Los que han seguido mi trayectoria como escritor estarán al tanto de que contraté los servicios de un ilustrador en Colombia y me estafó, por lo que me quedé sin presupuesto para la portada y con los ánimos por el piso. Me explico, la idea original de la cubierta ya no me entusiasma igual que antes.
Solicité asesoría en algunos ilustradores y me abrieron los ojos a un problema que suele pasar desapercibido: cómo obtener la portada que queremos cuando contratamos a un ilustrador.Seguir leyendo »