Las almas eternamente ligadas a su lado animal no tienen distinción entre canino y felino. Lo que sí tienen es tremendo lío a la hora de conjuntar sus pasiones en un mismo hogar sin que se arme una batalla campal. Pero nada es imposible en esta vida. Y hacer que perros y gatos la pasen a gusto juntos y hasta se vuelvan amigos del alma tampoco lo es. Todo lo que hace falta es un poco de disciplina, algo de dedicación, un toque de paciencia y algunos consejos prácticos que pondrán todo en su lugar. Sigue leyendo y los conocerás.
La educación empieza en casa
Si tú eres el primero en creer que hacer que perros y gatos convivan es impensable porque son enemigos naturales, es necesario que cambies tu manera de pensar y que modifiques tu actitud de un modo acorde. Si ya te embarcaste en esta odisea, ten disposición y recuerda ante todo, que aunque tus ¡mejores amigos son diferentes entre sí, ante el amor y la justicia del hogar son exactamente iguales. Este es el primer paso para comenzar una relación de respeto y hasta de camaradería.
Deja que compartan
Lo ideal a la hora de inculcar la convivencia es que hacer comiencen a relacionarse temprano en sus vidas, pero también, temprano bajo tu custodia. Si tienes la fortuna de criar desde los primeros meses de vida a un perro junto con un gato, las cosas se darán naturalmente, pero si no, ten en cuenta que eso no evitará que puedas enseñarlos a convivir. Comienza dejando que se acostumbren a verse uno a otro, no importa que lo hagan con una reja de seguridad de por medio. Cuando se relajen mutuamente ante la presencia del otro, puedes empezar a hacer que vayan familiarizándose con la proximidad. Una vez que estén habituados a estar cerca sin atacarse ni atemorizarse, todo será más simple.
Nunca fuerces la situación
Puede que las presentaciones entre perros y gatos no sean lo que tienes en mente. Para empezar, recuerda que nunca debes obligarlos a estar cerca y ni siguiera a mirarse, en contra de su voluntad. Hazlo todo natural poniéndolos en áreas seguras y separadas entre sí para que comiencen a verse de forma casual y hacerse a la idea de que ambos comparten tu cariño y cuidado. Con el tiempo comenzarán a olfatearse y a identificarse. Cuándo esto suceda, no dudes en ofrecerles premios que puedan comer estando frente a frente. Recuerda que, aún en esta fase, lo mejor es que nunca se queden juntos sin ser vigilados de cerca.
Impón reglas simples para todos
Si tu perro trata de atacar, di con energía “No” seguido de su nombre. Si tu minino se pone agresivo, haz lo mismo. Pronto entenderán que las reglas en casa son las mismas para ambos y que lo que NO se debe hacer NUNCA es agredir al otro. Si llegas a esta fase con éxito, muy seguramente tendrás el gusto de verlos convivir en paz. Sólo recuerda que eso no quiere decir que sean grandes amigos. Ese detalle no es tan importante en el reino animal como lo es el respeto mutuo.
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