Las vacaciones es uno de los momentos del año más esperados por niños y mayores. Es la oportunidad de estar juntos y disfrutar de un merecido tiempo de descanso. Como se trata de una actividad para toda la familia es necesario que se tengan en cuenta los gustos y preferencias de todos sus miembros.
Lo primero y más importante es planificar el viaje, decidir dónde vamos a ir, en qué medio de transporte, dónde nos vamos a alojar, qué debemos llevar en la maleta y qué actividades vamos a llevar a cabo en nuestro viaje.
Planifica con detalle las vacaciones
No es lo mismo viajar en nuestro coche que en tren o en avión.
Cada medio requerirá una planificación concreta, pero si todo está previsto y organizado no tiene porqué haber ningún problema. A la hora de hacer la maleta deberemos tener en cuenta, además del medio de transporte en que vamos a viajar, las características del alojamiento y las necesidades de los niños. Deberemos informarnos de si disponen de cuna por ejemplo, y tener presente la adecuada provisión de biberones, pañales, chupete, ropa... en el caso de los más pequeños.
De esta forma el tener niños pequeños no va a ser impedimento para salir de casa. Los hoteles o casas rurales están preparados para acogerlos y hay centros vacacionales pensados específicamente para ellos. También existe la opción del camping o el apartamento, donde podremos estar como en casa.
A la hora de elegir el sitio vacacional debemos ver qué tipo de actividades se pueden realizar en él. Si es un hotel nos deberemos fijar en que haya actividades infantiles, si optamos por una casa rural podemos investigar el entorno y planificar las excursiones, en un apartamento tenemos más libertad a la hora de organizar las salidas. Es importante que en el lugar elegido haya más niños con los que nuestros hijos se puedan relacionar, no es necesario que siempre estemos juntos, ellos y nosotros agradeceremos esos momentos.
Cambio de rutinas diarias: sí, son vacaciones incluso para ellos
Lo más importante es divertirse y descansar y eso será sencillo si el sitio elegido es del agrado de todos y nos ofrece posibilidades tanto a adultos como a niños. Pero para desconectar del todo lo mejor es que dejemos atrás las rutinas de la vida diaria. En vacaciones no podemos imponer los mismos horarios. Puede que un día se coma a una hora y otro no haya siesta, quizá una noche se haga muy tarde, pero nada de esto nos debe preocupar. Los niños se adaptarán sin problemas a esta situación, saben que están fuera de su entorno y llevan bien los cambios. Por eso mismo nosotros también debemos ser más flexibles. No es momento de reprimendas y castigos más allá de lo estrictamente necesario, durante unos días podemos permitirnos mimar más a nuestros hijos y darles algún capricho, que para eso estamos de vacaciones.
Todo ello contribuirá a crear un clima más agradable, en el que podremos jugar, hablar y divertirnos con ellos. Se trata de ir con una mentalidad positiva, sin agobiarnos con los viajes o las maletas, pensemos que eso también forma parte de las vacaciones y tomémoslo con buen humor. Si partimos de una buena organización previa, solo tendremos que disfrutar de nuestra mutua compañía.