Revista En Femenino

Consejos prácticos para conseguir que tu hijo obedezca

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

Un tema que preocupa mucho a los padres es que sus hijos sean obedientes, no sólo con ellos en casa, sino en el colegio, con sus familiares, con su profesor particular... es decir, que el pequeño actúe tal y como se le dice, sin rechistar, quejarse, negarse o enfadarse.

Para ello, será fundamental el papel de los padres que, deberán ser rotundos y claros.

Es decir, tendrán que establecer una serie de normas claras y concretas y ni ellos mismos, estarán ajenos a ellas. De este modo, si se le enseña al pequeño a que debe lavarse los dientes después de comer, a que tiene que ducharse cada día, a recoger su habitación, a comer sentado en la silla, a no hablar con la boca llena... los padres también serán un ejemplo y ante todo no deberán confundirlos.

El mejor consejo: hay que establecer rutinas a los niños desde muy pequeños

Y, ¿cómo se les confunde? Pues actuando en contra de lo que precisamente se le está enseñando o no siendo constantes en sus órdenes. Y es que, en ocasiones, el excesivo estrés de los padres, la falta de tiempo o el cansancio hace que elijan la vía rápida. Es decir, si sabemos que el pequeño va a protestar por tener que lavarse los dientes tras la cena pues, para evitar el disgusto, a veces, los padres les dejan hacer lo que quieren. Y ahí empiezan los problemas.

El pequeño tiene que respetar lo que dicen sus padres y entender que existen una serie de normas y reglas en cuanto a las rutinas diarias, a su comportamiento, a las responsabilidades que tienen... y por ello, los padres tendrán que mantenerse firmes en lo que los pequeños tienen que cumplir. Firmes no implica hablarles mal o gritarles, ya que, esto provocará un mayor rechazo, puesto que, en ocasiones los niños desobedientes lo hacen por rebeldía o por llamar la atención. De este modo, se les hará entender de buenas formas que, si no lo hacen, no conseguirán ningún beneficio, sino que, por el contrario, las consecuencias no serán positivas. Por ejemplo, si el pequeño se niega a recoger sus juguetes cuando acaba de jugar y cada día llora por ello y se enfada, los padres, una vez que le hayan dejado claro que es su responsabilidad, si el pequeño continúa reaccionando así, la solución será no dejarle sacar los juguetes. De este modo, él mismo entenderá que, al igual que los saca durante sus ratos de juego, también es su responsabilidad guardarlos cuando acabe.

Es mucho mejor premiar a un niño cuando lo hace bien que castigarle cuando lo hace mal

Asimismo, será importante que los niños no vean cada orden como una imposición sin más, sino que será conveniente que se les explique el por qué de cada cosa que deben obedecer. Así, si ellos lo entienden, les resultará menos complicado hacerlo cada día, ya que conocen las causas y las consecuencias de no comportarse debidamente.

Otro punto importante será que los padres intenten ofrecerle al pequeño alternativas, sin hacer que él obtenga lo que quiere. Es decir, si se niega a ducharse se le ofrecerá dos alternativas: bañarse por la noche, dejándole un tiempo para disfrutar con sus juguetes en el agua o, en cambio, ducharse por la mañana rápido porque tiene que ir al colegio.

De todos modos, es importante darle tiempo al pequeño para que asuma estas responsabilidades y también es fundamental valorarle cuando se comporte debidamente. Aún así, no habrá que premiarle de forma excesiva, ya que habrá que entender que es su obligación. Aún así, reconocer que hace las cosas bien será el modo de que se sienta mejor consigo mismo.


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