 psi en la rueda delantera y 90-95 psi en la trasera (700x23c) puede ser la mejor cifra para inflar nuestro neumáticos ya que está comprobado que muy pocas veces pincha a pesar de las irregularidades del terreno y se pueden tomar las curvas a gran velocidad con confianza.
Menos pinchazos se traducen por tanto en más kilómetros recorridos para el neumático y mayor seguridad.
Baja presión implica: más resistencia al rodado, más vulnerabilidad al pinchazo y mayor tendencia a desmontarse en las curvas mientras que si en todas las marchas llevamos la presión correcta el neumático por sí solo nos ofrecerá una resistencia al rodado adecuada, mayor resistencia al pinchazo y mayor absorción de las irregularidades del camino.
Por lo que las ventajas de llevar unos neumáticos con la presión correcta nos ahorrará algunos pinchazos y caídas por lo que antes de cada salida se deben poner a punto.
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