Consejos para las peleas entre hermanos
por Papás e hijos 2.0Silvia Álava Sordo, Psicóloga y Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes, nos ofrece unos útiles consejos para afrontar las peleas entre hermanos, que resultan ser un problema más frecuente ahora en el período de vacaciones escolares.
Es normal que los hermanos se peleen entre sí. Además de pasar mucho tiempo juntos, lo hacen desde el momento en el que nace el segundo hijo, por lo que juntos tienen que aprender a compartir, y no solo sus juguetes si no la atención de sus padres. Los padres deben entender que los hermanos se peleen (muchas veces las peleas empiezan como un juego) pero deben de poner un límite, y establecer en qué punto se corta la pelea.
Los niños se pueden pelear y enfadar por muchas cosas. Cuando son pequeños tienen que aprender a compartir, y en ocasiones es algo que les cuesta. Según crecen cambian los motivos de la pelea, (pasamos de pelear por juguete a quién juega más con una consola, de pegarse a insultarse o a meterse con sus amigos, con la forma de vestir…) pero lo que se suele seguir manteniendo con independencia de la edad es que en la mayoría de las ocasiones siguen luchando por conseguir atención extra de los padres.
Errores típicos que cometemos en las peleas de hermanos:
Los padres no deben de caer en la trampa de pensar que por el hecho de que dos hermanos se peleen sea uno el bueno y otro el malo, es muy raro que uno sea siempre el bueno y el otro siempre el malo. Aunque hay niños más problemáticos que otros, lo habitual es que las riñas vengan por parte de los dos y que se estén chinchando mutuamente. Por eso no se debe de caer en el error de “etiquetar” a los niños, como si el ser malo fuese algo inherente en el niño y que no se puede cambiar, de esta forma sólo conseguiremos que el niño se habitúe al adjetivo y que lo viva como “yo soy así, y por tanto no lo voy a cambiar”. Debemos dejar bien claro que en este momento te estás portando mal, no que seas malo, y por supuesto decírselo a todos los hijos por igual. Por mucho que yo crea que un hermano es el bueno y que no tiene la culpa, cuando se esté portando mal se lo tengo que decir.
Los niños funcionan mal con las etiquetas, pero lo que todavía es más nocivo es decidir que un hermano es siempre el bueno, y que hay otro que siempre es malo y que tiene la culpa de las peleas. No le estamos dando la oportunidad al niño de que cambie su conducta y de demostrar que se puede portar bien.
¿Qué hacemos los padres para que no se peleen tanto?
Antes de nada, parémonos a observar, tanto a los hijos (para ver que están haciendo), como a nosotros mismos (¿Cómo actuamos como padres?). Nos va a dar muchas pistas sobre los errores que comentemos. Y nos daremos cuenta que las cosas no son blancas o negras y que no hay un hijo bueno y un hijo malo, sino que en ocasiones empieza uno la pelea y en otra otro, aunque hay niños más movidos, más agresivos que inician más riñas, no puedo dar por sentado que el 100% sean ellos, tenemos que darles la oportunidad de portarse bien.
Los hermanos tienen que aprender a estar juntos y a no pelearse, les quedan muchos años de convivencia, así que cuanto antes aprendan mejor. Los padres pueden favorecer ese aprendizaje. Así les tendremos que explicar que no se pueden pelear, y que tienen que aprender a arreglar las cosas ellos solos.
Ante una pelea, los padres estableceremos el momento de entrar en escena cuando empiecen a gritar, a pegarse o a insultar, pero ahí no hay que intentar saber qué es lo que ha pasado, pues de esa forma entramos a formar parte de su pelea, y lo que lograríamos sería seguir con la misma actitud pero con un actor más. Debemos decirles, que como habíamos quedado que no se peleaba, ya no queremos saber que ha pasado y que les vamos a separar un ratito (el tiempo dependerá de la edad de los niños, con los más pequeños, cinco minutos pueden bastar), porque nos han demostrado que no saben estar juntos. Cuando hayan pasado los cinco minutos establecidos, les dejamos que reinicien el juego o la actividad que estaban realizando, para darles la oportunidad de volver a portarse bien y estar juntos.
¿Se debe castigar a los hijos cuando se pelean?
Si previamente hemos observado la conducta de nuestros hijos y qué es lo que la motiva, nos daremos cuenta en ocasiones los niños van buscando llamar nuestra atención, aunque sea de forma negativa, que el adulto se pare, deje lo que está haciendo y conseguir atención extra, y si encima se dirigen a mí solo mejor. Es por eso que en estos casos lo mejor es utilizar la extinción (Consideramos refuerzo a cualquier consecuencia positiva, y ojo, no nos equivoquemos con premios materiales, el mejor refuerzo para los niños, es la atención de sus padres).
Se trata de aprender a reforzarles cuando estén realizando las conductas que queremos instaurar, cuando no estén peleando… En estos casos debemos estar con ellos y reforzarles y premiarles mientras juegan juntos tranquilamente, comparten sus cosas…, Por el contrario no les prestaremos más atención cuando se empiecen a pelear, a insultar… pues estas conductas son las que queremos que desaparezcan (esto es lo que se llama extinción).
Os recomiendo leer el blog de Silvia Álava Sordo en el siguiente enlace.
fuente foto: mninstitute