Hace unos años, las bodas de más de trescientos invitados no eran tan raras en España. Ahora ya comienza a ser algo excepcional.
Cada vez hay más parejas que optan por una boda íntima. Unas veces por presupuesto, otras muchas porque los novios cada vez buscan más calidad que cantidad.
A esto también contribuye el que sean cada vez más novios los que paguen su propia boda, lo que suele evitar muchas invitaciones de compromiso por parte de los padres.
Sea por el motivo que sea, las bodas íntimas están en auge, por lo que aquí tienes algunos consejos para planificar una boda íntima perfecta.
Por el principio
Si tienes en mente una boda con pocos pero selectos invitados, es necesario que lo hables con tu pareja, porque es algo en lo que es imprescindible que estéis totalmente de acuerdo los dos. También es importante que defináis qué es una boda íntima para cada uno de vosotros, porque hay quien piensa que una boda pequeña es de 150 y otro de 20. Ojo con esto, porque puede ser motivo de discusiones.
La lista de invitados
Restringe la lista de invitados al máximo. En una boda íntima no hay espacio para los compromisos.

Ten en cuenta que, como los invitados son muy escogidos y muy cercanos, habrá pocas bajas en tu lista. Las personas a las que quieres y que vas a invitar a la boda, no suelen buscar excusas para no asistir.
Otra forma de reducir naturalmente el número de invitados para conseguir una boda íntima es planificar una destination wedding, es decir, una boda que se celebra fuera del lugar de residencia de los novios y de la mayoría de los invitados, ya sea en el mismo país o en el extranjero. Eso implica un gasto de viaje y un alojamiento que los invitados de compromiso no estarán dispuestos a hacer.
Naturalidad
Busca la naturalidad, tanto en la decoración como en el planteamiento de la boda. El protocolo muy estricto o las normas que encorseten la boda, no son lo más apropiado para una boda que se comparte sólo con las personas más cercanas.
¿Por qué no llegar en una Vespa?
La naturalidad también va con vosotros dos. Ir juntos en el mismo coche a la ceremonia y conduciendo vosotros, un vestuario informal o unos votos cantados, en lugar de pronunciados, pueden ser una buena idea para una boda íntima. Cualquier cosa que os refleje y os haga sentir cómodos es perfecta para una boda así.Por otra parte, si lo que estás buscando es pedirles a los invitados un vestuario especial (de blanco, de etiqueta, con un vestido acorde a la temática de la boda..), será más fácil que lo acepten, puesto que son personas de confianza y que os aprecian. Eso sí, debeís valorar ambos si pedirles algo así es apropiado o no, por edad, por presupuesto, etc.
El espacio
Una boda íntima en un jardín: una idea perfecta
Elige un espacio adecuado para un número reducido de invitados. Si escoges un gran espacio, tanto para la ceremonia como para la recepción, la sensación será triste. Todo lo que tiene de encantadora y exclusiva una boda íntima, se va al traste si los invitados se pierden en el espacio. Acaba siendo como esas ruedas de prensa en las que, cuando se abre el objetivo, muestran que sólo han ido dos periodistas y un cámara.Precisamente por esas necesidad de un espacio recoleto que tienen las bodas íntimas, puedes valorar otras localizaciones que son imposibles para grandes bodas: restaurantes coquetos, chalets o lofts de lujo en alquiler, salas pequeñas de museos, la propia casa...
La decoración
Deja volar la imaginación y plantéate una boda diferente, si es que la originalidad va contigo. Una boda pequeña es perfecta para tematizarla o darle un aire especial, porque los invitados sabrán comprenderla y apreciarla en su justa medida; algo complicado en una boda muy grandes y con muchos compromisos. Un ejemplo: si todos los invitados son muy cercanos, no se sorprenderán de que hayas elegido ambientar tu boda en "Alicia en el país de las maravillas", porque es tu cuento preferido desde que eres pequeña. Y los que no sepan que es tu cuento fetiche, porque no te conocieron de niña, sabrán que eres algo excéntrica; así que tampoco pasará nada.

Si tienes poco presupuesto, Ikea y las tiendas de decoración económicas son tu paraíso. Allí encontrarás todo tipo de objetos bonitos y económicos, que luego podrás reutilizar en tu casa o en tu lugar de trabajo.
El estilo boho, el vintage, el rústico o el minimal son perfectos para una boda pequeña y familiar. Aunque el único limite de estilo es el que vosotros pongáis.
El DiY es ideal para una boda íntima, siempre que se te den bien las manualidades y la decoración. O que se les den bien a tus amigos y familiares, claro. Es una forma ideal de conseguir que sea una boda original.
La ceremonia
La ceremonia será uno de los puntos más importantes de la boda, porque cuando se comparte sólo con las personas más cercanas, se convierte en algo mucho más emotivo.
Las lecturas son importantes en cualquier boda, pero mucho más en una boda íntima y familiar. La elección de los textos de quiénes los leerán es primordial para el éxito de la ceremonia.

Y si es religiosa, una pequeña ermita o capilla será una gran elección. Siempre que el párroco pueda (y quiera) celebrar en ese espacio, por supuesto.
Valora la posibilidad de que la ceremonia y la recepción sean en el mismo espacio. No sólo te ahorrará costes, también podrás crear un ambiente común para ambos momentos de la boda. Y al ser tan pocos invitados, será mucho más fácil conseguirlo.
El vestuario
Una boda con pocos invitados implica que el vestuario debe ser elegante, pero no excesivo. Un vestido con una falda muy amplia, lleno de pedrería y un velo tipo catedral, probablemente no sea la mejor elección en este caso.
Si la ceremonia y la recepción son íntimas, lo más adecuado es optar por fórmulas más sencillas, sin renunciar a un vestuario precioso y favorecedor. Y esta máxima sirve para la novia, para el novio... y también para los invitados.
La recepción
Ya que vas a recortar presupuesto en el número de invitados, sirve comida y bebida de buena calidad. Si ves que casi todo el presupuesto se va a ir en el lugar de celebración, es mejor que optes por un lugar como tu propia casa (o en alguna más grande que te ceda algún amigo o familiar) y sirvas comida casera, pero con buenas materias primas.
Para una boda íntima puedes optar por cualquier tipo de servicio: sentados, cóctel, buffet... incluso puedes atreverte con un brunch, un desayuno o una merienda. Estas últimas son fórmulas originales y perfectas para poner en práctica con personas muy cercanas.

Un inconveniente de las bodas pequeñas es que muchos espacios sólo permiten contrataciones con un mínimo de invitados. Los que ponen este tipo de restricciones suelen establecer el límite mínimo entre los 70 y los 90 invitados. En ese caso os cobrarán ese número de cubiertos, aunque seáis menos asistentes. Si aún así te interesa el lugar, intenta negociar con ellos. Si no puedes conseguir que sólo te cobren los asistentes reales, al menos intenta que la diferencia te la cobren al precio del menú más barato o que te regalen algún extra. Y, si no, siempre puedes donar esos platos extras a alguna organización benéfica, al fin y al cabo los vas a pagar.
Contrata un barman profesional para que sirva la barra libre y haga algunos cócteles. Como seréis pocos, pídele que haga un cóctel personalizado para la boda, con unos ingredientes que sean reflejo de vuestra personalidad y vuestros gustos. Lo podéis servir durante el cóctel o en la barra libre, dependiendo del tipo de bebida de la que se trate.
La personalización, ante todo
Personaliza, personaliza y personaliza. Si a tu boda van a asistir pocos invitados, lo menos que puedes hacer es personalizar todos los detalles posibles: regalos, menús, programas... En una boda de 300 asistentes es casi imposible, pero en una de 30, es casi una necesidad.
Y hablando de personalización, te aconsejo que involucres a los invitados en el desarrollo de la boda. Puesto que serán muy cercanos a vosotros, lo ideal es que se sientan parte importante de vuestro gran día: lecturas en la ceremonia, brindis, fotos de los invitados en el seating, elección de algunos de los temas que sonarán en el baile, que lleven algún postre o detalle dulce... las opciones son infinitas, y los asistentes lo agradecerán realmente.
Deja una tarjeta de agradecimiento en la mesa o dentro de los regalos para cada uno de los invitados y personaliza el texto. Este guiño cómplice emocionará a más de uno.
El entretenimiento

Los photocall DiY y las cámaras Polaroid sacan lo mejor de sí en bodas pequeñas, donde todos los invitados se conocen y el ambiente es más distendido. No te olvides de estos recursos para darle un plus a tu boda.
La música
Procura ajustar la selección musical a los invitados, porque es mucho más fácil al ser pocos los asistentes. Pide opinión a cada uno, para confeccionar una lista musical al gusto de todos. Sin olvidar vuestros propias preferencias, que para eso sois los protagonistas. Así te asegurarás que la pista de baile nunca se queda vacía.
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