Surrealista Europa, el Tribunal Constitucional portugués ha tumbado los recortes aprobados por el parlamento portugués por iniciativa del gobierno portugués de Passos Coelho tras cuyos pasos corre el gobierno del país vecino legislando de la misma manera pero con más dureza cuando puede. Menudo jardín para todos los participantes en el evento, las medidas bendecidas por la troika, las que apoyan con entusiasmo el FMI, el BCE y la UE, las que aplaude hasta la señora de la limpieza en el Bundestag, y todos los técnicos de todos los organismos de países intervenidos o asimilados, las propuestas y defendidas por el partido gobernante en Portugal, las mismas de sus equivalentes españoles en autonomías, ayuntamientos y estado, en Portugal resultan ser inconstitucionales y por lo tanto quedan anuladas. España tampoco es Portugal.
La mecánica de la historia es interesante, el Presidente de la República de Portugal, junto con partidos de la oposición llevaron estas medidas de los presupuestos al Tribunal Constitucional y éste ha sentenciado que recortes a colectivos determinados no son constitucionales porque rompen el principio de igualdad. Razón tiene, el gobierno no puede legislar para quitarles a unos en lugar de repartir la carga de manera equitativa, recortar a desempleados, jubilados o empleados públicos es cargar el peso de los recortes sobre unos colectivos en su perjuicio, y eso en Portugal es contrario a su Constitución. Sin duda todas las constituciones de países democráticos europeos tendrán artículos que digan lo mismo que la portuguesa.
Que en Portugal sea inconstitucional la suspensión de una de las dos pagas extras anuales a funcionarios y pensionistas y el recorte de subsidios de desempleo y enfermedad, plantea la pregunta de dónde no lo sea, porque en caso de ser así, la cosa merece una explicación. La situación pasa a ser del todo delirante al ver que lo aprobado por los presuntos técnicos internacionales que cobran de organismos en cuyos textos fundacionales seguro que pone lo mismo que en la constitución portuguesa, bendicen que el gobierno portugués, que lleva 22 meses en el poder, legisle contra la propia Constitución, en perjuicio de los ciudadanos de manera selectiva. Menuda cagada por parte de todos ellos, tan defensores de las presuntas medidas de austeridad a pagar por los ciudadanos. En España estas cosas no pasan, de entrada la jefatura del estado no tiene exactamente las mismas funciones que el presidente de la República de Portugal, por ejemplo no puede hacer lo que el portugués si ha hecho, porque si la presidencia portuguesa es electiva, la jefatura del estado español no lo es y eso conlleva sus limitaciones. Llevadas las mismas medidas al Constitucional español el resultado no podría ser distinto o el texto sería una cosa diferente de lo que parecía en realidad y eso merece muchas explicaciones.
En España ahora mismo todo lo que sabemos del estado son los líos de todas y cada una de las partes que lo componen encarnadas en todo su aparato burocrático, tesoreros, empresas de aguas y residuos, obras públicas, contratos públicos, adjudicaciones y gastos injustificados. Puede que estén recurridas al Constitucional todas las normas equivalentes a las derogadas en Portugal por su tribunal constitucional, recortes en la misma dirección y sobre los mismos colectivos, como es decidir a qué colectivos de desempleados no se destinarán qué fondos aparentando beneficiar a otro colectivo fabricado estadísticamente. O modificar las condiciones para acceder a cualquier prestación económica acotando los colectivos y modificando condiciones e importes a la baja en perjuicio de aquellos sobre los que se repercutirán los recortes, todo lo que en Portugal es inconstitucional no puede no serlo en España.
Porque entonces dentro de la Europa de dos velocidades hay que añadir la de ciudadanos de primera y de segunda categoría, según estén amparados por su constitución o no en el principio de igualdad. El caso es que todos los expertos de los distintos organismos internacionales apoyaron que el gobierno portugués aprobase medidas contrarias a su propia Constitución, y que la Presidencia de Portugal ha obtenido una sentencia del constitucional contraria a lo legislado por el partido en el poder y el gobierno que sale del legislativo, encabezado por el Primer Ministro, en este caso el conservador Passos Coelho, que con todo el aparato de su partido acaba de caerse de cráneo delante de los portugueses por tropezar en la Constitución lusa. Y con él todos los demás.
Así que a través del humo de las aventuras del yerno de la corona, de la mujer del yerno, de la consejera del suegro, y del cuñado y la concuñada de la mujer del yerno, que es todo un culebrón hispano, vemos que en España gobierna el partido equivalente al de Portugal, que su discurso es igual, que sus medidas han sido similares, y punto. El primer ministro portugués como el primer ministro español es un miembro del legislativo, elegido por los representantes del mismo, que nombra de entre los miembros de su partido a otros miembros del legislativo como ministros, los cuales forman el gobierno de España como el de Portugal, pero en España, a partir de ahí parece que cambian las cosas, el jefe del estado portugués puede llevar al Constitucional a propuesta de otros partidos distintos del gobernante las normas aprobadas por el gobierno. En España el estado es apolítico, pues el rey reina pero no gobierna, que se dice, aunque sea el jefe de las fuerzas armadas, como el portugués lo es. Pero está limitado justamente en lo que no lo está el portugués, que es un cargo electo con un mandato de cinco años. Será por eso que no es tan apolítico el estado en Portugal, ya lo era el anterior. La presidencia lusa ha funcionado como un contrapoder democrático, garantía del cumplimiento de la Constitución y de los derechos de los ciudadanos reflejados en la misma como corresponde a la jefatura del estado...en Portugal.
Pero eso no quita que lo que es inconstitucional en Portugal por ser contrario a un principio básico de toda constitución occidental y europea, es forzosamente contrario a lo que digan sobre el mismo principio las Naciones Unidas y su Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea, o el Banco Central Europeo, porque sus tratados y textos fundacionales lo recogen igual que la constitución portuguesa. ¿Cómo es que no se habrán dado cuenta?. Y como no hay texto posterior que no ponga lo mismo, es imposible cualquier interpretación en sentido contrario, o sería un caso de malinterpretación de un prinicpio constitucional común a todos de manera manifiestamente anticonstitucional en algunos países. Seguro que alguien dirá que la Constitución Española también is different, sobre todo de la portuguesa. Pero entonces en qué consistirá el régimen político español si sólo sabemos lo que no es porque nos vamos enterando sobre la marcha a base de comparaciones que muestran diferencias de todos menos de Grecia, al parecer. Lo inconstitucional en Portugal debe serlo en el resto de Europa o estamos ante la Europa de distintas velocidades constitucionales. A ver si no va a ser así porque nadie lo pregunte donde debiera, como pasó con la Ley Hipotecaria española cuando fue a Estrasburgo.
Será por eso que el gobierno de España decide que el mejor sitio para llevar todos los residuos nucleares de alta actividad que están almacenados en las centrales nucleares a un nuevo depósito centralizado, que será temporal porque dentro de sesenta años verán si saben qué hacer con ellos, y que es la solución a tener que enviar actualmente estos residuos a Francia pagando 60.000 euros al día, porque en los depósitos de las centrales nucleares sólo hay capacidad ya para un 40% de todo su almacenamiento, es un pueblo de Cuenca que se ha ofrecido a través de su alcalde. Por eso hay que llevarlos todos a uno centralizado, por el bien de todos. Nadie se lo puede impedir, el estado es apolíticamente político así que todos a acatar las órdenes del decreto gubernamental. Eso sí corre prisa al gobierno de España, ahí no puede recortar nada, recortará donde es inconstitucional en Portugal.
El mejor sitio dicen que es en un pueblo de 400 habitantes, a propuesta y por decisión de su flamante e inapelable alcalde, atravesado por el río Záncara, afluente del Guadiana. Se van a enterar esos portugueses revolucionarios lo que es bueno como haya un imprevisible Prestige de residuos de alta actividad que se filtre del Záncara al Acuífero 23 y de éste al Guadiana, toma Mancha radiactiva, y Extremadura de paso, y el Alentejo, Huelva y el Algarve, olé, olé y olé. Ya nadie se acuerda de los afluentes de los ríos, y el Acuífero 23 está rebosante, sobra agua, hay tanta que legalizar los pozos ilegales tapará por inundación que se pagase por no usar los que no estaban en uso. Toda la zona rebosa agua del acuífero que tiene debajo y con el suelo empapado por las lluvias, que ha sido un año lluvioso, lleva mucha agua el Guadiana, hay inundaciones, hasta el Záncara lleva agua, que sin duda llegará hasta Daimiel, y todas las zonas de lagunas próximas por donde rebosa el acuífero. ¡Alegría alegría! Donde van a construir el cementerio nuclear dicen las autoridades que está seco por lo que es seguro. Nadie puede discutir su decisión porque es muy técnica. Nada menos que el aparato del estado sector nuclear.
Uno pensaría que no es prudente poner cementerios nucleares en afluentes de ríos que puedan desembocar en Portugal, que a fin de cuentas sólo son tres, uno en Oporto, otro en Lisboa y el tercero en el Algarve, entre Doñana y el Parque Natural de Ría Formosa, no sin antes ser el embalse de Alqueva, la mayor masa de agua embalsada de Europa. Un poco de principio de precaución diría que en las proximidades del cauce de un afluente de este río no es razonable construir un almacén al que trasladar todos los residuos de alta actividad de reactores nucleares que se podrían almacenar en las correspondientes centrales nucleares donde queda un 40% de capacidad de almacenamiento.
Aunque lo razonable es pensar que una central nuclear estuviese diseñada para almacenar todos los residuos de combustible a lo largo de toda su vida posible, incluyendo prórrogas, o no se habría aprobado el proyecto de construcción. Es decir, que las centrales nucleares por diseño son los almacenes finales de sus propios residuos, y al término de su vida, cementerios nucleares sellados a la espera de saber qué hacer con los residuos de alta actividad del combustible. Como se entere el presidente de la República Portuguesa de lo que han decidido los colegas españoles del primer ministro portugués para almacenar toda su basura nuclear peligrosa en la cabecera del Guadiana puede que hasta lo lleve al constitucional luso. Menos mal que nos queda Portugal...por ahora.