Consejos sobre el tratamiento de keratina que no debes olvidar
El tallo piloso es la parte externa y, por tanto, visible de nuestro cabello. Para que este pueda estar siempre sano, sedoso y con brillo es importante aplicar ciertos cuidados que también serían beneficiosos para la piel, como por ejemplo el tratamiento de keratina o queratina, una proteína que crea estructuras rígidas o flexibles y aporta mayor riqueza y consistencia al pelo.
En la actualidad, Femquality, una revista femenina muy completa, hace diferencia entre tres tipos de tratamientos con este prótido: con formol, sin formol o de keratina líquida. Todos ellos reparan el cabello, consiguiendo que no se encrespe y que recupere su brillo. De hecho, el pelo que esté apagado y desnutrido será más fácil de tratar y dará mejores resultados. Esta afirmación es así porque la porosidad de un cabello dañado hace que este pueda absorber mejor el producto, dejándolo penetrar para obtener los efectos positivos deseados.
El tratamiento de keratina con formol es el menos utilizado en España e, incluso, en algunos países como Noruega e Irlanda está prohibido por contener un producto tóxico con variados efectos secundarios como vómitos o irritación en los ojos. Además, es potencialmente cancerígeno y en caso de usar altas cantidades puede ocasionar la muerte. Por tanto, si es utilizado, se debe aplicar al aire libre y con mascarilla para la persona en cuestión. Por su parte, el tratamiento de keratina sin formol no es perjudicial, lo que significa que también puede ser aplicado en niños, mujeres embarazadas o madres lactantes.
Por último, el tratamiento de keratina líquido es bastante popular en los salones de belleza, pero también es más costoso. Su ventaja principal es la facilidad de uso que ofrece por la posibilidad de manipulación, ya que se aplica en el pelo a través de un pulverizador. Además, como todos los anteriores productos para cuidar tu cabello, lo nutre y repara, además de crear un efecto de alisado.
Todas aquellas personas que antes hayan utilizado otro tipo de tratamientos, como teñido de color o permanente, no deben preocuparse, ya que la keratina es compatible con otros productos. El proceso de aplicación empieza con un lavado de pelo en el que se usa un champú especial que abrirá la cutícula del cabello para que la keratina pueda traspasar correcta y uniformemente. Después, el producto se aplicará mechón a mechón, mediante una brocha. Finalmente, el pelo deberá secarse con un secador y alisarse con la plancha para sellar la cutícula del pelo.
Para conseguir el efecto deseado, lo normal es dejar que el producto actúe durante 2 o 3 días mínimo, lo que significa que durante ese periodo de tiempo el pelo no se debe lavar. Además, se recomienda no atar el pelo con gomas ni utilizar pinzas o sombreros. También, para la conservación del alisado, es aconsejable que el pelo se planche cada diez días aproximadamente, ya que el calor potencia el efecto del tratamiento. Para conservar el resultado esperado de manera permanente y no dejar que este vaya perdiendo efecto, es conveniente realizar el tratamiento cada 2 o 3 meses.