Conspiración en el supermercado.

"Snacks en una tienda aleatoria"

Que comer sano y equilibrado es importante para nuestra salud es un tema que está más que rodado.

El problema deviene cuando creemos erróneamente que estamos comiendo bien; y en caso de saberlo exactamente no podamos permitírnoslo.

Parece que todo esté hecho para que consumamos únicamente los productos que "los de arriba" (grandes empresas multinacionales...) quieren que consumamos. Y que encima estemos contentos.

Me explico:

Sé que es bastante revolucionario lo que voy a contarles; pero es mi deber poner en conocimiento público las estrategias de marketing que están pensadas para manipularnos a todos los niveles desde que somos pequeños sin que a penas nos demos cuenta:

¿Os habéis fijado que muchas campañas publicitarias están dirigidas a los más pequeños de la casa?

Bollería refinada, comida rápida, toda clase de "snacks" dulces y salados... ¡ah! Se me olvidaba que alguna vez han puesto un anuncio para promocionar las frutas y las verduras. Sí, cierto. Uno entre varios cientos de anuncios. Lo justo para quedarse con la conciencia tranquila y evitar represalias de los sectores más concienciados.

Ilusamente intentan pintárnoslo como "lo ideal para alimentar a tu hijo con todas las vitaminas y sin que te den la matraca". En mi cabeza no cabe que un bollo industrial enriquecido con cuantiosas vitaminas sea lo ideal para un niño en época de crecimiento. Si usted lo piensa dos veces, tampoco le resultará idóneo.

Los representantes de esas cadenas cobran dinero en cantidades escandalosas por el bombardeo masivo. Saben que los hábitos creados en la más tierna infancia son mantenidos en la mayor parte de los adultos. Se están asegurando su futuro mercado. Por supuesto que la salud de usted y de sus hijos les importa básicamente un pimiento.

No toda la culpa de que nuestros hijos coman "de aquélla manera" la tienen los medios.

Nosotros como adultos debemos velar por su bienestar a todos los niveles. Resulta muy cómodo darle al niño para merendar leche con cacao envasada y un bollo industrial camuflado para nuestra consciencia con "veinte vitaminas y minerales" para que nos deje en paz toda la tarde.

Los mayores ya tenemos bastante con los problemas económicos (tan gordos como la mentira del bollo industrial, dicho sea de paso...) y toda la carga de un trabajo de ocho horas y una casa conllevan. Otra estrategia para nublar la consciencia de los mayores.

Muy pocos padres tienen la santa paciencia de pelear con su niño para que tome una pieza de fruta con unos cereales integrales, por poner un simple ejemplo.

Todo parece encajar a la perfecció n: a los padres nos venden tranquilidad y a los niños un sabor dulce y agradable.

Luego no os extrañéis de que se porten mal y estén inquietos todo el santo día. Los pequeños son muy sensibles a la insulina; si les damos una buena ración de azúcar no os maravilléis de que no paren callados y quietos. Cuando su sensible organismo recibe el "chute" de energía extra de los azúcares refinados, (si ya de por sí tienen energía por el hecho de ser niños) chillan, se ponen revoltosos e "imbarajables" . Más tarde les da el "bajón" porque la insulina les cayó en picado después de correr como posesos, se ponen insoportables, llorones y exigen la cena. Creo que a todos os resulta demasiado familiar lo que os cuento. Y después de eso, encima nos acostamos por la noche con la conciencia bien tranquila.

El mayor acontecimiento por antonomasia para sacar de quicio a un padre con los nervios flojos es un cumpleaños.

¿Quién después de estar toda la tarde encerrado en un sitio con niños hiperactivos y sobreexcitados, no llega a casa y sufre un ataque de nervios?

Es tan simple como analizar lo que les ponemos de "merendar" en estos acontecimientos a las pobres criaturas: gominolas, caramelos, tarta, refrescos... lo más sano que puedes encontrarte es algún que otro sándwich de pan de molde ( que lleva una buena ración de azúcar...). Lo raro sería que alguien no saliera de allí para darle un ataque. Luego vamos y les reñimos. Los angelitos únicamente responden a lo que les hemos dado de comer.

Por supuesto que no debemos convertirnos en unos ascetas: todo exceso es malo, tanto de comida sana como de comida "basura".

Hasta los médicos promulgan la moderación en todo lo que hacemos.

No abusar de las chucherías es precisamente eso, no abusar. Pero actualmente se considera normal consumirlas casi a diario, cuando éste tipo de "comidas" (si se pueden llamar así) no se deberían consumir más de una o dos veces al mes.

La información que nos llega de los profesionales de la salud nos lleva a más equivocaciones que a esclarecer las dudas. He tenido la ocasión de charlar con médicos que muy alegremente te comentan que si haces tanto deporte deberías comer muchos dulces; total, si luego lo vas a quemar... Me quedé de piedra. Se supone que un médico debe ser un ejemplo.

Por si no lo sabéis, os lo recuerdo: no se trata de que "lo quememos" y engordemos más o menos, sino del verdadero valor nutricional de lo que estamos ingiriendo. Volvemos al hecho de que se puede estar muy delgado o muy gordo pero totalmente escasos de vitaminas y minerales necesarios para nuestro día a día.

Quizás los más conscientes a cerca de este problema creado por las multinacionales sean los profesionales del deporte. A ellos les llegan jóvenes que por naturaleza deben rebosar energía, ganas de sudar y soltar adrenalina, y en vez de eso se encuentran jóvenes medio enfermos, deprimidos, enganchados a los azúcares simples y a las grasas saturadas, pero sobre todo con conceptos de base a cerca de la salud y la nutrición totalmente equivocados.

Algunos padres más conscientes de los problemas que acarrea una mala alimentación en la infancia se ven disuadidos por el alto precio de una buena alimentación.

No es de extrañar: el precio de cualquier galleta, dulce, o envasado es muy inferior a lo que puede costar una fruta y sándwich hecho en casa con lechuga, tomate y una rodaja de proteína limpia.

Los sueldos de la mayoría de los españoles son muy reducidos. Personas incluso con estudios superiores y que por estadística podrían ser conscientes de todo ésto, cobran alrededor de mil euros.

Si nos ponemos a mirar una alimentación sin todos eso, comer sale por un buen pico. Es de vergüenza que sea un lujo. Hoy en día, comer todo "eco" y libre de productos perjudiciales se convierte en una auténtica ruina. Otra prueba más de la conspiración urdida "por los de arriba".

Me parece muy poco responsable por su parte (por no utilizar otros términos que puedan meterme en un lío judicial...) que un producto que a la larga conlleva problemas de diabetes, obesidad y un sinfín de enfermedades graves, sea mucho más asequible que una comida sana y nutritiva de verdad.

Ni qué decir que la disyuntiva se agrava cuando la familia es de bajo poder adquisitivo. Muchas veces se ven obligados a elegir entre llenar el estómago y no pasar hambre o comer sano un día y estar dos sin probar bocado.

El alcance del problema es más grave de lo que parece. Para ello mediten a cerca de los productos considerados "básicos": el pan, la leche, el azúcar, zumos, el arroz blanco...

Con ellos se llenan los estantes de los comedores sociales así como las cestas solidarias que se les entregan a las familias sin recursos.

Qué casualidad que en la actualidad las mayores tasas de alergias e intolerancias estén muy relacionadas con el consumo de esos alimentos. Hablo de los intolerantes a la lactosa, los celiacos y los diabéticos. La mayoría de la población tiene problemas alimentarios y están dentro de la lista que acabo de mencionar. Por supuesto que las personas de a pie lo hacen con todo el amor y las ganas de ayudar del mundo. Los que "manejan el cotarro" están ocultos y se rodean de organizaciones con buenas intenciones.

Pero imaginaos "la papeleta"que se os podría venir encima si os toca ser intolerante a la lactosa y comer en un comedor social. Además los intolerantes a la lactosa en muy alto porcentaje también lo son al gluten. Vamos, que lo único que le estás metiendo a tu cuerpo es para ti un veneno. Luego, las enfermedades vienen de "no se sabe dónde". Y voy yo y me lo creo.

El caso de los zumos me llama mucho la atención.

Lo tomamos como si fuera un alimento increíble lleno de vitaminas, y se lo ofrecemos a nuestros pequeños para el recreo. Están hasta pensados para ellos, con esos bricks pequeñitos "tan monos" con las fotografías de los personajes que les gustan.

Déjeme decirle que no es más que un producto procesado, pasteurizado mil veces y envasado.

Las pocas vitaminas que quedaban en el proceso de "pasteurización" se han ido a no sé dónde. Si le añadimos azúcar, la bomba de porquería para nuestro cuerpo es fenomenal. Otro alimento muerto e inservible que añaden a esas cestas para familias necesitadas.

No es de extrañar que en las encuestas realizadas a diferentes familias con diversos poderes adquisitivos, revelen que una mayor tasa de pobreza esté íntimamente relacionada con enfermedades como la obesidad, diabetes y problemas coronarios.

Toda una vida alimentándose de azúcar, alimentos procesados y seguramente alguna intolerancia no detectada pasa factura a corto,medio y largo plazo.

Los únicos alimentos que deben ser considerados básicos deberían ser las frutas, las verduras, las legumbres, cereales integrales, proteínas limpias y grasas saludables. Ni zumos, ni dulces, ni panes refinados, ni azúcar ni envasados.

Pero volvemos al principio de todas las cosas: el precio.

Es por ello que toda la información alrededor de este tema está catalogada como "alarmista" o "conspiracionista".

Es tanta la carga y el poder de estas instituciones que dedican mucho esfuerzo en que creamos lo que ellos quieran a cerca de la salud y que nos alimentemos a nosotros y a las futuras generaciones con sus premisas.

Dentro de este concepto se encuentran alimentos considerados "fundamentales" y "básicos" para la salud de cualquiera, que en realidad son un auténtico veneno para el organismo.

Puede que ahora les parezca exagerado, sectáreo y extremista: no pretendo convencer a nadie. Simplemente reflexionen esta información. Puede que en un futuro le sea útil, y que poco a poco comience a ver cosas y a "atar cabos". No todo el mundo está preparado para ver las cosas al mismo tiempo. Sobre todo hay que tener calma y saber cuándo es el momento apropiado para tomar una determinación fuerte.

Busquen y mediten dentro de ustedes. El ser humano por naturaleza es muy intuitivo aunque se nos haya enseñado a no hacer demasiado caso a ese instinto primario; pero en el fondo sabemos cuándo es cierto. Esa parte primigenia que nos caracteriza te acabará gritando que ésto es así cuando tu cuerpo ya no pueda más. Busquen ostros recursos; siempre los hay. Pero para ello el primer paso es activar la conciencia para una clara mejora de nuestras vidas y de aquéllos a los que tanto queremos.