Hace unos días, en mi última visita a Estella, aproveché una de las comidas familiares para hablar a fondo con mi prima Izaskun Trébol Urra, ella es una prestigiosa dermatóloga del hospital de Vitoria y, además, es un amor, le apasiona su trabajo y el hecho de ser, ante todo, la dermatóloga de familia de toooodos los Urra, que no somos precisamente pocos y que no dudamos en abordarla con dudas, lunares, granos, manchas y todo lo que pasa por nuestras pieles.
Entre varias dudas que le pregunté y que ya os iré contando, tenía especial interés en que me hablara de la rosácea, un problema bastante común pero con mucha controversia sobre su conocimiento y tratamiento, algo que sufre una de mis mejores amigas y que, cada vez que me pregunta sobre el tema, no sabía contestarle con total confianza sobre ello. Asíq ue recurrí a mi prima, que me contó con todo lujo de detalles las recomendaciones que ella da en la consulta.
La rosácea es una enfermedad común y crónica de la piel, que se caracteriza por un enrojecimiento en algunas zonas de la cara, con períodos de máxima exponencia y remisiones periódicas. Cuando la rosácea progresa, pueden desarrollarse otros signos y síntomas tales como eritema en la piel, pápulas o pústulas (granitos con pus blanco), quemazón, picor o ardor de la piel.
Las pautas que me dio mi prima Izaskun para seguir en los casos de pieles con rosácea son las siguientes:
- En la ducha, hay que evitar que caiga el agua (tanto fría como caliente) directamente sobre la cara, hay que ducharse con la cabeza orientada hacia abajo y lavarse la cara con las manos y, preferiblemente, con agua fresquita. El hecho de que caiga el agua de la ducha directamente sobre el rostro resulta muy “excitante” para la piel, avivando los momentos de rosácea, por ello es preferible evitarlo y lavarse el rostro con mucha sensibilidad y siempre con las manos, nunca con el agua directamente cayendo desde arriba sobre la piel.
- Es preferible evitar el consumo excesivo de productos picantes: encurtidos y vinagretas, salsas picantes, comida mexicana… Todo esto también excita la piel y potencia que los brotes agudos de rosácea aparezcan, por ello es preferible moderar el consumo de este tipo de alimentos.
- El estrés, las preocupaciones, los nervios… también juegan en contra de los brotes de rosácea, por ello, es recomendable intentar llevar una vida sana y evitar el estrés todo lo posible. Aunque este consejo es válido y aplicable a cualquiera, porque la cara es el espejo del alma y en cuanto pasamos por un mal momento personal o un estrés excesivo, enseguida la piel nos pasa factura.
- En cuanto a los productos que recomienda utilizar a sus pacientes, me comenta que está funcionando muy bien (y ella misma utiliza) la crema lavante de Boreade (foto arriba), de venta en farmacias, sin parabenes y con un 90% de ingredientes naturales. Y para el cuidado e hidratación facial, siempre la crema Sensibio Tolerance +, de la que ya os había hablado AQUÍ, me confirma Izaskun que los productos de Bioderma, en general, le encantan y le parecen buenísimos para la piel.
Espero que os haya ayudado, desde luego que a mí me vino fenomenal conocer algo más de este tipo de problema de la piel. Pronto os contaré más consejos de mi prima, ¡Gracias, Izaskun, por compartirlos con todos mis lectores!