Revista Infancia

Consolas portátiles que fracasaron (II): Atari Lynx

Por Juan Carlos Fernández

El caso de esta consola (como otras muchas), es uno de los típicos en los que, ante un hardware muy superior al de la competencia, resultó ser un auténtico fracaso, perdiendo la batalla de forma clamorosa contra su mayor rival en el mercado, en este caso, contra la Game Boy.

Consolas portátiles que fracasaron (II): Atari Lynx

La Lynx fue lanzada por la mítica Atari en 1989, teniendo siempre en mente competir con la Game Boy y con la Game Gear (en menor medida con la NEC TurboExpress), lo cual tenía bastante sentido porque en cuanto a especificaciones técnicas era una consola ciertamente superior al resto, especialmente la Game Boy. De hecho, el lanzamiento y primera etapa fueron exitosos, pero pronto fue totalmente relegada por Nintendo y, en menor proporción, por Sega.

Comenzando con las especificaciones técnicas, nos encontramos ante una consola de 16 bits, frente a los 8 bits de la Game Boy y Game Gear, lo cual la ponía al nivel de consolas como la SNES y la Mega Drive. El salto, por tanto, era importante teniendo en cuenta que estamos ante consolas portátiles coetáneas.

Consolas portátiles que fracasaron (II): Atari Lynx

El procesador corría a 4 MHz, igual que la portátil de Nintendo y superior a la de Sega, cuyo procesador era de 3.5 MHz. En cuanto a la RAM, era de 64Kb, frente a los 8Kb de Game Boy y Game Gear (si bien esta última tenía 16Kb de vídeo RAM).

En el apartado gráfico realmente fue donde destacó, ya que se encontraba a años luz de lo que podía ofrecer la Game Boy. En este sentido, Lynx ofrecía una pantalla LCD en color, siendo la primera en este sentido. Contaba con una pantalla de 3.5″ con resolución de 160×102 y una paleta de 4,096 colores, 16 de modo simultáneo. Lógicamente, estas características estaban muy alejadas de las 2.6″ de pantalla y las 4 tonalidades de verde que ofrecía la Game Boy, si bien la resolución era parecida (160 × 144). Sin embargo, en el aspecto gráfico la Game Gear resultaba algo superior, especialmente porque era capaz de mostrar 32 colores simultáneos, si bien con una pantalla algo más pequeña (3.2″), idéntica paleta (4,096 colores) y una resolución algo superior (160 × 144).

Consolas portátiles que fracasaron (II): Atari Lynx

El sonido, realmente, no destacaba ni en la Lynx ni en el resto de portátiles de la época. Lynx reproducía sonido de 8 bits en 4 canales stereo (con la Lynx II), teniendo la Game Boy 4 canales de 4 bits.

La recepción de la consola fue bastante buena en un principio. Tenemos que tener en cuenta que salió un par de meses después del lanzamiento de la Game Boy, con un hardware y calidad gráfica muy superiores, y eso Atari lo supo vender bien. La máquina tuvo un precio de salida de 179 dólares (en primer mercado fue el norteamericano), ciertamente superior al de la Game Boy, que se vendía por unos 89 dólares. Era incluso más alto que la Game Gear, que costaba 149 dólares. Aún así, el año de su lanzamiento vendió cerca de 500.000 unidades, llegando a las 800.000 en 1991.

Realmente 1991 fue el año del declive, el cual coincide curiosamente con la lanzamiento de Game Gear. Efectivamente, con la portátil de Sega en el mercado, en realidad ya no había motivo para que el público siguiese comprando la Lynx. Así, por un lado el mercado contaba con una consola barata, pero con gran variedad de juegos y excepcional vida de batería y, por otro, una consola con mejor capacidad gráfica, en color y más barata que la Lynx.

Consolas portátiles que fracasaron (II): Atari Lynx

Efectivamente, Lynx se encontró entre la espada y la pared. Por muy superior que su hardware fuera, se encontraba en desventaja frente a sus competidoras, al no ofrecer ningún valor añadido sobre ellas. De esta forma, el precio era extremadamente elevado, ya que era aproximadamente 100 dólares más cara que la Game Boy. Este hecho sin duda marcó una fuerte reticencia por parte de los consumidores. Asimismo, el catálogo de juegos era muy escaso y, desde luego, muy alejado del de Game Boy que, además, venía con el entrañable Tetris. Por último, la superioridad técnica de Lynx tuvo un alto peaje, el tamaño de la consola, que era bastante grande y tosco y, en definitiva, poco manejable.

A pesar de ello Atari lo siguió intentando y sacó una segunda versión de Lynx en julio de 1991, fundamentalmente dándole un nuevo look, alargando la vida de las baterías y reduciendo un poco el tamaño. El esfuerzo, sin embargo, fue infructuoso, las ventas cada vez eran menores y continuaron languideciendo años tras año hasta que, en 1995 Atari decidió retirar la consola. Aproximadamente las ventas totales llegaron a unos 3 millones de unidades durante toda la vida de la consola.

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