Un ecoladrillo es un elemento constructivo formado por una botella de plástico PET (las de agua y refrescos habituales) rellenada de residuos plásticos y/o de aluminio que se utiliza en la construcción de edificios, realizando una función similar a la del ladrillo tradicional. Se trata de una alternativa pensada para reutilizar todo tipo de plásticos que pueden llegar a tardar 700 años en descomponerse si no se reciclan adecuadamente.
Los ecoladrillos se están poniendo muy de moda en los últimos años, especialmente en países de Centroamérica y Sudamérica como Chile, México o Uruguay. Fijaos que si buscáis la palabra ecobrick en Google imágenes os aparecerán varios ladrillos “ecológicos” de diversos materiales, hecho que demuestra que esta tecnología está menos implantada en el mundo anglosajón.
¿Es ecológico un ecoladrillo?
El hecho de reutilizar residuos a veces tan difíciles y costosos de reciclar hace que la palabra lleve el últimamente tan utilizado prefijo “eco”, aunque seguramente el nombre más adecuado sería el de ladrillos de plásticos o ladrillos de residuos plásticos reutilizados. Pero, obviamente, el nombre no quedaría tan “guay” o ecológico ¿no os parece?
Personalmente, creo que un ladrillo ecológico tendría que estar formado por materiales renovables y/o biodegradables y fabricado mediante procesos no contaminantes que consuman poca energía, como por ejemplo los ladrillos de cáñamo. Además, en una pared de mampostería, por muy ecológico que sea el ladrillo, tenemos que tener en cuenta también el material de agarre o mortero, que puede llegar a ser muy poco ecológico.
Desde un punto de vista medioambiental, la reutilización de residuos plásticos para la fabricación de ladrillos siempre se tiene que comparar con la opción de reciclarlo mediante los procesos habituales de separación de residuos, que actualmente encontramos en la mayoría de ciudades de España. Cuando tiramos un plástico en el contenedor amarillo este se recicla y se vuelve a incorporar al proceso productivo como materia prima. Obviamente, este proceso tiene un coste elevado que pagamos todos, pero probablemente su finalidad nos puede resultar más útil.
Puntos fuertes del sistema
A pesar de lo que acabo de apuntar, tampoco os penséis que construir casas con ecoladrillos de plástico es tan malo. En algunos países con pocos recursos existe una grave escasez de viviendas y, al mismo tiempo, una gran cantidad de residuos de plásticos que no se reciclan. Es un sistema que requiere bajos recursos y mano de obra no especializada, y se ha demostrado que mejora la convivencia y la colaboración entre vecinos.
La Dra. Ingrid Vaca Diez (Bolivia) y su propuesta Casas de Botellas es un buen ejemplo del uso social que pueden tener las construcciones de ecoladrillos. También es un sistema que funciona muy bien en las escuelas, ya que enseña a los niños lo que se puede conseguir con pocos recursos y mucha imaginación.
Fuente fotografías:
http://casasdebotellasuruguay.blogspot.com.es
http://www.dondereciclo.org.ar
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