
1. La idea: Lo primero de todo antes de lanzarse como un poseso a poner palabras sobre el papel es tener clara la idea que queremos transmitir con nuestro poema. Esta idea puede ser algo tan concreto como nuestro perro o una señora que pasea por la calle hasta conceptos más abstractos como el amor, la amistad, la muerte o la justicia. Si al principio no sabes sobre qué escribir, despeja tu mente con otra actividad y deja que la inspiración trabaje en segundo plano. No hay que agobiarse.
2. Las palabras clave: Una vez tengas claro sobre qué quieres escribir, anota en un papel todas las palabras relacionadas con ello que se te ocurran. Esta parte es muy importante porque tu experiencia personal y bagaje cultural seguramente crearán una combinación de palabras única que es lo que le dará personalidad a tu poema. Por ejemplo, si escribes sobre la amistad, a lo mejor se te viene a la mente la palabra diente porque una vez ayudaste a una amiga tuya dela infancia a quitarse un diente de leche.
3. Primera versión a sucio: Cuando tengas todo eso coge las palabras y crea tu primera versión a sucio. No te preocupes por si está bien o mal, simplemente déjate llevar ya que esto es simplemente la primera prueba de fuego para luego trabajar sobre ella.
4. Retoques finales: Al acabar, haz una lectura en voz alta para comprobar el ritmo del poema. En los poemas en verso libre el ritmo lo es todo ya que no tienen la rima como apoyo. Busca la musicalidad y ve cambiando los aspectos del poema que no te gusten. A lo mejor encuentras nuevas formas de decir lo mismo, o acabas cambiando tu poema sin siquiera darte cuenta.
5. Análisis crítico: Cuando la versión final esté lista, no te pienses que has acabado. Ahora toca hacer una lectura crítica y objetiva del texto para buscar aquello que pueda fallar. Aunque hay personas que son capaces de distanciarse de su propia obra, esto no es nada fácil. Es por ello que es mucho mejor pasarle tu poema a otras personas que, desde fuera, puedan aportar otra perspectiva.
Con estos cinco pasos, la práctica tenaz y la lectura conseguirás poco a poco mejorar tu escritura del verso libre. Aun así, recuerda que lo mejor que puedes hacer es escribir desde el corazón.
