Practicar deportes al aire libre es algo totalmente recomendable y muy sano. El ciclismo es un deporte en el que se suele estar más de una hora seguida practicándolo. Por lo tanto es muy importante protegerse del sol, ya que en caso contrario las consecuencias pueden ser desagradables.
Gafas de sol
Es fundamental que protejamos nuestra vista de las exposiciones prolongadas al sol. Estar demasiado tiempo al sol sin protección en la vista puede acarrear con el tiempo enfermedades como cataratas o degeneración macular.
Por este motivo, siempre hay que llevar gafas de sol cuando salimos con la bicicleta, incluso en invierno.
Es fundamental que las lentes de nuestras gafas nos ofrezcan un 100% de protección frente a los rayos ultravioletas. Son estos rayos los que a la larga nos pueden provocar los problemas en la vista que hemos comentado anteriormente.Protección solar
Además de la vista, la otra parte de nuestro cuerpo que tenemos que proteger del sol es la piel. Todos sabemos que una exposición muy prolongada de nuestra piel sin protección puede derivar en problemas. El más grave de ellos es el cáncer de piel.
Por este motivo hay que que echarse una crema de protección solar, sobre todo en los meses más calurosos. Es recomendable que la crema que nos pongamos tenga un mínimo de 30 de factor solar.
En el caso de que tengas la piel blanca y tendencia a quemarte lo ideal sería utilizar cremas con un factor de protección de 50.
Además de las cremas de protección típicas que nos echamos cuando vamos a la playa, podemos encontrar cremas específicas para deportistas. Este tipo de cremas vienen en sobres monodosis, por lo que las podemos llevar perfectamente con nosotros durante la ruta.
También hay otro tipo de cremas que vienen en forma de stick, las cuales también podemos transportar con nosotros en la bicicleta.