En esta entrada, te damos algunos consejos para que tu hijo tenga un descanso reconfortante. Es parte del contenido de nuestro curso “¿Tu niño no quiere? Consejos prácticos para educar a tu hijo”.
- Cuando el niño duerme de día no es necesario que esté totalmente a oscuras ni en total silencio para descansar.
- Por la noche, por el contrario es importante que la habitación esté sin luz y el ruido sea mínimo. Ello sirve para que el niño diferencie cuándo hay que dormir y cuándo hay que estar despierto.
- No utilizar colores fuertes para la habitación.
- Ropa cómoda para dormir para que pueda realizar cualquier movimiento.
- Cama, colchón y somier de buena calidad. Colchón ni muy duro ni muy blando. La almohada que sea suave pero firme. Las almohadas grandes pueden provocar asfixia durante el sueño.
- Los bebés pueden dormir boca arriba o de lado (menor riesgo de muerte súbita).
- La leche y sus derivados favorecen el sueño. Se recomienda que el niño no ingiera grandes cantidades de alimentos y/o líquidos antes del sueño. Tampoco se recomienda una cena baja en calorías.
- Evitar el consumo de bebidas y cafeína a partir de la media tarde, ya que obstaculiza el sueño.
- Comprobar que el niño no se va a dormir con hambre o sed. La ingesta de un vaso de leche ayuda a muchas personas a dormir.
- No preocuparse demasiado por el tiempo que duerme el niño, ya que la cantidad de sueño está relacionada con múltiples factores. Observe que su hijo no está cansado durante el día.
- Muchos padres prefieren mantener despiertos a los niños durante el día con la intención de facilitar por la noche la conciliación del sueño, pero si se le impide dormir esto provoca más irritabilidad en el niño.
- Practicar ejercicio de forma regular ayuda a conciliar el sueño y mejora su calidad. Lo mejor es hacerlo por la tarde.
¿Qué os parecen estos consejos? ¿Qué otros consejos compartiríais con nosotros?
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