Una razón de ser sin objetivo es como un agricultor sin tierra o un pintor sin pinturas de colores.
Para estar de acuerdo con su naturaleza, el agricultor necesita la tierra para cultivar, y el pintor requiere de un lienzo sobre el cual expresar su talento.
Igual es, para que realizar tu tarea esencial, tienes necesidad de un campo de acción.
Saber quién tú, eres, no es suficiente para alcanzar la leyenda personal. Por esto, es preciso imperativamente, saber qué es lo que tú, deseas; fijarte objetivos y trabajar para lograrlos.
Para elegir tus objetivos, comienza por hacer una lista completa de todos tus deseos. De todo aquello de lo que te arrepentirías, de no haber hecho, haber tenido, haber sido; si llegaras al final de tu vida sin haberlo realizado.
Sobretodo, no te preguntes si esta lista es razonable.
Tampoco busques establecer orden de prioridades.
Autorízate a soñar y has la lista más completa posible, el resto vendrá por añadidura.
Tus sueños y tus deseos sólo deben ser por ti conocidos.
A todo lo largo de tu vida se te ha podido haber repetido:
“Eso no es posible; es preciso tener los pies sobre la tierra. ¿Por quién te tomas”
Tratado de Melquisedec: Descubrir y realizar su razón de ser
El momento ha llegado de ponerte al abrigo de los “extingue-sueños” y dejar libre curso a tus deseos, los más locos y los más secretos.
Si no lo logras, pregúntate:
“Si, por magia, tuviese yo todos los poderes, todo el tiempo y todo el dinero necesario, ¿qué es lo que desearía hacer, tener, y ser?”
Al momento de hacer la lista, te preguntas quizá, de cuánto tiempo de vida, dispones. Cualquiera sea tu edad, eso, nadie lo sabe.
Tus verdaderos límites temporales, están al interior de ti mismo.
A cuántos años adelante, eres capaz, de imaginar tu futuro, es decir, ¿Cuál es tu horizonte, temporal, máximo?.
Considera que algunos son capaces de imaginar su vida en otras dimensiones, más allá de su muerte física.
¿Es que el tiempo es para ti, un fenómeno circular que se repite regularmente, sin gran cambio? O bien, ¿es una línea recta abierta a un horizonte más o menos lejano?.
Tus objetivos te llevan a través de la vida; más aún, tú serás capas de verte funcionar lejos en el futuro, y aún
más, tú podrás tener una vida riquísima.
Si a pesar de todos tus esfuerzos, tu lista de deseos no sobrepasa de siete, es posible que hayas dejado dormir tus sueños, a fuerza de repetirte que no eran razonables.
Ha llegado el momento de preguntarte:
¿Quién dice lo que es o no razonable?
Quizá tienes necesidad de ascender al interior de ti mismo para ser capaz de gestionar cosas más grandes al exterior de ti.
Está agradecido si con tu deseo viene un proyecto de sinrazón. Pues todo verdadero progreso es obra de hombres y mujeres sin razón, pero con lógica.
Autorízate a soñar en grande, a imaginar locuras, sin ocuparte del “¿qué dirán?”
Mientras más grande sea tu sentimiento de impotencia interior, más grande serán tus aspiraciones y más grandes tus realizaciones.
A mayor desafío, mayor recompensa.
Sé, sin razón y entonces, tu vida será fantástica.
Impotencia. Cuando ya todo se ha intentado, y nada ha sido posible, lo imposible se torna posible. La impotencia frente a lo realizado según el Qué dirán?, y la insatisfacción de la imposibilidad de satisfacer a ese Otro Omnipotente, llevan al descubrimiento de que ese Otro Omnipotente, no existe, y que sólo existe, lo que Tú, puedas hacer, inventar, crear, realizar, a tú antojo, que es la única lógica válida, la lógica de tú, deseo. Entonces, la potencia, es de otra naturaleza, que el mal llamado “poder”, eso que anima a la realización de un deseo que se ha encontrado ser esencial, es realmente, la verdadera potencia, es la posesión de la verdad personal. La sin razón, es la locura. Pero ¿y quién puede decir, qué es lo razonable?. El autor lleva por la vía, del “no piense, haga” “No piense, hable”, “deja que la verdad a través de ti, emerja”, “ten presente que la verdad, no emerge, precisamente, en lo razonable”. En lo razonable emerge, lo que imaginas que el Otro Omnipotente, desea que tú hagas. Y allí, al imaginar, que es el Otro Omnipotente quien te ordena, te pierdes.
Tratado de Melquisedec: Descubrir y realizar su razón de ser Al momento de fijar tus objetivos, es importante, sobretodo, dejar de preguntarte “cómo” lograrás realizarlos.
Si te formulas tal pregunta, encontrarás siempre tu visión como muy ambiciosa y la revisarás y le impedirás su curso, “la devalúas”, entonces.
Date el permiso de emprender un objetivo más grande que tú!
La forma como lograrás tus fines será quizá una total sorpresa para ti.
Tu primer objetivo es quizá, ganar mucho dinero. Recuerda entonces que tienes una misión que cumplir sobre la tierra para ser lo mejor de ti mismo.
El dinero por el dinero no ha constituido nunca, una razón de ser.
El dinero es sólo un símbolo de energía que permite ir a mercar sin tener que cambiar trescientos gramos de poemas contra un kilo de pan.
Fijarte tus objetivos financieros es útil, a condición de conservar en tu mente, cómo ellos contribuirán a tu razón de ser.
Otro ardid es confundir el símbolo con la experiencia buscada.
Un bonito caballo, una gran casa, un cuerpo esbelto, un viaje por el mundo en barco, una carrera lograda, e incluso una relación amorosa o una experiencia espiritual, no constituyen un fin en sí mismo.
El alma que hablar puede con los ojos tambien puede besar con la mirada.
Si queres conocer la verdad no des ninguna opinión. Ni a favor ni en contra.
Porque la lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente….
Fuente : Tratado de Melquisedec