Revista Coaching

Consejos para empezar tu organización 2.0

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

10 consejos para empezar tu organización 2.0

por José Cabrera

1. Abandona tu “Zona de Confort”. Porque es hora de cambiar.

El management, tal y como hoy lo conocemos, es una disciplina madura, que pertenece al pasado, y que no sirve para afrontar los nuevos retos a los que nos enfrentamos en Era de la Colaboración.

Las herramientas tradicionales de gestión están pensadas para responder a los retos de eficiencia y escalabilidad -típicos de la Era Industrial- pero no sirven para fomentar la creatividad, la pasión, el talento compartido y la colaboración, exigencias clave de la nueva era.

El problema es que, después de tantos años de management ortodoxo, nos cuesta desprendernos de esos esquemas mentales anticuados e inservibles. Por eso resulta imprescindible que, antes de nada, abandones tu zona de confort.

2. Crea tiempo para explorar el futuro. Porque hay Cisnes Negros. 

Vivimos tiempos de crisis, incertidumbre y cambio acelerado. El mundo está interconectado. La información viaja a toda velocidad. Cada vez se producen con mayor frecuencia sucesos que no podemos prever ni controlar, y que pueden tener un gran impacto en nuestra vida personal y profesional.

La única forma de hacer frente a estos sucesos -denominados “Cisnes Negros” por el profesor Nassim Nicholas Taleb- consiste en dedicar tiempo a explorar el futuro. Es así como tendremos oportunidad de descubrir las nuevas tendencias, y de anticipar el impacto de los cambios, sin perder de vista que el futuro va a ser cualquier cosa menos una repetición del pasado.

3. Abandona tu silo funcional. Porque compartir crea valor.

La división funcional de las organizaciones en silos verticales y departamentos estancos se ha convertido en una auténtica patología que frena cualquier iniciativa de innovación, porque cada persona cree que solo puede y debe desempeñar aquella tarea para la que le contrataron.

Hoy más que nunca, compartir crea valor. La colaboración se ha convertido en la clave para dar un paso más en el nivel de productividad. Es a través de la colaboración como podemos poner en práctica las nuevas formas de trabajo y las nuevas formas de relacionarnos con los clientes.

4. Prepárate para la transparencia. Porque acabarán encontrándote.

La información circula hoy con libertad, y resulta inútil oponerse a este fenómeno imparable. Ya no tiene sentido intentar controlar y dosificar la información, ni parapetarse en un despacho o detrás de un cargo. La transparencia implica que todo el mundo sabe cuál es la aportación real de cada persona tanto al bien común como al funcionamiento de la organización.

Es inútil esconderse. Gracias a la transparencia del valor añadido, la actividad se traslada -de forma natural- hacia los nodos en los que realmente se genera valor, y deja al descubierto cualquier estrategia de control, manipulación y ocultamiento.

5. Participa en las conversaciones. Porque, hoy, liderar es conversar.

Debemos participar activamente en las conversaciones que mantienen nuestros clientes, nuestros suministradores y nuestros propios empleados. Sólo así podremos saber qué hay que hacer y qué hay que dejar de hacer; qué nuevos productos y servicios demandan nuestros clientes; y qué tipo de organizaciones debemos diseñar para atraer y retener el nuevo talento digital. Dicho en otras palabras, hoy liderar es conversar.

6. Desarrolla tus comunidades. Porque la respuesta ha de ser colectiva.

Si, como hemos comentado antes, la respuesta a los nuevos retos solo puede ser colectiva, está claro que la única manera de articular esa respuesta pasa por tejer y fortalecer redes y comunidades de colaboración, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras tradicionales.

En la medida en que contemos con el talento compartido y las aportaciones creativas de la comunidad -lo que conocemos como inteligencia colectiva- seremos capaces de encontrar respuestas a los nuevos desafíos, que, desde luego, van mucho más allá de nuestras capacidades individuales.

7. Reinventa las relaciones con tus clientes. Porque no compran productos sino experiencias.

La co-creación es un nuevo paradigma de innovación abierta que consiste, esencialmente, en la participación directa del cliente y los usuarios en el proceso de elaboración de soluciones, productos y servicios. La idea clave es que, frente a la invención, la innovación es un fenómeno colectivo y no individual, y que involucrando a otros actores en nuestros procesos somos capaces de crear nuevos productos y servicios diferentes de los actuales.

El valor de la co-creación es enorme porque, al finalizar el proceso productivo, todos los actores -la organización, los clientes y los usuarios- han “comprado” la idea: no puede ser de otro modo, puesto que ellos mismos han participado de forma directa en su creación y elaboración. La co-creación es, por tanto, la forma más poderosa para lograr el compromiso.

8. Busca un equilibrio entre la jerarquía y la redarquía. Porque no hay colaboración sin confianza.

La jerarquía ya la conoces: es un orden impuesto (de arriba abajo) que establece las relaciones de autoridad y poder formal entre superiores y subordinados en el seno de las organizaciones tradicionales.

La redarquía, en cambio, es un orden emergente (de abajo arriba) que surge como resultado de las relaciones de participación y los flujos de actividad generados en los entornos colaborativos. La redarquía es, por tanto, el modelo organizativo natural de las nuevas comunidades en red, transparentes, abiertas y basadas en la confianza.

La redarquía abre el camino a un nuevo marco de contribución en las organizaciones. Un marco que valora las aportaciones de cada persona en función del valor real que generan para la comunidad, y no según la posición jerárquica que ocupan, tal y como sucedía tradicionalmente. El nuevo marco hace posible que las personas opten por aquellas contribuciones que más les motivan, y que mejor se alinean con sus propias habilidades.

En definitiva, en un entorno redárquico, las tareas pueden ser elegidas y no impuestas, y la capacidad de decisión de cada uno viene determinada por su reputación personal y el valor añadido que aporta a la organización.

Lo más importante es que aprendamos a gestionar las paradojas. No se trata de elegir blanco o negro, redarquía o jerarquía. La clave está en gestionar la paradoja de manera adecuada, y eso implica encontrar un punto de equilibrio entre las necesidades tradicionales de eficiencia y escalabilidad, y las nuevas exigencias de flexibilidad, pasión y creatividad.

9. Haz de la innovación un trabajo de todos. Porque los líderes no tienen las repuestas.

Los retos a los que nos enfrentamos son cada vez más complejos, y está claro que nadie, ningún individuo, ningún líder, por brillante que sea, tiene la respuesta. Cada día es más evidente, pues, que tenemos que abordar los nuevos retos de forma colectiva, tanto en la sociedad como en las organizaciones.

Esto significa que se acabó el tiempo en el que la innovación era patrimonio exclusivo del líder carismático y su visión transformadora, o de los planes diseñados por un departamento de innovación. Para responder a los retos que la Era de la Colaboración nos plantea necesitamos una respuesta colectiva; o lo que es lo mismo, tenemos que convertir la innovación en el trabajo de todos.

En nuestras organizaciones hay cientos de personas creativas, que tienen pasión por lo que hacen, y que además son capaces de ver las cosas no por lo que son ahora, sino por lo que pueden llegar a ser. Son personas que anhelan ver su idea hecha realidad, y que lo único que necesitan para desarrollar su enorme potencial es un entorno en el que puedan conectar con otras personas similares de la organización; un entorno a través del cual pueden extender sus nuevas ideas y, en el que, de forma colectiva, podemos superar los obstáculos y barreras que normalmente ponen freno a los cambios. Esta es la mejor manera de convertir la innovación en un trabajo de todos.

10. Comienza por ti mismo. Porque si quieres que el cambio se produzca, debes ser el primero en cambiar.

No te quedes sentado a esperar. Por mucho que te empeñes, los cambios van a seguir produciéndose a tu alrededor. Y lo van a hacer a una velocidad cada vez más acelerada. Por eso es tan importante que salgas de tu zona de confort -el espacio en el que te sientes cómodo gestionando las cosas “como siempre se ha hecho”- y tomes la iniciativa.

Conviértete en el cambio que quieres ver. Lo primero que debes hacer es construir tu agenda personal. Porque si no dispones de tu propia agenda, es altamente probable que formes parte de la agenda de otra persona…

Estos 10 consejos están tomados de un excelente artículo José Cabrera que ha escrito en su blog (http://blog.cabreramc.com ).

 


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