Ahora se vuelven atrás. Los consejeros que pretendían ejercer de censores de TVE, debido a la presión popular, se han visto obligados a desdecirse y olvidarse de ejercer de lo que tanto les ilusionaba: de censores del reino.
Para su desgracia, se les vuelve a ver el plumero, y en su comunicado de explicación, tratan de justificar la decisión que tomaron ayer. De hecho los consejeros en contra de la felonía, Santos Miguel Ruesga de UGT y Teresa Aranguren de IU no comparten ese comunicado.
No tienen ni coraje ni vergüenza. Los consejeros de administración de RTVE que votaron ayer en favor de la censura, o que se abstuvieron, y con tal acción propiciaron ese dislate, tendrían que haber dimitido hoy.
Han demostrado que no es gente de fiar y como tal, no pueden seguir en su cargo. Si no tienen vergüenza para dimitir, hay que cesarlos. Aquí los partidos de los implicados son corresponsables si no lo hacen. Que tomen nota de lo que ha hecho Toxo, secretario general de CC.OO., que ha obligado a dimitir a Héctor Maravall, como tiene que ser. Mientras, el PP, CiU, PSOE y ERC miran hacia otro lado.
Los únicos que han demostrado vergüenza han sido UGT e IU al no aceptar desde el principio esta canallada y, posteriormente, CC.OO., que ha hecho dimitir a su representado.
Para colmo, esta gentuza ha demostrado su calaña y no ha querido que se les tomara fotos. Aunque no pueden evitar que se publiquen fotos anteriores como la que he colgado, obtenida de El Periódico. Así al menos conocemos las caras de los pretendientes a censores y de los que no lo son.
El consejo de administración de RTVE. De izquierda a derecha, Andrés Martín (PP), Teresa Aranguren (IU), Santos Miguel (UGT), Manuel Esteve (PP), Rosario López (PP), Héctor Maravall (CCOO), Alberto Oliart (presidente dimitido), José Silva (CiU), Mari Cruz Llamazares (PSOE), Francesc Bellmunt (ERC), Jesús Andreu (PP) y Miguel Á. Sacaluga (PSOE)
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