El domingo se efectuó un acto en el Congreso de los Diputados para conmemorar el día de la Constitución, y yo me llevé un cabreo más porque la estrella del acto fue Catalunya.
Una vez más, los discursos y declaraciones de los asistentes demostraron claramente que ni uno solo de ellos tiene ni la más remota idea de las verdaderas razones por las que se ha producido la explosión del independentismo en Cataluña en poco más de una década, pero lo peor es que no tienen ni idea porque el asunto no les importa un bledo. Todos se miran el problema de Catalunya según la versión oficial de la política madrileña: los catalanes hemos sido embaucados por Artur Mas, cuando Artur Mas se subió en marcha a un tren potente y rápido impulsado totalmente por la sociedad civil.
Ni uno solo de los políticos está interesado en conocer las verdaderas razones, requisito indispensable para encontrar una solución duradera y estable y con mayor o menor intensidad están preparados a aplicar a Catalunya la imposición dictatorial que el Imperio Español practica desde Isabel La Católica y continuar con el problema hasta el infinito, olvidando que son “solo” la mitad de los catalanes los que votaron independentista el 27 S y que cada año organizan las manifestaciones más multitudinarias de Europa, sin que ello sirva para que alguien en Madrid se interese por la realidad del problema. Incluso Albert Rivera, que conoce las razones del boom independentista, las ignora totalmente, y desde que inició sus actividades en Madrid aplica de la peor forma posible los métodos del Imperio, porque los votos son los votos.
El discurso más insultante fue el de Jesús Posada Presidente del Congreso que vino a decir que los catalanes deberían dejar de decir y hacer sandeces y se deberían dar cuenta que son tan afortunados que la maravilla de Constitución que tenemos también es la suya. De todas formas hubo suerte que la Vicepresidenta Celia Villalobos no abrió la boca porque como es normal en ella habría soltado una sarta de barbaridades.
Todo por una Constitución que es más corsé que Ley fundamental, que fue redactada con los militares franquistas supervisando por encima del hombro, que a pesar de ello fue votada, con la oposición por cierto de AP, predecesora del PP, por una mayoría de españoles porque significaba el fin del franquismo; que es la Ley fundamental más peculiar de todo el continente, a la que en cuarenta años solo se han hecho dos modificaciones menores mientras las de otros países sufren modificaciones de forma relativamente frecuente, y además el gran defensor de la Constitución única e intocable es el mismo y único partido que proponía la abstención o el no en el referéndum.
En el lado catalán las cosas no mejoran. Los comentarios de algunos independentistas son como para pensar que creen que la independencia se consigue llamando a Madrid para decirles que ya nos hemos ido, olvidando que enfrente tienen al interlocutor más totalitario y antidemocrático probablemente de todo el continente. ¡¡Dios mío, qué país!!.
Encima resulta que las encuestas prevén que el candidato más votado será Mariano Rajoy a pesar de la larga lista de razones muy en contra, desde la corrupción, que parece ser que preocupa mucho a los españoles excepto a la hora de votar, a una recuperación que nos vende como milagrosa cuando fue gestionada a la orden con medidas absurdas y en mucho contraproducentes.
Es probable que Rajoy sea el más votado a pesar además del disparate de su negativa a participar en debates, algo absolutamente inverosímil, que estoy convencido que se basa en un razonamiento que voy a describir con una frase de un chiste muy viejo: “¿Pa’ qué?, ¿Pa’ cagal-la?”.