Revista Educación

Consejo para elegir plaza (I): piensa las cosas con tranquilidad

Por Ter0n
Consejo para elegir plaza (I): piensa las cosas con tranquilidadBienvenidos a la nueva sección donde iré desarrollando una serie de consejos generales a la hora de elegir tu plaza, un poco al estilo de las que hice en su momento para elegir academia para prepararse el MIR.
Veamos, en un principio podemos dividir a los opositores en dos categorías principales: quienes tienen vocación médica y quienes sólo escogieron medicina porque podían permitírselo. Dentro del primer grupo podemos hacer una segunda división, calificando a los médicos vocacionales entre aquellos que poseen una especialidad "clave", y quienes están enamorados de la medicina en general, aunque no son capaces de seleccionar una especialidad en concreto de las ofertadas por el ministerio.
Simplificando mucho la elección, podemos decir que los vocacionales por una especialidad deberían hacer esa, y examinarse todas las veces que sea necesaria para obtener dicha plaza. Quienes estén dudando deberían elegir una especialidad "generalista", o una medico-quirúrgica; y quienes eligieron medicina porque podían deberían decantarse por aquellas con buena salida en la privada, o una en la que vean pocos pacientes.
La otra división es la más clásica, entre quienes disfrutamos de las "médicas puras", medico-quirúrgicas y quirúrgicas; aunque aquí cada cual habrá visto sus preferencias durante la carrera y probablemente lo tenga un poco más claro.
Estos meses antes de la elección de plaza tienen una finalidad añadida, además de dar tiempo a la siempre sosegada administración. Tienes cuatro meses para decantarte por una plaza, de una especialidad, en un centro docente. Ni más ni menos. Ahora unos consejos generales, para empezar la serie:
1) Elige con cabeza.
Una residencia son un mínimo de cuatro años. Aunque es cierto que los primeros meses son lentos y luego el ritmo avanza de una forma acelerada, siguen siendo unos cuantos años de tu vida empeñados en una labor docente y asistencia que en muchas ocasiones roza el abuso. Si encima no estás haciendo la especialidad que querías en el sitio donde te apetecía, la hemos pifiado. Robarle la plaza al opositor que está detrás tuya para hacerte una tira en "cuantocabron" va en contra tuya.
Tras acabar la residencia lo lógico es tratar de de trabajar de la misma. Creo. Este punto a veces parece olvidarse, sobre todo en algunas especialidades quirúgicas con poca salida. Asímismo, he visto casos de médicos de familia renunciar a plazas porque estaban hartos de aguantar a los pacientes. La medicina es una amante celosa y acaparadora, cuando eliges una especialidad te estás casando con la misma para "los restos". No hagas algo de lo que después te vayas a arrepentir.
2) Pregunta.
A residentes mayores, a tus colegas, a blogueros, en foros, en Internet, pero haz el maldito favor de informarte bien de las especialidades, rotaciones externas, ámbito de actuación y cualquier información de la que puedas hacerte cargo. La información es poder, y más a la hora de escoger una plaza. Un hospital pequeño puede tener unas buenas rotaciones externas, en servicios donde en un principio no habrías soñado ni oler. Ampliaré más en próximas entradas.
3) Si la decisión se limita a "elegir un lugar" o "elegir una especialidad", elige la especialidad siempre que puedas.
Quizás algunos os acordéis de la serie MIR, que emitió Telecinco hace unos cuantos años. En el primer capítulo, el protagonista eligió Pediatría en su ciudad para estar con su novia y su familia, para que después la novia lo dejara y los padres se divorciasen más avanzada la serie. Entiendo que estar en tu lugar de origen es muy atrayente, pero si no eliges la especialidad de tus sueños te acabarás arrepintiendo más tarde. Eso sí, en el sueldo acabas notando la diferencia entre emanciparte y vivir con los padres. A veces no es cuestión de quién gana más, sino de quién gasta menos.
Uno tampoco sabe las vueltas que puede dar la vida. Quizás te acabes peleando con todos tus amigos, con tu servicio, o cualquier otra cosa que se te ocurra. El cambio entre vida académica y laboral supone un abismo que todo el mundo tenemos que franquear. Las penas, si haces lo que te gusta, son menos penas.
4) No elegir en base a salida laboral:
La especialidad que, probablemente tenga más salida sea Medicina de Familia y Comunitaria. Básicamente porque tienes la doble opción de empezar haciendo sustituciones en Primaria o en Urgencias, y si estás dispuesto a mudarte y trabajar a unos kilómetros de tu casa, hay más oferta de trabajo todavía. Eso sí, si no tienes paciencia con los pacientes o eres malo para hacer un abordaje integral o manejar varias especialidades a la vez lo vas a tener crudo en esta especialidad. El anterior hilo que preparé al respecto aún presenta bastante vigencia.
5) Siempre está la opción de repetir el examen MIR.
Aunque para eso mejor haberlo pensado antes de escoger esa plaza. He visto casos de personas abandonar una médica pura por una quirúrgica pura. Si no estás a gusto en un sitio o con una especialidad mejor vete antes de seguir pasándolo mal. Sin embargo, soy el primero que admite que cada persona es un mundo, y que a lo mejor necesitas hacer la residencia para poder tener un amago de trabajo y unos ingresos fijos.
Estos consejos son para ir abriendo boca. Espero poder ir ampliando posteriormente algunos detalles más específicos. Más y mejor en próximas entradas. Stay Tuned!

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