Las mascarillas faciales son un regalo para nuestra piel, un tratamiento de belleza intensivo que nos ayuda a devolver a nuestro rostro toda la frescura y luminosidad perdidas. Las mascarillas son especialmente eficaces a la hora de llegar a las capas más profundas de la piel, por lo que su efecto es más intenso. Los resultados empiezan a notarse inmediatamente después de su uso, por lo que resultan muy adecuadas para estar perfecta en ocasiones especiales. Si te acostumbras a utilizarlas con regularidad (cada una o dos semanas) sus efectos serán acumulativos y tu piel ganará juventud y belleza día a dia. Además, la aplicación de la mascarilla no sólo es un lujo para la piel sino también para todos tus sentidos ya que te permite disfrutar de un tratamiento de belleza de cinco estrellas sin salir de casa. Ahora que ya sabéis todos los beneficios que aportan, os dejaré información sobre los tipos de mascarillas que podemos encontrar y sus propiedades.
1-ANTIEDAD: estas mascarillas son ideales para mantener un cutis joven durante más tiempo. Son una excelente ayuda para los cutis maduros, ya que hidratan la piel, reducen las arrugas, efectúan un efecto "lifting" y aumentan la luminosidad, reduciendo las manchas. Se pueden empezar a usar de modo preventivo, a partir de los 30 años con la frecuencia de 1 vez cada tres semanas o un mes. A partir de los 45-50 años, esta frecuencia debe ser de una vez por semana.Este tipo de mascarillas contienen principios activos rejuvenecedores como el ácido glicólico y la vitamina C. en cuanto a la textura, las podrás encontrar tanto en crema (ideal para pieles secas), como en gel (perfectas para pieles grasas o mixtas). Su uso es muy sencillo, se aplican sobre el rostro limpio, extendiendo una capa gruesa sobre la piel. una vez transcurrido el tiempo de exposición, se aclaran con abundante agua.
2-PURIFICANTE: son mascarillas ideales para las pieles mixtas y grasas, ya que regulan la producción de sebo, previenen la aparición de granitos y reducen los poros dilatados. Aplicadas una vez por semana, reequilibran la piel y mejoran su aspecto. Las más habituales son las de arcilla, ya que resultan muy útiles para absorber el exceso de grasa y limpiar la piel. Cuando hay problemas de acné, se puede utilizar una mascarillas de zinc, mineral que actúa sobre las glándulas sebáceas. Se aplican sobre todo el rostro o únicamente sobre la zona T si tu piel es mixta. se pueden usar hasta dos veces por semana. se trata de mascarillas que resecan la piel, por lo que es importante aplicar una hidratante libre de aceites, después de usarlas.
3-NUTRITIVA: son una gran ayuda para las mujeres que tienen la piel seca de forma habitual o bien para aquellas que, a pesar de tener una piel normal, se les reseca en momentos concretos. Su misión es proteger la piel de las agresiones externas y mantener la humedad. Contienen sustancias hidratantes como la glicerina y los aceites naturales. Para usarlas de forma correcta debemos extenderlas sobre todo el rostro realizando durante unos minutos un suave masaje para la correcta penetración del producto. retirar el exceso con un algodón húmedo. Mantener un mínimo de 15 minutos y aclarar con agua tibia.
4-DESCONGESTIONANTE: son ideales para las pieles con problemas de rojeces o excesivamente sensibles. Contienen sustancias calmantes y descongestivas como la caléndula o la avena y activos vasoprotectores como el mirtilo para mejorar la circulación. Debemos extenderlas con suavidad con la yema de los dedos. durante el tiempo de exposición, procurar relajarse escuchando música suave. Retirar con un algodón empapado en agua termal o en infusión tibia de manzanilla.