WonderSwan fue una consola portátil que, a pesar de que no pueda ser considerada como un éxito comercial, sí que tuvo cierto tirón en Japón y alcanzó cierta fama, especialmente con su versión en color.
Lanzada en 1999 por Bandai, detrás del proyecto estaba la mano de Gunpei Yokoi, genio de Nintendo y creador de las Game & Watch y la Game Boy (aunque también del fracasado Virtual Boy), siendo éste su único proyecto tras salir de la empresa con sede en Kyoto. En realidad, esta consola sólo se comercializó en Japón, por lo que fuera del país nipón siempre ha sido muy desconocida, más allá de los círculos más propios de coleccionistas o entusiastas. Sin embargo, guarda ciertas características muy interesantes que hacen que merezca la pena detenerse, aunque sea brevemente, en ella.
Desde el punto de vista técnico, nos encontramos ante una consola de 16 bits frente a los 8 bit de Game Boy y Game Gear, lógico por otra parte si tenemos en cuenta que la consola de Bandai salía unos 10 años más tarde al mercado. De esta forma, se situaría como consola de quinta generación como Atari Lynx o, ya de sobremesa, SNES o Mega Drive. El procesador corría a 3MHz, velocidad inferior a la Game Boy, Lynx (4MHz) y Game Gear (3,5MHz). La RAM era de 64Kb compartida con video, igual que Atari Lynx pero muy superior a los 8Kb de Game Boy y Game Gear (si bien esta última tenía 16Kb de vídeo RAM).
En cuanto a la pantalla y gráficos, encontramos gran diferencia entre la original y la consola en color. La WonderSwan original tenía una pantalla LCD de 2.49″ y una resolución de 224 × 144, por supuesto en blanco y negro. En cambio, la color (salió a finales del año 2000), como su nombre indica, contaba con una paleta de 4096 colores con capacidad de mostrar 241 simultáneos en pantalla. Asimismo, la pantalla se agrandó hasta las 2.9″ y se aumentó la RAM a 512Kb.
Sin duda la WonderSwan era una consola que traía varias ventajas, fundamentalmente su bajísimo consumo de baterías (utilizaba una sola pila AA que duraba hasta 40 horas, 20 horas para la consola en color), lo cual sin duda era todo un aliciente para su compra, especialmente si lo comparamos con otras consolas portátiles. De igual forma, su precio era muy bajo, ya que salió por aproximadamente 50 dólares, una cifra ciertamente más reducida que la del resto de competidoras. Desde el punto de vista del catálogo de juegos, contó con bastante apoyo de Namco, Capcom y Taito, y la propia Bandai prestó asistencia a varios estudios independientes para el desarrollo de juegos para la consola, especialmente de anime. Todo ello hizo que tuviese un catálogo de juegos amplio, pero desde luego ni mucho menos comparable al de Game Boy.
WonderSwan no se puede considerar un éxito comercial ni mucho menos, pero tampoco un rotundo fracaso. Teniendo en cuenta que sólo se comercializó en Japón, vendió unas 3,5 millones de unidades y arañó un 8% de cuota de mercado lo cual, teniendo en cuenta el casi absoluto monopolio de Game Boy, no estaba nada mal.
¿Cuál fue el gran problema de esta consola? En primer lugar los tiempos, ya que se lanzó muy tarde, cuando el mercado estaba totalmente conquistado por Game Boy y su extenso catálogo de juegos. Asimismo, la que pudo ser un pelotazo por su calidad y precio, la WonderSwan en color, sencillamente se vio eclipsada por la Game Boy Color y, especialmente, por la Game Boy Advance, las cuales vendieron 118 millones y 81 millones de unidades respectivamente en todo el mundo.
Finalmente, en el año 2002 Bandai hizo un último intento con la WonderSwan Crystal, con un diseño muy parecido pero con una pantalla LCD TFT bastante mejorada, pero la lucha ya estaba perdida y se decidió cesar la producción de la serie WonderSwan en 2003.
También te puede interesar:
Consolas portátiles que fracasaron (III): Atari Lynx