- Revise con cuánto dinero cuenta para las compras de comida, artículos de uso personal y limpieza. De este paso, se desprenden todos los demás.
- Haga una lista de compras.
Realice un menú y en función de esto, chequee que puede comprar por cantidad y que debe comprar de forma semanal. Ejemplo las frutas.
- Revise las ofertas del supermercado, productos en descuento y cupones de rebajas.
- Evite compras semanales de comida que usted sabe consume de forma frecuente. Ejemplo: Jamón y queso. Estos puede comprarlos por toletes, congelar y usar de forma fraccionada.
- No compre de forma impulsiva cosas que no necesita.
- Trate de hacer mercado sola. A veces cuando vamos con amigas nos vemos tentadas a comprar cosas que ellas compran y que se salen de nuestro presupuesto.
Todos los expertos aconsejan no hacer mercado con el estómago vacío. Primero sacie el hambre y luego vaya de compras, de lo contrario todo le parecerá apetecible y no se tomará el tiempo para revisar a detalle, los precios y ofertas.
- Compare la relación precio- cantidad- calidad de los productos. Ejemplo: detergentes. No vale la pena comprar uno más barato que lava mal y por ende debe usar el doble de cantidad y gastar más agua y luz.
- Visite supermercado que ofrezcan precios accesibles a su bolsillo.
- Compre alimentos rendidores y nutritivos. Granos (arroz, caraotas, lentejas, arvejas…) y evite la comida procesada que suele ser más cara para su bolsillo y su salud.
- Finalmente, haga uso de sus tickets de alimentación, puntos de descuentos o vales de comida.
Recuerde, la mejor forma de ahorrar en comida, es comenzando con la planificación del menú y consumiendo alimentos rendidores, nutritivos y naturales.
Hasta un próximo post. Nos estamos leyendo.
Un fuerte abrazo maternal