El elevado precio de los cartuchos de tinta suele ser uno de los quebraderos de cabeza de muchos consumidores, que en demasiadas ocasiones recurren a comprar un dispositivo nuevo y más moderno, casi al mismo precio que un tóner de la vieja, lo que supone un derroche medioambiental inasumible para el entorno. Por ejemplo, un cartucho de tinta original suele costar entre 40 y 75 euros, casi el precio de una impresora de tinta básica.
El primer consejo es comparar precios y mirar bien antes de desembolsar una importante cantidad de dinero ya que en internet se puede ahorrar hasta el 80% del precio de un cartucho de tinta, eligiendo opciones económicas y que garanticen la calidad del producto.
Las ventajas de hacer esta compra por internet son indudables, además del ahorro de tiempo escudriñando un stand lleno de números y referencias, los gastos de envío a domicilio o empresa de los cartuchos de tinta son reducidos e incluso gratuitos si superan un determinado importe. Existen cartuchos de tinta alternativos o de alta capacidad en el mercado, también diferentes tipos de tinta, lo que permite un mayor ahorro, sin perder en calidad final de impresión.
Una vez elegido el cartucho de tinta, hay que tener presente cuestiones de ahorro que se debe mantener a diario para no derrochar recursos. Lo más evidente es pensar dos veces antes de imprimir algo, y muchas veces se pueden guardar documentos en la nube, en el ordenador, o en la tableta si no se precisa de tenerlos en papel. Es habitual imprimir documentos, normalmente extensos por si acaso, lo que no es la mejor solución para la economía doméstica o de una empresa, ni por supuesto, para el medio ambiente.
Después, se puede jugar con el tipo de resolución de impresión, el tamaño de letra o las tipografías de los documentos, que permitirá un ahorro importante al final de año. Otro consejo eficaz para conseguir un ahorro es imprimir lo previsto en dos páginas en una, configurar en la impresión el modo “ahorro de tóner”.
Por supuesto, el mantenimiento de la impresora es fundamental, limpiando cabezales de vez en cuando para evitar gastar más tinta o averías que serán tan costosas o casi que un tóner nuevo. Es vital hacer el cambio de tóner con cuidado, ya que se puede dañar el cabezal y quemar el dispositivo. Y antes de poner papel nuevo en la bandeja se puede limpiar con aire comprimido la misma para que no se queden residuos de polvo en la impresora.
Un último consejo, para que se ahorre de forma extensiva: no olvidar llevar el tóner o cartucho de tinta usado a un punto limpio para su reciclaje o reutilizar la impresora cuando se vaya a sustituir, vendiéndola en el mercado de segunda mano o donándosela a una ONG o entidad social si está en buen estado.
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